xv.

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su día favorito había llegado, era miércoles.

cuando llegó a la escuela, algo más tarde de lo que acostumbraba pero aún a buena hora, había gente por todos lados. mujeres y hombres caminaban de allá para acá con cajas, adornos. telas largas, vestuario. sunghoon esperó hasta estar con soobin para preguntar.

—es el aniversario de la escuela, están preparando algo en el gimnasio, la mayoría de los estudiantes participa, hasta los peores portados. es una distracción muy buena. —fue su respuesta.

aunque intentó, le fue imposible imaginarse a heeseung participando en un evento como este.

cerca de una hora y media después, la gente comenzó a pasar al gimnasio. los profesores y trabajadores del recinto tenían asientos reservados, sunghoon no. él esperó a que todos pasaran y se sentaran. y se quedó de pie, apoyado en la pared tras de si, de frente al escenario que montaron pero a una distancia considerable. una muchacha apareció tras unos momentos en el escenario, ella era la animadora, al parecer. sunghoon solo quitó su atención de ella cuando una mano se posó en su cintura.

heeseung lo separó de la pared, y se puso tras él. cruzó ambas manos por su vientre y lo abrazó de tal modo que su pecho quedó pegado a la espalda de sunghoon. un abrazo íntimo, demasiado para el lugar en el que estaban. y aún así, se dejó hacer. heeseung apoyo su mentón en su hombro.

—sabía que tú no participabas en estas cosas. —sunghoon le habló en voz baja, la animadora fue reemplazada por cuatro chicos, pero al no estar prestando atención a nada más que a heeseung tras él, no supo que se supone que harían o estaban haciendo.

—a veces lo hago, soy un gran bailarín, pero quería reservarme este día para ti. —el aliento de heeseung cálido contra su oreja le daba cosquillas.

—¿bailas?

—tengo muchos talentos ocultos.

sunghoon sonreía sin razón, heeseung estaba trazando círculos con sus pulgares en su vientre bajo.

—¿tienes algo que hacer el viernes? —preguntó al recordar lo que pensó la tarde anterior.

—por supuesto. —contestó heeseung. sunghoon se contrajo en una mueca de decepción. —el viernes tengo que salir contigo ¿a dónde iremos?

sunghoon se giró solo un poco para que viera su ceño fruncido.

—tus bromas no me agradan... y quiero que me acompañes a comprar algo.

—compraremos algo entonces.

—y por cierto, tu amigo riki... —sunghoon iba a preguntar a qué había venido ese chico, pero se detuvo al pensar que eso era de chismoso, y que heeseung no era su esposo como para tenerlo controlado... aún así pregunto. —¿para qué te quería?

—le pedí que me buscara un trabajo.

—heeseung, ya habíamos...

—no, espera. —heeseung sorpresivamente, le dejó un corto beso en la mejilla antes de continuar. un beso tan corto como el tiempo que demoró sunghoon en sonrojarse. —le pedí que me buscara un trabajo distinto, algo... legal. y para los fines de semana.

—¿seguro de que no está enojado conmigo por el golpe? —la repentina preocupación hizo bajar el sonrojo de sunghoon.

—no pegas tan fuerte.

sunghoon río. el recuerdo del gimnasio luciendo lejano, cuando en realidad había sido hace menos de un mes. su sonrisa se congeló en sus labios cuando al pasear su mirada, encontró muchos ojos curiosos viendo en su dirección. demasiados. y se sintieron como focos iluminando su rostro.

estuvo a punto de alejarse de heeseung, cuando vio a minji. ella también los observaba, pero estaba sonriendo. y cuando sus ojos se encontraron, ella levantó su pulgar.

sunghoon no necesitaba la aprobación de nadie, era su vida y si quería podía besar a heeseung frente a todos. lo que no hizo, porque sus modales se lo impidieron, pero al menos no se alejó de heeseung. no estaban haciendo nada malo.

eterno › heehoon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora