eterno › heehoon.

vi.

es viernes, el final de su primera semana. solo serán dos recesos y llegará por fin a descansar de toda esta alocada semana.

en el primer bloque de clases, llega una alumna que está llorando. basta una mirada de soobin para que entienda que debe darles privacidad y no tarda en salir.

mientras camina por el pasillo se arregla el cuello de su camisa, esta vez gris y a su mente viene el recuerdo de la gota de sangre que encontró en su camisa el día de ayer. cayó con el puñetazo.

decide de pronto explorar lo que aún no conoce y explora las aulas y pasillos. sus pies siguen el sonido de balones golpear el suelo. entra silenciosamente al gimnasio y observa a los alumnos en su clase de educación física. no es voluntario, pero lo encuentra, heeseung está en su ropa deportiva jugando baloncesto. es bastante bueno y el resto de su clase lo anima.

sunghoon se arrastra despacio hasta las gradas y se sienta.

heseeung es realmente bueno, lo ve encestar bastantes veces. tiene el cabello sudado y el cuerpo igual. de pronto recuerda a minji "es caliente ¿no?"... claro que lo es.

todo estaba bien hasta que antes de encestar (de seguro), heeseung observó a su público, paseó su mirada y se topó directamente con los ojos de sunghoon. entonces se quedó inmóvil viéndolo. y por supuesto, todos los demás siguieron su mirada.

sunghoon enrojeció, era como ser atrapado acosando a tu ídolo. así que muy despacio, se levantó.

—¡hey, tú eres el ayudante de todos! —la voz del que supuso era el profesor detuvo su huida. —ven, te necesito, chico.

sunghoon no sabía decir que no. arrastró sus pies frente al hombre y lo saludó con formalidad.

—relájate, muchacho. solo quiero que tomes el tiempo de los chicos mientras les grito, siempre pierdo la noción del tiempo y me engañan.

sunghoon fue sentado de vuelta en las gradas sosteniendo su celular con el temporizador, mientras los alumnos corrían bordeando la cancha y literalmente, el profesor les gritaba cuando se atrasaban.

heeseung se alejó del grupo, el profesor ni le tomó atención, ni lo observó cuando se sentó junto a sunghoon, como si no existiera.

—¿me acosas? ¿eres mi protector cuidando que no me meta en problemas?

—fue una casualidad.

—¿no te duele? —sunghoon lo observó con confusión. heeseung  lo miró solo un segundo para luego continuar viendo al frente. —la mejilla.

—no, no pegas tan fuerte. —era una broma sin gracia. aún así heeseung rió. —tienes mucho talento para el baloncesto, deberías concentrarte en eso en vez de las peleas. —era sincero. mucho.

—ese hijo de puta se lo merecia.

—¿yo?

otra broma sin gracia. esta vez heeseung no se rió.

—no quería golpearte.

—¿tienes algún tipo de fobia con las disculpas?

heeseung se giró y le sonrió. esa sonrisa suya estaba causando estragos en sunghoon.

—yo no me disculpo.

—ahora yo quiero golpearte.

se sonrieron por un segundo.

—quiero ver eso, niño rico.

la alarma del temporizador sobresaltó a sunghoon y este le hizo señas al profesor de parar. luego, su ayuda ya no era necesaria así que se fue. volvió al despacho y tocó antes. la muchacha ya no estaba.

en el primer receso, minji había estado esperandolo algo más emocionada que de costumbre.

—se corre el rumor de que domaste a heeseung ¡que lo fuiste a ver a una clase y se quedó helado! —jiu estaba histérica.

por dios, ellos solo habían hablado.

—no pasó así. todos estaban sorprendidos de verme y yo no lo fui a ver.

aún después de contar su historia, para minji era mejor la versión de los demás. las miradas ya casi eran costumbre, sunghoon ya ni las notaba, llevaban viéndolo toda la semana, pero hubo una que no obvió. heeseung lo observó tomar su café mientras limpiaba el patio. lo supo porque minji lo informaba cada dos segundos.

hasta soobin se entera, lo sabe por la forma en que lo ve. aún  así no dice nada. hombre de muy pocas palabras.

para el almuerzo, es todo totalmente distinto con jihyo y taeyeon llenandolo en preguntas. soora fingiendo llorar y sooyeon creando su propia historia.

sunghoon niega y se pone su red, concentrándose en servir con su sonrisa habitual como todos los días. pero hoy no es un día normal. su cucharón queda en el aire al ver a heeseung sosteniendo una bandeja frente a él.

él no comía aquí, no lo hace nunca según jihyo.

—¿no vas a servirme almuerzo? —heeseung tiene una media sonrisa.

sunghoon aterriza y sirve con su habitual sonrisa, es su trabajo aunque se siente distinto. lo observa sentarse en una mesa solo. frente a él, y mirarlo mientras se sienta.

¿qué es todo esto? jihyo murmura junto a taeyeon. las ignora sirviendo sonriente.

cuando ya está seguro de que nadie vendrá, una bandeja es puesta sobre sus ojos. jay está sonriendo burlonamente frente a él.

¡jay!

sunghoon abre sus ojos con sorpresa y sonríe, impulsandose en la mesa para golpearle el hombro.

—¡no sé nada de ti desde hace una semana! —se queja. — ¿chicas, puedo salir por favor?

jihyo asiente y le ayuda a quitarse el delantal blanco y la red. sunghoon cruza y vuelve a golpear a jay. en cambio su amigo lo abraza y sunghoon enrojece porque están en un lugar muy público y no es correcto.

—vamos afuera.

en el patio, se sientan en una banca cualquiera.

—me pusiste aquí y desapareciste, mal amigo.

—tener un novio es pesado. —jay luce feliz y eso lo pone más feliz.

llevan mucho siendo amigos.

—es pesado el servicio comunitario.

—¿cómo te ha ido? creíste que no te visitaría, quiero que salgamos cuando acabes aquí...

—sunghoon ya tiene planes hoy.

el nombrado se gira con sorpresa a ver a heeseung. este día se torna cada vez más extraño.

—¿disculpa? ¿tú quién eres? —jay es tosco. de pronto sunghoon teme una pelea.

—¿tú quién eres? —el desprecio en heeseung está enfureciendo a jay, lo sabe al ver su labios, los aprieta cuando está enojado.

—heeseung, esto es personal, por favor vete. —sunghoon no sabe qué está ocurriendo pero no le gusta.

—¿es tu novio?

—es mi mejor amigo. sal.

jay luce tan amenazador como heeseung. pero basta una mirada para que heeseung se retire.

—¿y ese idiota?

—tengo tanto que contarte...