Merlina Addams
Las garras del monstruo eran filosas, cada pincelada en el cuerpo de la rubia sacaban un grito, y después de gritar tanto simplemente se detuvo. Merlina sintió el último respiro de la chica, el último latido de su mate y luego simplemente negro.
Fue tan real, demasiado real que al abrir los ojos y ser ella lo primero que viera quedó en trance, en confusión, podía sentir sus emociones al mil y ahí en los brazos de su mate que le impedían tocar el suelo, una lágrima cayó.
—Enid —sin previo aviso se abalanzó hacia ella, se aferró tanto que Enid le pidió espacio para respirar—. Tu cabello, lo tenemos que pintar —la pelinegra empezó a tomar su cabello mientras miraba horrorizada las puntas de colores—. Castaño, tiene que volver a ser castaño.
—Wow, espera un momento linda ¿Qué sucede? Puedo sentir la angustia carcomerme, tus emociones están fuera de control.
—No, no lo entiendes, yo te vi, estabas ahí, yo lo vi.
— ¿Qué viste?
—El monstruo, el monstruo te mataba.
El silencio después de soltar aquello nunca había sido tan largo, Enid la miraba confundida y Merlina no podía alejar el horror de sus ojos, nunca había perdido la cabeza, pero esto era uno de esos momentos que jamás imagino tener.
No podía controlarse.
—Vale, vamos a tranquilizarnos, vamos a tomar asiento en la cama y me dirás que sucede, es la segunda vez que sucede esto y necesito saber que pasa ¿Está bien? —ella asintió, aquello era una buena idea.
Enid la trataba con sumo cuidado, como si fuera una muñeca de porcelana a punto de romperse, aquel pensamiento la hizo gruñir, odiaba pensar que podía parecerse a una estúpida muñeca de porcelana así que al tomar asiento en la cama limpió bruscamente sus lágrimas y trató de calmarse.
—Soy un cuervo, después de irme empecé a tener odiosas visiones y cuando estuve con mi madre me explico que era lo que pasaba —la pelinegra tomo aire antes de soltar la bomba—. Mi madre es una paloma, ella tiene visiones agradables mientras yo me llevo la peor parte —ella rio ante la ironía—. Regresé porqué te vi en peligro, ahora te vi morir, pero vamos a cambiar eso, te prometo que no dejare que nada malo te pase.
La marca en su cuello tiro de un cosquilleo incomodo, al levantar la mirada pudo ver el rostro asustado de su mate, pero esta lo ocultó de inmediato, acción totalmente absurda cuando podían distinguir lo que sentía la otra.
—Pelee con el monstruo, lo herí y huyó ¿Cómo podría salirse con la suya esta vez? —Merlina cerró los ojos tratando de recordar su visión, con éxito pudo hacerlo y decidió alejar aquella horrorosa escena cuando encontró lo que buscaba.
—Había luna llena, no entiendo por qué no te transformaste —Enid pareció pensar—. Estabas herida antes, pensé que el monstruo te había herido, pero ahora que recuerdo parecía una herida de ¿Bala? No entiendo mis visiones.
—Plata, la única manera de evitar mi transformación es la plata.
—Tengo que encontrar al monstruo, debo saber quién demonios es y yo misma lo mataré —Merlina se levantó bruscamente de la cama ganándose un buen mareo por su parte, Enid de nuevo evito que besara el suelo y la sostuvo con fuerza atrayéndola hacia ella.
—Mer escucha, la próxima luna llena no es hasta dentro de tres semanas ¿Esta bien? Estoy a salvo, no hay nada de que temer por ahora —Merlina negó bruscamente con la cabeza—. Mer basta, estoy aquí, sé que estas asustada, pero mírame estoy aquí, contigo.
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Soulmates || Wenclair
ContoTodo licántropo descubre quien es su mate a los dieciséis años, sin embargo, aquella pequeña loba deseaba que ese día tan especial no llegara, todo porqué su corazón parecía amar a otra persona. Finalmente cuando el reloj marcó las doce y supo quién...