CAP.20

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-¿Donde estaban? Andrea ya se fue, y se hizo de noche.-dijo Rick.
-Cuando nos fuimos solo quedaban un par de horas para que anocheciera.-le respondí yo, el asintió dejando el tema a un lado, y se adentro a la zona de las celdas.
-Bonita la marca que mi hermano te dejo en el cuello.-me susurro Merle con una sonrisa.
-No me jodas, ¿enserio?-le dije susurrando, él asintió y le guiño un ojo a Daryl, el cual estaba unos metros a mi lado.
-A cenar.-nos avisó Guille desde dentro del pabellón y los tres que estábamos fuera entramos.
...
-Daryl, Ale, haréis guardia. Abrigaros y poneros  donde la vaya que da al campo. -nos ordenó Rick y los dos asentimos.
Terminamos de cenar y salimos a hacer la guardia.
-Bonita la marca en mi cuello eh.-le dije con una sonrisa divertida. Él rápido me apartó el pelo y se río despacio.
-Ni cuenta me di.
-Ni yo tampoco.-le dije señalando una pequeña marca en su cuello. Los dos nos reímos.
-Tenemos que hablar de esto. Yo prefiero mantenerlo en secreto, y no creo que esté enamorado de ti, simplemente creo que es una atracción sexual, creo.-me dijo mirando el cielo, algo se retorció en mi pecho, debería de saberlo, Daryl no es el típico chico amable y cariñoso, es un chico brusco y frío.
-No veas qué alivio, siento lo mismo que tú.-le dije tragandome ese dolorcito en el pecho, él solo asintió y agachó su cabeza.
Estuvimos dos horas en silencio, no era un silencio cómodo, yo al menos estaba incómoda en ese ambiente, después de esa pequeña conversación no estaba agusto.
Ya estaba cansada de estar sentada en aquel suelo con Daryl al lado y sin decir ni una sola palabra. Me levanté del suelo y estiré todo el cuerpo, Daryl miró atento cada uno de mis movimientos. Yo, ignorando su mirada, cogí una barra de metal y empezé a golpear la vaya haciendo que los caminantes del campo pusiesen su atención en mi, a paso acelerado se acercaron a la vaya y yo empezé a perforar sus cerebros con la barra de metal.
Después de un pequeño rato ya sentía como el sudor caía por mi frente aunque no se me pasaba por la cabeza parar de matarlos. Ya habría matado unos veinte caminantes.
-Hey, para ya, estás haciendo un esfuerzo inecesario.-me paró Daryl separándome de la vaya con sus manos en mi cintura. Yo lance la barra enfadada, ni siquiera sabía el porqué, solo estaba enfadada desde lo que dijo Daryl, aunque no debería molestarme, al final esos son sus sentimientos.-Ale, ¿me escuchas?- me dijo Daryl sacándome de mis pensamientos.
-Perdona, ¿que decías?
-Que vengas a sentarte conmigo. - me dijo cogiéndome de los hombros y dándome la vuelta para que lo mirase, una vez me dió la vuelta volvió a posicionar sus manos en mi cintura, estábamos a centímetros, los dos nos mirábamos a los ojos, él tenía ese precioso brillo haciendo que me perdiese en aquel azul que nadie más tenía.-Ale, estás más perdida que una aguja en un pajar.-me dijo con una sonrisa pero sin quitar sus manos de mi cuerpo.
-Perdón, solo que...no se.
-Vamos a sentarnos anda.-me dijo y me llevo con él hasta una mesa.
-Me aburro.- le dije después de un rato en silencio.
-Y yo, pero no hay nada que hacer.
-Cuentame algo sobre ti. No se nada sobre tu pasado. Y tú sabes todo sobre el mío.- él pareció dudarlo pero al final asintió.
-Haber empezaré desde el principio. Mis padres nunca tuvieron mucho dinero, se lo solían gastar todo en drogas y alcohol, para mí era algo normal verlos discutir todo el día. Cuando mi padre se fue de casa, Merle y yo nos quedamos con nuestra madre, íbamos de vez en cuando con nuestro padre. El día que Merle cumplió la mayoría de edad se fue por su propia cuenta dejándome allí solo, aunque él estaba todo el día drogado y borracho, y lógicamente metiéndose en peleas constantemente. Un día yo salí con los niños de mi barrio, ellos tenían bicis y yo iba corriendo, de un momento a otro se empezó a formar un revuelo justo delante de mi casa, los niños fueron con sus bicis y yo fuí corriendo lo más rápido que podía, al llegar mi casa estaba en llamas, pues a mi madre le gustaba fumar mucho en la cama y allí había muerto quemada.
Después de eso tuve que "vivir" con mi padre, él me pegaba todos los días,por eso tengo las cicatrices en mi espalda, que aunque creas que no se que las has visto. A él le encantaba salir a cazar con uno de sus amigos alcohólico, un día me mandó ir con ellos y después de un rato me dejó solo con la ballesta, me dijo que cazara algo y lo llevara a la cabaña donde tenían todo lo de caza, cuando conseguí cazar mi primer conejo volví, pero no había nadie, se habían largado a beber, estuve una semana entera solo en el bosque. Ahí aprendí a sobrevivir en el bosque. Cuando cumplí la mayoría de edad, que fue tres años después de eso, me fui a vivir con Merle, aunque no hacíamos nada normal, estábamos todos los días con sus amigos tomando droga y alcohol, alguna vez salí con chicas, pero solo las utilizaba para tener sexo, nunca supe lo que es amar, ni lo que es que alguien me cuide. Por eso a veces me cuesta creer que todos vosotros me queréis e intentáis cuidarme.-me dijo con los ojos llenos de lágrimas.
-Yo tampoco se lo que es amar,despues de que metieran a Héctor en la cárcel, yo me fui a vivir con mi padre, luego conocí a Max, él ni siquiera me gustaba, pero me amenazó con matar a mi hermana si no empezaba a salir con él. No lo amaba, y él me pegaba y me violaba, decía que una relación sin sexo no podía funcionar, y yo no veia aquello como una relación. Nunca he tenido relaciones sexuales porque yo quisiera, primero me violaba mi padrastro y no me dejaba tener ni amigos que fuesen hombres, y luego cuando me fui con mi padre conocí a Max y él también me violaba.
-Lo siento.
-Y yo también, no te merecias nada de eso.
-Ni tu tampoco te lo merecias.
-El pasado ya pasó. Ahora hay que vivir el presente.-le dije con una sonrisa, él me la devolvió y rodeo mi cintura con su brazo para pegarme más a él- Tengo miedo de lo que pueda hacer el Gobernador.-le dije mientras apoyaba mi cabeza en su hombro y miraba las estrellas.
-No te preocupes, Rick Carl y Michonne van a salir en busca de armas, podremos con él. Nadie del grupo va a morir, te lo aseguro.
-Lo se, todos somos fuertes, aunque algunos como Carol, Sophia o Beth puede parecer que no, si que lo son. Saldreis de esta.
-¿Cómo que "saldreis"? Tú también lo harás.
-Daryl, puede que no lo haga, pero vosotros si, me encargaré de ello, aunque muera en el intento.-susurre lo último.
-Si tu te mueres, yo moriré contigo. No puedo vivir sin ti.-dijo en un susurro.
-Si que puedes, querer es poder.
-¡Pero no quiero!-dijo con los ojos llorosos- ¡No quiero vivir sin tus abrazos, sin tus besos, sin tus enfados, sin tu pelo desordenado al despertarte, sin esos ojos que me confunden cada vez que los veo! ¡No quiero vivir sin ti, eres lo más especial que tengo!-me dijo soltando alguna lágrima.
-Yo tampoco.-susurre- No quiero despertarme y ver que esos ojos azules no me miran. No podría salir de la celda y ver que no estás con ese precioso chaleco de alas. No puedo sin que te pongas tenso cada vez que te abrazo y que luego tú me abraces más fuerte y te separes de mí dándome un beso en la frente. Ni siquiera podría sin que te rías de mí porque eres mucho más alto que yo.-le dije susurrando aguantando las lágrimas.- Simplemente no puedo sin ti.
-¿Crees que yo si? Claro que no puedo sin ti. Tu y Merle sois lo más importante que tengo. Sois el verdadero motivo por el cual no me pegó un tiro en la cabeza. Cuando Merle no estaba, tú estabas, y ahora estáis los dos. Claro que también está Carol, la quiero muchísimo, pero no es igual que contigo, tú eres diferente, eres...¿cómo decirlo?, eres muy yo y a la vez muy distinta a mí. Eres muy callada cuando no conoces a nadie, aunque aún cuando los conoces tienes tus ratillos de estar en silencio, intentas proteger a todos, eres muy tú me refiero a que te puedes meter en mil problemas por ser así pero no vas a cambiar.
-Te quiero.
-Yo también te quiero.
-Una pregunta. ¿Por qué me dijiste una vez que me amabas?-le dije después de un rato.
-Porque quería saber si era eso lo que sentía por ti, y la verdad sigo sin saberlo.-me miró dericto a los ojos- Tú también tienes los ojos brillantes, cada vez que los miro me pierdo en ese verde que jamás había visto en los ojos de nadie. Creo que eres única.-susurró lo último.
-Tampoco he visto nunca ese azul, Rick, Carl, Hersel, Carol, Sophia y Beth tienen los ojos azules pero ninguno tiene tu azul.
-Creo que se te olvida alguien muy cercano a mi.-me dijo con una sonrisa.
-¡Joder!¡Merle! ¡Se me había olvidado!- le dije sonriendo.
-Se lo voy a decir al imbécil de Merle.
-¡Oye! no llames imbécil a tu hermano.
-Pero es que lo es.-me dijo tranquilo.
-Un poco si.-dije y los dos nos reímos.
-Mira enana, ya está amaneciendo.
-Pues yo todavía no tengo sueño.
-Yo tampoco, pero nuestra guardia ya ha terminado, le toca a Maggie y Glenn. Así que vamos a comer algo y después podemos ir a mi celda a hablar o dormir.
-Me parece bien, vamos.-dije y los dos caminamos hacia dentro del pabellón.- Coge algo de comer, yo voy a despertar a los dos tortolitos.-él asintió y yo me fui a la celda de la pareja.-Glenn... Maggie... Levantaros, os toca guardia.-les susurré moviendolos.
-Ya vamos.-me contestó Maggie adormilada. Yo salí de la celda mientras que los dos se levantaban.
-¿Ya están despiertos?-me preguntó Daryl con dos platos de cereales en las manos.
-Si, vamos.-le dije y comencé a subir las escaleras mientras que le arrebataba uno de los dos platos.-¿Vamos a tu celda no?
-Sisi.-me contestó rápidamente y caminamos hasta su celda, al llegar los dos nos sentamos en la cama y apoyamos la espalda en la pared.-Oye,¿puedo hacerte una pregunta?
-Si, dime.
-¿Como murió ese tal Max?-dijo con un tono repulsivo.
-Haber empezaré desde que llegamos a Atlanta.-dije en un suspiro- Nosotros íbamos a pasar un mes allí, no solíamos ver la tele, estábamos todo el día viendo la ciudad, a la semana empezó todo. Él no lo creyó y se quedó en el apartamento que habíamos alquilado. Estuvimos un día allí metidos. Un día al asomarse a la ventana vió algunos caminantes, el corrió a decírmelo y cogimos todo lo que podía servir. Salimos del apartamento juntos, lo lancé al primer caminante que vi, obviamente yo llevaba las mochilas. Y después de eso me busqué un escondite, fue ahí cuando encontré aquel garaje, y dos semanas después conseguí salir de Atlanta y os conocí a vosotros.
-Me imaginaba una historia...-se quedo pensando mientras yo le miraba-No se, diferente.
-Pues esa es la historia, no hay más.-le dije con una sonrisa, no era una historia que me gustase recordar, pero con Daryl no me sentía tan mal.
-Me sorprende que no llores, o no te pongas triste. A mi no me gustaría recordar esas cosas.-me dijo sincero.
-La verdad, siempre que me acordaba me ponía a llorar o simplemente me entristecía, pero al contártelo a ti y no a otra persona o simplemente recordarlo es distinto, contigo me siento segura, me siento bien.-dije un poco avergonzada y agachando la cabeza.
-Te quiero mucho, no lo olvides.
-Y yo también te quiero.-le dije y este me abrazó, un pequeño rato después me quedé dormida en su hombro.
NARRA DARYL
Alexia se había quedado dormida, estaba tan guapa durmiendo, así dormidita parece tan débil y tan frágil, pero ella es todo lo contrario, es una chica muy fuerte y valiente.
Después de un rato mirando como dormía, me levanté con mucho cuidado y la tape con una manta. Salí en silencio de la celda y baje las escaleras corriendo para poder hablar con Hersel, yo no sabía que sentía por Alexia pero tampoco estaba seguro si lo que sentía era amor, la quiero mucho y no de la misma manera en la que quiero a Beth o a Carol, ella es diferente.
-Hey viejo.-le dije a Hersel entrando a su celda, este ya estaba despierto.
-Dime hijo.
-¿Podemos hablar un momento? Creo que tú eres la persona indicada para hablar de este tema.
-¿Qué tema?-me miró a los ojos buscando una respuesta-Ya no me digas más, es Alexia.-dijo después de estar mirandome por unos cinco minutos.
-Si...-susurré- No se lo que siento por ella, la quiero muchísimo, más de lo que yo pensaba que se podía querer a una persona, pero no sé si estoy enamorado de hecho nunca lo he estado. No sé si ese es el sentimiento que tengo hacia ella.-dije en voz muy baja.
-Se nota a kilómetros que la quieres, y no solo como una amiga, si la quisieras como una amiga, no habría ese brillo en tus ojos cada vez que la ves o hablas de ella. Para darte cuenta solo tienes que comparar el sentimiento que tienes hacia Carol, a ella la ves como una mejor amiga, y el sentimiento que tienes hacia Ale, se ve que a ella no la quieres para un rato solo. Te lo digo con la mayor sinceridad del mundo hijo.-me dió una sonrisa la cual correspondí un poco confundido- Habla con ella, dile como te sientes, así sabrás lo que ella siente hacia ti, que puedo estar confundido pero sus ojos verdes solo brillan contigo.-me dijo para darme una palmada en la espalda indicándome que no tenía nada más que añadir.
-Gracias viejo.-le dije con el apodo que yo le había puesto, el asintió y salí de la celda. -Heyy, cuidado,¿dónde vas tan rápido?-le pregunté a Ale cuando la vi correr hacia la celda de donde yo acababa de salir.
-Tengo que hablar con Hers. Luego te veo.-dijo y se metió en la celda, yo simplemente me fui a mi celda a pensar lo que él viejo me había dicho.
NARRA ALEXIA
-Hola Hers.-le dije en un pequeño susurro.
-Hola hija, pasa siéntate.
-Quería hablar contigo sobre una cosita.
-Yo te escucho.
-No se lo que siento por el cazador gruñón.
-Estas enamorada de él, se nota, y me quiero ahorrar una reverenda charla sobre esto. Estás enamorada, no estabas segura porque nunca lo habías sentido, pero así es.
-Gracias viejo, me esperaba una charla más larga y aburrida.-le dije y los dos nos reímos.
-Vete a hablar con él, ahora.-me dijo, yo le asentí y salí de la celda para ir a ver a Daryl. Super impaciente, lo sé.
...

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