Capítulo 4

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Merlina Addams

Odiaba el contacto físico, odiaba que le dijeran que hacer y que interrumpieran sus planes, pero cuando Enid apareció por aquella puerta y se mostró extremadamente posesiva su cerebro no reaccionó. Si un chico le hiciera lo que la loba había hecho ella no dudaría en enterrarlo vivo y escuchar su sufrimiento, sin embargo, era Enid, y aquella faceta había causado de todo menos molestia.

— ¿Qué sucede contigo? ¿La luna llena se acerca y has perdido la cabeza?

—Debí haberte dejado ahí —expresó molesta.

—Debiste —confirmó—. Pero hiciste lo que todo lobo insufrible hace y ahora estamos aquí frente a la sirenita —las dos chicas se detuvieron en cuanto vieron a Bianca interponerse en su camino, empezaba a arrepentirse de haberle pedido ayuda a aquella sirena, pues ahora quería mater sus narices donde no debía.

—Tienen suerte de no haber sido descubiertas, puedo decir que yo tuve algo que ver con eso —la morena sonrió mientras se codeaba, sin embargo, segundos después esa sonrisa se esfumó y notó como la chica arrugaba su nariz y hacia muecas, justo como Tyler había hecho apenas Enid la arrastró fuera del establecimiento.

— ¿Te aplaudo o que? No pedimos ayuda —contestó la pelinegra.

—Apestas —Merlina la miró como siempre aunque algo confundida—. Apestas terriblemente a Enid —Merlina empezaba a no entender la situación, Enid se había puesto nerviosa y le era imposible ocultarlo, mientras que Bianca parecía haber descubierto el misterio del triángulo de las bermudas—. Mierda... Mentiste. No puedo creerlo —su sonrisa era realmente cínica, si antes estaba confundida ahora no le encontraba ni pies ni cabeza a la situación—. Ella es...

— ¡Cállate! —antes de que Bianca terminará su oración fue arrastrada por Enid mientras le decía a ella que se fuera ya—. ¡Vete ya! ¡Y date un baño!

¿Apestar a Enid? No lo dudaría si la chica siguiera con sus perfumes nauseabundos, sin embargo, del lado de la castaña no había ni una sola botella de perfume así que ¿Cómo demonios apestaría a ella?

—Este chucho me está causando más problemas de los que ya tengo.

Al llegar a su habitación fue recibida bruscamente por dedos quien no dudo en golpear su suave y perfecto rostro. Sabía que su día iría mal desde que vio el torturoso sol brillar en su máximo esplendor, no esperaba que realmente todo le saliera mal y eso empezaba a molestarle.

—Te dije perfectamente que te escucharía apenas regresará —Merlina había logrado tomar a dedos y estaba lista para torturarlo o al menos pretender que lo haría—. ¿Qué es más importante que atrapar al monstruo? —él realmente le dijo algo más importante—. ¿Enid? ¿Averiguaste quién es su mate? ¡¿Por qué no empezaste con eso desde un principio!? —él dijo que lo había hecho—. Bueno dime el nombre de la pobre alma que besara mis cuchillas —la respuesta que dedos le dio había causado un corte circuito en su oscura cabeza—. Eso es imposible dedos, Enid no puede no tener mate.

Aunque pensándolo bien no sonaba tan descabellado, ante el repentino cambio de actitud de la chica, que no tuviera mate era una posibilidad, pero Merlina nunca había escuchado de un caso así. En el fondo, pero en lo más profundo de su corazón sintió un alivió, si ella no tenía mate significaba que no estaba comprometida a nadie y eso quería decir que era libre, libre de escoger a quien amar.

—Eso es bueno ¿no? Nadie es digno de ella —dedos se movió eufóricamente—. ¿Qué aún tengo oportunidad? De qué hablas tormentosa y pálida mano ¿Por qué me interesaría salir con un chucho realmente insoportable? Antes era insufrible, pero ahora es peor ¿Qué no tiene una versión agradable?

Soulmates || WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora