-꒷꒦Twenty-five꒷꒦-

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Su primer día en la universidad no fue tan fácil como él pensó.

La gente era muy rara, reservada, mientras que los otros simplemente iban a lo suyo.

Por una parte era similar a la secundaria, y por otro lado ni se acercaba.

Notó que varias personas le llamaban la atención, en especial chicos apuestos con los que todos deseaban estar.

Escuchaba su nombre ser nombrado en grupos llenos de personas, y se le acercaban a hablar muchas personas con frecuencia.

Además, le pedían salir, lo cuál le era muy extraño.

Pero él no estaba interesado, y tampoco llegaría a estarlo.

Porque solo tenía una persona en mente.

Caminaba por los pasillos, cuando sintió que su mano fue tomada y estirada a la biblioteca.

—Hola. —dijo mientras sonreía. —¿Puedo hablar contigo un momento, porfavor? Tengo algo muy importante que decirte...

Haciéndose una idea de lo que le diría, suspiró y rodó los ojos, cansado.

—Disculpa, necesito irme a casa-
 
—Déjame hablar contigo. —insistió. —No te quitaré mucho tiempo, lo prometo. Es algo rápido de decir.

Era otro de esos ligones que intentaban acercarse a él.

Jungkook tomó aire y dejó salir un suspiró y continuamente asintió con la cabeza mientras se cruzaba de brazos, mirando al chico, desinteresado.

¿En qué momento pasó de ser el chico que nadie notaba y todos empujaban al chico que todos quieren besar o follar y que además se les hace atractivo, guapo y tierno?

—Soy Shin Jiho. —habló.

Notaba cómo lo miraba de arriba a abajo, haciéndolo sentirse incómodo, observado, humillado.

Además, esbozaba una sonrisa muy extraña.

—En la cafetería me llamaste mucho la atención y-

—No. Que no. Es un no para mí. No estoy interesado en estas cosas.

—¿Por qué? Ni siquiera sabes si voy enserio o no.

—No necesito saber nada de eso, porque vosotros nunca vais enserio con todas estas cosas... Adiós.

—Espera, joder. —le impidió marcharse y le sujetó de la cintura.

Jungkook lo empujó lejos y le dio una bofetada.

Al instante, se sorprendió y abrió los ojos como platos, pero no se disculpó, porque se lo merecía.

—¿Qué quieres...? —preguntó casi en un susurro.

Jiho resopló molesto.

Sacó el móvil del bolsillo,

—¿Hola? No ha funcionado. Joder, es que él es muy seguro de sí mismo. No es de estos empollones a los que puedes ilusionar rápidamente. Tampoco niego que me lo quiera follar... —se rio.

Tiempo más tarde, por fin se acabaron todas las clases.

Y como cada día después de clase, siempre tenía una nueva preocupación que ocupaba su cabeza durante todo lo que quedaba de día, atormentándolo.

Encontrar trabajo.

Pero eso no sólo lo atormentó ése día, en ése momento específico. Lo atormentaba siempre. Por la noche, por la mañana, mientras desayunaba, mientras se duchaba, a todas horas.

Le comía la cabeza lentamente hasta que no pueda soportarlo más, era como una maldita mosca dando vueltas alrededor de su cabeza.

Él nunca pensó que le sería todo tan difícil.

¿Por qué no todo podía ser como en las series?

Lo hacían ver todo fácil, interesante, bonito y soñador. Era todo perfecto. Cualquiera deseaba poder tomar el papel del protagonista con la vida perfecta, sin preocupaciones o dolores, solo era todo simple, de rosa.

Desafortunadamente, nada era como lo pintaban en las series o películas. Simplemente se hacía para vender más...

Aunque a nadie le interesaría ver a un adolescente haciendo la misma rutina cada maldito día, como un bucle.

Claramente se le debía añadir un toque de algo mágico, entretenido, pero aveces llegaban a puntos demasiado surrealistas e inimaginables.

Pero para qué debía mentir; imaginaba una vida así junto con Taehyung.

Recordaba la de veces que le decía que adoraría casarse con él una vez tengan dieciocho años, que aceptaría sin problemas.

En aquel entonces, estaba decidido, enamorado. Nadie le quitaba esa idea de la cabeza sin importar el qué.

Pero si se lo tuviera que preguntar en la actualidad, él se quedaría en duda, o le diría que le de un tiempo para pensar.

Le dolía mucho saber que ya no era el mismo de antes. Dolía saber que ya no era el adolescente feliz con una vida casi perfecta.

Especialmente le dolía darse cuenta de que ya no sentía lo mismo por Taehyung. Le daba pena saber que ya no sentía la misma ilusión que antes.

Antes, cuando solía pensar en Taehyung o simplemente ver algo que le recordaba a él, se emocionaba.

Ocupaba su mente la mayor parte del tiempo, como si estuviera incrustado en su cabeza, enganchado.

Le hizo feliz recordar que Taehyung le dio amor y cariño, pero nuevamente le invadía el pensamiento, el rencor de lo que hizo.

Pero todo ya era pasado.

Se supone que debía dejarlo atrás, pero el pasado se hacía presente en su vida diaria...
 

(...)
 

Cada día era más aburrido que el anterior, y a Jungkook le daban ganas de llorar, porque echaba de menos los días bonitos donde era feliz, donde no le importaba nada.

Su única preocupación, era olvidarse de hacerse los deberes, y poco más.

Extrañaba los días felices.

Que casualmente la mayoría eran a su lado...

Le costaba admitir o recordar que él lo hizo feliz, que cambió su vida. Dio un giro drástico desde el día en el que lo conoció.

En un momento, tuvo un ataque de ansiedad, los cuales con el paso del tiempo aumentaron.

Le temblaba el cuerpo y le pesaba la respiración.

Exageraba su manera de respirar con la intención de airear sus pulmones.

La falta de aire hacía que su corazón palpite con más fuerzas y más prisas, con dolor. Como si se fuera a salir de su corazón...

Buscaba su teléfono, queriendo llamar a su madre, pero ella no atendería hasta el día siguiente o incluso la próxima semana porque estaría demasiado ocupada como para atenderle.

Sentía su mirada cansada hasta que cayó al suelo y ya no podía hacer nada más que intentar pedir ayuda.

Se desmayó, y su corazón dejó de latir.
 

   

 

❛❛Descendants Of Mafia❜❜ - Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora