xix.

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—heeseung, despierta... heeseung, tienes que despertar... ayer fuiste muy puntual ¿qué pasó hoy?

sunghoon suspiró. heeseung se negaba a abrir los ojos. ambos yacían en la cama de sunghoon, apretados en un extraño abrazo. despertar a heeseung era algo que primero pensó en no hacer, y es que verlo dormir era algo demasiado relajante. pero ya venía siendo hora de que se levantaran y heeseung no estaba cooperando aunque obviamente estaba despierto, solo apretaba más y más el abrazo.

—heeseung, abre los ojos. —pidió por décima vez.

—no quiero ir hoy a trabajar. —murmuró este, tomando impulso para enterrar su rostro en el pecho de sunghoon.

—es tu segundo día, no seas ridículo. —sunghoon rió y se dijo mentalmente que le daría solo cinco minutos más.

recordó el día anterior en esos cinco minutos. no había salido mal, sunoo era alguien bastante sociable y con su ayuda logró que la conversación fluyera y no fuera solo respuestas cortantes por parte de heeseung y jay, quienes terminaron hablando un poco. cuando iban a irse, jay quiso hablar un momento a solas, cosa que heeseung no quería, pero sunghoon no le estaba preguntando.

jay le reprochó el que ya no lo visitara, llamara o siquiera respondiera sus mensajes. sunghoon se disculpó, pero la distracción llamada heeseung estaba ocupando todos sus pensamientos últimamente.

"parece que le gustas mucho." recordó las palabras de su amigo "sigo sorprendido con que tengan una relación, creo haberte dicho hace una semana que no le entregaras el culo."  jay recibió un golpe por lo último y respondió simplemente que en una semana podían pasar muchas cosas.

sunghoon sonrió de pronto. que lindo el sentimiento de ser querido por alguien más que su mejor amigo.

—heeseung, arriba.

tomando impulso, se enderezó en la cama y removió a heeseung hasta que el otro copió sus movimientos y pudieron levantarse. mientras desayunaban, rato después, sunghoon observó con detenimiento a heeseung, y volvió a tener curiosidad por la cicatriz en su rostro. la necesidad de preguntar fue casi asfixiante.

—heeseung ¿de qué es la cicatriz en tu rostro? —pasaron unos segundos antes de que heeseung hablara.

—me la hizo mi padre real, el día en que se fue. mi mamá lloraba e intentaba que se quedara aferrándose a su pierna, él la golpeó y entonces la defendí... y bueno, te imaginas el resto. —contó con frialdad. sus ojos duros como el acero. —fue su último regalo. —bromeó sin gracia alguna.

—¿por qué tu padre haría eso? simplemente no... —sunghoon detuvo sus palabras abruptamente. el recuerdo de un cinturón volviendo a su mente.

—¿estás bien?

—sí, por supuesto ¿vamos? te dejaré en la parada, tengo cosas que hacer hoy.

juntos caminaron a la parada, sin tomarse de la mano. antes de que heeseung subiera al bus, sunghoon preguntó.

—¿sales a la misma hora? si no es así tienes que llamarme cuando salgas para ir a buscarte.

heeseung le sonrió.

—me tratas como si fuera tu hijo. puedo cuidarme, má.

heeseung comenzó a subir, sunghoon lo detuvo en el primer escalón.

—heeseung, tienes que llamarme o decirme...

—sí, cariño. —antes de subir, heeseung le besó la frente.

sunghoon vio el bus irse con una sonrisa boba en sus labios. que raro era que te gustara una persona. volvió a su casa y tomó su celular, con rapidez marcó.

—¿hola?

—minho.

—¿estás bien, sunghoon? —su hermano sonaba frío, como siempre era impersonal.

—necesito hablar contigo.

—en mi oficina, a las dos. —y cortó.

minho solo sabía ser un traidor.

el resto del día, sunghoon decidió darse una vuelta por algunas universidades. su año de descanso pronto llegaría a su fin.

cuando fueron las dos se dirigió al edificio de su hermano. sí, el edificio completo era de él. un hombre exitoso, el orgullo de sus padres.

pasó sin necesidad de anunciarse, todos sabían quién era él. pero antes de pasar a la oficina de su hermano, tocó. porque los modales siempre debían ser antes. una vez adentro, sentado frente a su hermano que miraba con concentración una carpeta negra repleta de ordenados papeles.

—voy a irme de casa.

esa simple oración hizo que su hermano centrara su mirada y atención en él.

—lo he decidido, de hecho ya compré un departamento, pienso irme despacio, pero será dentro de esta semana.

minho lo analizó un momento antes de comentar.

—eres independiente, capaz, solo no me gustaría que te pelearas con nuestros padres.

—no voy a pelear, soy un adulto. me despediré y todo.

—sabes que no hablo de eso.

—¿entonces de qué?

—de heeseung.

sunghoon boqueó.

¿cómo sabía su hermano de heeseung?

eterno › heehoon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora