CAP.51

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Narra Daryl
Me desperté, y al mirar a mí alrededor pude comprobar que lo que había pasado no era ningún sueño. Vi a Lydia enfrente de mí, mirándome.
-¿Cuánto llevo durmiendo?-pregunté.
-Casi todo el día.
-¿Y tú estabas por aquí?
-Sí. Observándote.-me respondió mientras jugueteaba con un palo entre sus manos.-Observándolos, decidiendo.
-¿Decidiendo qué?-le pregunté y ella levantó su mirada de sus manos a mí cara.-¿La has matado?
-No pude.-dijo agachando la cabeza.-Lo más probable es que ahora ataque Hilltop, esto le habrá cabreado y es la comunidad más cercana, no se arriesgaría en ir hasta Alexandria.
-Tenemos que irnos.-le dije levantándome-¿Sabes andar en bicicleta?
-Si, ¿por qué?-me preguntó mientras empezaba a caminar detrás de mí.
-Tienes que conducir mi moto, Alexia cuidaba su moto como si fuese su hija, no puedo dejarla ahí. Cuando ella vuelva, querrá ver su moto tal y como la dejó.-le respondí y caminamos hasta llegar a los árboles donde estaban las dos motos.
-No estoy muy segura con esto, Daryl.-dijo y yo la miré.
-Es fácil, como andar en bici pero con más peso y sin tener que pedalear.-le dije y después le expliqué cómo funcionaba todo. Fuimos hasta Hilltop despacio, para que no le pasara nada a Lydia. Al llegar me baje de la moto de Ale y ayudé a Lydia. Yumiko, Kelly y Luke se acercaron a nosotros en busca de alguna pista.
-¿Hay rastro de ellas?-preguntó Yumiko y yo negué con la cabeza.
-No llegamos tan lejos.-le respondí.
-¿Y eso?-preguntó está vez Kelly.
-Tenemos que hablar.-dije y está vez fue Luke el que negó con la cabeza.
-Lo siento Daryl, tenemos que ir a por ellas.-dijo Luke y yo le miré mientras suspiraba y dejaba escapar una sonrisa irónica.
-Soy el primero que quiere ir y sacarlas de allí, ¿se os olvida a quién tuve que dejar ahí?-les pregunté y los tres me miraron sintiéndose regañados.
-No podéis salir.-me apoyó Lydia.-Mi madre viene hacia aquí.-añadió y al girar mi cabeza vi a Dani sentado junto a Sophia. Al acercarme a ellos pude ver cómo los dos tenían los ojos hinchados y rojos. Al verme, los dos se tiraron a mis brazos y empezaron a llorar.
-Ella va a volver.-dije mientras los abrazaba y aguantaba las ganas de llorar como un niño pequeño.
-¿Lo prometes?-preguntó Dani separándose un poco de mí. Por un momento dude que responderle pero al final asentí con la cabeza, no muy seguro pero lo hice.
-Volverá, siempre lo hace.-le contesté y él me volvió a abrazar.-¿Quién vino con vosotros?-les pregunté y los dos se separaron de mí, les sequé la cara a cada uno y cuando calmaron sus respiraciones contestaron.
-Están todos aquí. Charles, Beth, Kayra, Ayax, Adri, Álex, Borja, Guille y Miguel. Merle también ha venido, y Glenn y Maggie. Aarón avisó por la radio de que sabíais donde estaba la horda y vinimos todos.-respondió Sophia.-Carl y Judith han vuelto, Rick y Michonne fueron con un hombre a una isla.
Después de un rato llegó Rosita a Hilltop y todos nos reunimos en la mansión de la comunidad.
-Si vienen hacia aquí, ¿qué oportunidades tenemos de salvar la comunidad y sobrevivir todos?-preguntó Jesús.
-Probablemente no tengamos ninguna oportunidad. Son miles de caminantes.-le respondió Aarón.
-Ya lo habéis oído. Tenéis que iros.-dijo Lydia.-Aunque eliminaseis a la mitad de la horda de la cueva, todavía le quedan miles. No podéis quedaros.
-Los enmascarados podrían dirigirse hacia Alexandria, no lo sabemos.-dijo Earl.
-Pero estamos en medio.-le dije.
-Quizás pasen de largo.-volvió a hablar Earl.
-No necesita pasar de largo. Pasará por encima.-dijo Lydia.
-No quiero volver a huir.-le dijo Earl.
-Lydia tiene razón.-habló Jerry.
-Podemos mudarnos a otro sitio.
-Venga ya, no podemos.
-¿Cuántas veces has salido a explorar? ¿Cientos? ¿Has visto algún lugar como Hilltop?
-No.
-Aquí no tenemos ni 50 personas capaces de combatir.-dijo Yumiko.
-¿Qué probabilidades hay? Ninguna.-habló Álex.
-Estoy de acuerdo.-asintió Maggie.
-No tenemos por qué morir aquí.-dijo Aarón.
-Tendremos que luchar, y si morimos, será defendiendo un lugar que significa algo.-habló de nuevo Earl.-¿Se os ocurre una causa mejor?
-Si. Nos vamos para proteger a mi hija,a Judith, RJ, Daniel, Coco, Adam. ¿Quieres que siga? Porque todavía hay más.-le dijo Aarón.
-Vale, que salgan los niños primero.-dije.-Haced las maletas, nos vamos a Oceanside. Coged armas, comida, lo que podáis. Nos reuniremos allí.-terminé de hablar y salí de allí seguido por Borja y Charles.
-Daryl, espera un momento.-escuché a Borja y me di la vuelta pero no fuí capaz de mirarle a la cara, ni a él ni a Charles.
-No hagas eso.-dijo Charles.
-No fue tu culpa Daryl.-me dijo Borja y le miré con las lágrimas amenazando con salir.
-Debí sacarla de allí antes de salir yo.-dije y sentí por primera vez, los brazos de Borja alrededor de mí. Me permití llorar por unos segundos hasta que recordé que la persona que me consolaba era su padre.-Yo debería consolarte a ti, es tu hija.-dije separándome de él.
-Es mi hija y se que saldrá de ahí, porque se que hará hasta lo imposible para que Dani Sophia y tú estéis bien.-dijo y sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.
-Además, querrá ver a su sobrino o sobrina crecer.-añadió Charles y yo le miré analizando cada palabra de esa frase.-Beth está embarazada, vas a ser tío.
-Felicidades Charles.-le dije y le di un abrazo.
-Ya lo celebraremos luego, tenemos que sacar a los niños de aquí.-dijo Charles y yo asentí. Salí de la mansión para ayudar con los niños.
-Daryl, quiero pelear.-me dijo Judith mientras caminábamos hasta el carro donde subían los niños.
-Yo también quiero papá.-dijo Dani y yo suspiré.
-Lo se, pero no podéis. Subid y no discutáis, cuidad de RJ.-les dije y los tres se subieron mientras escuché cómo abrían las puertas de la comunidad, Ezequiel y Carol entraban a Hilltop juntos. En el momento en el que Carol miro hacia mí, aparté la mirada y fui a prepararme para marchar. Cogí mi ballesta y me subí a la moto, nos fuimos de Hilltop hasta que nos encontramos con un árbol tirado en mitad del camino.  Me baje de la moto y observé a dos guardias de Hilltop, colgados de arboles y ya convertidos en caminantes.
-Felix y Penny.-dijo Dianne mientras yo observaba todo.
-Todos los caminos estarán así ahora. No podremos pasar. Es Negan. Ahora está con ella.-dije y Lydia suspiró. Volvimos a Hilltop y al llegar todos se acercaron a mí en busca de respuestas.
-¿Qué pasa?-me preguntó Aarón después de abrazar a Gracie.
-Ha cortado los caminos. Nos están cercando ya. No sé si pudimos escapar, pero ya no.-respondí y las caras de todos cambiaron a una de decepción
-Pero no podemos quedarnos aquí. Dijiste... Todos dijisteis que no podíamos quedarnos.-dijo Kelly con la voz entrecortada.
-Podemos llamar a Alexandria, ¿no? Los llamaremos y enviarán gente a pelear. Así no estaremos solos. No estaremos solos ¿verdad?-dijo Luke desesperado.
-Ni Oceanside ni Alexandria llegarían a tiempo. No hay tiempo y no pueden ir por los caminos porque estarán bloqueados.-dijo Charles mientras acariciaba inconscientemente el tatuaje del nombre de Alexia que lleva en su brazo.
-Estamos solos.-sentenció Ayax.
-Repartid armas, hay catapultas en los muros y buenos hombres.-dijo Borja.-Hemos estado practicando para esto. ¡Vamos hermanos! ¡Haced lo que debáis para mantener la cabeza fría y despejada! Es la batalla de nuestra vida.
-Tiene razón. Hemos perdido gente en esta guerra, no dejemos que sus vidas hayan sido en vano.-dijo Adrián y yo agaché la mirada hacia el suelo, con la imagen de Alexia sonriendo en mi cabeza. Ayudé a preparar la comunidad para la batalla. Subí a una habitación de la mansión y saqué un pañuelo blanco que era de Alexia y lo até en mi pierna, me lo dejó una vez y nunca mas se lo devolví, siempre me había gustado y aproveché el día que me lo dejó para quedarme con él. Salí de la habitación cojeando por la herida que Alpha me hizo en la pierna y me apoye en la barandilla para ver cómo todos se estaban preparando para jugarse la vida por un futuro. Todos salieron menos Ezequiel, quién se quedó ajustando un pañuelo en su cuello, le había salido un bulto.
-Ya estoy.-me dijo cuando terminé de bajar las escaleras.
-¿Estás bien?-le pregunté señalándome el cuello.
-No. Tengo un cáncer. Pero da igual, ¿me entiendes?
-Si, lo siento.-respondí.-Oye, tú y yo nunca hemos tenido mucho de que hablar, pero eso no significa que no sepa todo lo que has sufrido. Eres de los fuertes, y aquí hay mucha gente que se alegra de ello. También yo.
-Gracias, significa mucho.
-Ya. Esto se pondrá fatal, y quiero a los niños a salvo. Si la cosa sale mal, o tú o yo caemos...-me interrumpió.
-El otro se llevará a los niños.
-¿Estás de acuerdo?-le pregunté y él se acercó a mí, me extendió la mano y yo se la estreché cerrando el acuerdo.-Bien.-Ezequiel salió de la mansión y yo me di la vuelta, vi a Judith y a Dani y caminé hacia ellos.-Hola, deberías estar con el resto de niños.
-Queremos ayudar. Sabemos luchar.-dijo Judith cruzándose de brazos.
-Ya lo sé. Siento lo de antes, no deberíais haber visto esos cuerpos.
-Solo eran caminantes.-dijo Dani restándole importancia, con una frialdad que nunca había visto en él.-He matado a muchos.
-Lo se, hijo. Pero no solo eran eso.-le dije y él negó, yo sabía que después de lo de Alexia para él lo demás ya no importaba nada.
-No tenemos miedo, queremos luchar.-dijo Judith.
-Lo se, pero yo sí, un poco.-les dije para convencerlos de ir con los demás, aunque en realidad si tenía algo de miedo.
-Si yo tuviera miedo, sería por RJ porque es muy pequeño. Me preocuparía por papá y mamá.-dijo Judith y Dani agacho la mirada al escuchar la última palabra.
-Quiza tendría miedo de que te hicieran daño y perderte, como a mamá.-dijo Dani y yo le acaricié la cabeza, una parte de mí creía que ella volvería pero otra parte me decía que ella ya formaba parte de esa horda.
-Eso no pasará. Y no es nada malo, sabéis por quién lucháis.-dije y los dos asintieron.
-Te hemos hecho esto.-dijo Judith mientras me enseñaba mi chaleco con una de las alas pintada de azul.
-Es para darte suerte.-dijo Dani y yo sonreí, el azul era mi color favorito, y también el de Lexi.
-Trae, me encanta.-dije mientras me lo ponía.-¿Cómo estoy?-pregunté y Judith soltó una risilla.
-Te queda bien.-respondió la pequeña Grimes.
-Otra cosa.-dije agachándome para quedar a sus alturas.-Si esta noche viene Ezequiel a por vosotros y a por RJ, id con él, aunque no sepáis dónde estoy yo. ¿Vale?-dije y los dos agacharon la mirada.-Tenéis que prometerlo.-dije y Judith levantó la mirada para mirarme, pero Dani siguió observando el suelo.
-Lo prometo.-dijo Judith y yo le sonreí, miré a Dani y acaricié su pelo suavemente. Los abracé a los dos y respiré hondo.
-No hagas ninguna tontería y ponte a salvo, no vayas a pelear Dani, mamá te mataría si lo hicieras.-le susurré al oído y él soltó una pequeña risa por lo último.-Tened cuidado chicos, os quiero mucho.-les dije y salí de la mansión. Caminé hasta las tumbas y observé un pequeño corazón con una A, ni siquiera sabía quién ni cuando lo habían hecho pero no estaba antes de irnos a buscar la horda. Sentí pasos detrás pero ni me giré , sabía que era Carol.
-Por favor, no me odies.-escuché que decía y me giré.
-Yo no podría odiarte.-le contesté y me fuí. Caminé lo más rápido que pude hasta alcanzar mi arma, una especie de bola con pinchos enganchada a una cadena, salí de Hilltop y vi a todos en formación. Caminé hasta colocarme al frente, donde estaban Charles, Kayra, Borja y Sophia. Sophia llevaba alrededor de su muñeca el pañuelo que usaba cuando iba en moto con Alexia, Charles acariciaba el tatuaje con el nombre de su hermana, Kayra observaba el brazo donde tenía tatuada una A que estaba hecha con tres hachas, y Borja miraba las estrellas mientras tocaba inconscientemente el tatuaje de una foto de su hija. Podía notarse que a esa familia le gustaban los tatuajes, todos tenían unos cuantos.
-Esto va por ella.-susurró Charles y yo agaché la mirada. Kelly tocó el suelo y cerró los ojos, ya venían. Podíamos empezar a ver cómo salían de entre los árboles.
-¡En formación!-gritó Aarón y escuché como los escudos chocaban unos con otros.-¡Se dividen! ¡Arqueros, cargad! ¡Cuando yo diga abrid las filas!-volvió a gritar Aarón mientras yo avanzaba.-¡Ahora!-la formación se dividió en dos y las flechas salieron volando hacia los caminantes. Todos nos acercamos hasta la barrera que habíamos construido y empezamos a matar caminantes. Al mirar de reojo a mí lado vi una silueta más pequeña y que reconocí al segundo.
-¡Daniel!-grite y Borja se coloco a mi lado mientras mataba caminantes.
-Sabe luchar mejor que muchos de los que están aquí, no te preocupes, estará bien.-me dijo Borja y yo bufé pero al ver como Dani mataba aquellos podridos me di cuenta de que tenía razón, era la primera vez que veía a mí hijo en una situación así y se movía con tanta agilidad que parecía que era lo que hacía habitualmente.
-¡La valla no aguantará!-gritó Aarón y un líquido pegajoso empezó a caernos encima.
-¡Huele a árbol de navidad!-gritó Jerry y una zona empezó a arder.
-¡Y arde como la gasolina!-añadió Ezequiel, todos nos miramos por unos segundos, estábamos empapados y si estábamos cerca del fuego probablemente arderiamos.
-¡Preparaos para retroceder!-gritó Aarón cuando la valla empezó a ceder.-¡Vamos, corred! ¡Tras las puertas!-gritó y yo enganché a Dani por el chaleco blindado, lo alce en el aire y corrí lo más rápido que podía. Cuando estábamos llegando a las puertas, unas flechas con llamas cayeron en el muro de Hilltop y todo se volvió fuego. Más caminantes empezaron a llegar, entramos a la comunidad como pudimos. Íbamos corriendo de un lado a otro mientras matábamos caminantes, y también Susurradores. Llego un punto en el que ya no había nada más que fuego y muerte, tuvimos que salir de allí corriendo. Salí de allí juntos a Rosita, Dianne, Jerry, Nabila y otras personas. Caminamos durante toda la noche, haciendo pequeños descansos pero no muy largos, teníamos que alejarnos de Hilltop.
-Nabila pregunta por los niños.-me dijo Rosita.
-Estarán con Ezequiel en el punto de encuentro.-le respondí. Caminamos hasta llegar a la casa donde deberían estar. Al ver un caminante salir de allí, corrí para matarlo y al entrar no había nadie.-Separaros, a buscarlos.-dije, Jerry y yo volvimos rápidamente a Hilltop. Al llegar todo estaba lleno de humo. Vimos dos chapas de hierro que se movían y al levantarlas Ezequiel salió.
-Earl está con los niños, vamos, rápido. Vi a Dani salir corriendo con alguien, no logré ver quién era.-dijo y los tres salimos corriendo. Yo iba el primero, mirando las pisadas en el suelo. Cuando llegamos a una casa, saqué el cuchillo y abrí la puerta. Los niños salieron corriendo hacia nosotros.
-¿Judith está dentro?-le pregunté a RJ y él asintió. Al entrar vi a Earl muerto y a Judith sentada en el suelo con su katana en la mano.-Ven aquí.-le dije sentándome a su lado y abrazándola. Estuvimos un rato así y después salimos con los demás.

Narra Alexia
Sentí la explosión y las rocas junto a la tierra empezaron a caer cerca de mi. Escuchaba ruidos de la horda, que se alteró con la explosión. Me desmaye y cuando volví a despertar ya era otro día, ya no se escuchaba la horda. Quité las rocas que me impedían salir a la superficie y respiré hondo cuando el sol impactó contra mi cara. Caminé despacio durante horas, debía de estar muy atenta a cualquier cosa que pasara a mí alrededor. No tardo más que un par de horas en hacerse de noche, conocía la zona en la que estaba, ni siquiera estaría a mas de dos horas de la mansión por lo que busqué en los árboles marcas, exactamente las marcas que hacíamos en los árboles en los que habíamos construido un pequeño refugio, como una casa de árbol. Al encontrar el primero, lancé una flecha a la cuerda que sujetaba las escaleras, provocando que estás cayesen y yo pudiera subir. Al llegar arriba lo primero que vi fue el cañón de una pistola Glock apuntando hacia mi cabeza.
-¡Alexia!-dijo Charles con alegría mientras guardaba la pistola y me ayudaba a terminar de subir. Le di un abrazo lo más fuerte que pude, y para mí no pasó desapercibido que estaba sudado y lleno de sangre. Al entrar en la pequeña casa del árbol me encontré a mí padre, a Kayra, Ayax, Adri, Alex, Sophia y Dani. Me lancé a abrazar a Dani y a Sophia, quienes también estaban con sangre y sudor, además de algo pegajoso que Charles también tenía. Abracé a todos y después me acurruqué en una esquina con Dani entre mis brazos y con la cabeza de Sophia apoyada en mi hombro. Me contaron lo que había pasado, algo que ya sospechaba cuando desperté y no escuché ningún ruido de la horda. Descansamos hasta que se hizo de día. Bajamos de la casita y empezamos a caminar en busca de más gente. Nos encontramos a Jesús, Guille con Miguel, Merle y Abraham con Sasha. Después de seguir caminando por un rato, llegamos a una casa donde vi a Jerry;Nabila; Ezequiel;  Rosita; Dianne y los niños, salvo Judith. La pequeña Grimes salió de la casa cabizbaja y al verme corrió para abrazarme.
-Pensé que no volveríamos a vernos.-me dijo en mitad del abrazo y yo sonreí.
-Me alegro de ver que estás bien.-le dije y ella dejó un beso en mi mejilla. Al escuchar el ruido de la puerta de la casa, instintivamente apunte con mi ballesta hacia allí.

Narra Daryl
Después de hablar un poco con Judith, ella salió primero de la casa mientras yo pensaba un poco en todo lo que había pasado. No tarde más de un minuto en salir por la puerta de la casa y encontrarla allí, apuntando directamente a mi cabeza con la ballesta. Toda la mala energía de esa noche se borró al verla allí, sana y salva. Ella bajo la ballesta y yo corrí sin importarme la herida de mi pierna, Alexia dejó caer la ballesta y me rodeo con sus brazos mientras escondía su cara en mi cuello. Un par de lágrimas de felicidad se escaparon de mis ojos al volver a sentir el calor de tenerla entre mis brazos, dejé varios besos en su cabeza y luego me separé un poco para juntar su boca con la mía en un dulce y necesitado beso. Ni siquiera necesitábamos hablarnos para expresar lo que sentimos en aquel momento. La había echado tanto de menos, el simple pensamiento de no volver a verla me había matado los últimos dos días. Pero ella había conseguido salir de allí, y la prueba de ellos es que estaba rodeando mi cuello con sus brazos como siempre solía hacerlo.
-Se que te lo digo todos los días, pero te amo tanto que siento que lo digo pocas veces.-le dije y ella sonrió.-Se que no es el mejor momento, o quizás es el momento perfecto, no lo sé.-dije mientras todos nos miraban, a decir verdad me sentía bastante observado y no es algo que me gustase.-Quizas a día de hoy no sirva de nada, pero quiero hacerlo.-dije mientras buscaba una cosa que llevaba semanas guardada en mi bolsillo. Con la herida molestandome, me arrodille delante de ella como pude.-¿Quieres casarte conmigo?-jamas habría imaginado que esas tres palabras saldrían de mi boca, pero lo hicieron.
-Claro que si.-me respondió mientras un par de lágrimas bajaban por sus mejillas, yo le coloque el anillo que había estado buscando para ella y la abracé con todas mis fuerzas.
...

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⏰ Última actualización: Oct 12 ⏰

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