45-. De vuelta a la vida

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Jonathan en ningún momento apartó su mano de la de su novio, sosteniéndola con fuerza mientras Talia estaba sentada a un lado de su camilla con los ojos reprimiendo las lágrimas que exigían salir pero ella no lo permitió por considerarlo signo de debilidad.

"Por favor, Damian. Despierta"

"Tu puedes, despierta"

"Te necesito"

Jonathan rogaba al acompañar a su novio inconsciente. Le dolía verlo con el torso vendado con rastros de sangre seca en su cuerpo y cables que dictaban su pulso. Solo quería hacer callar a aquella máquina y su incesante pitido.

Los minutos pasaron hasta que Titus se posicionó al borde de la camilla y comenzó a gruñir con una postura rígida y protectora.

Jon: ¿Titus?

El sonido estruendoso y alarmante de la máquina se escuchó. Jon pudo ver como la maldita máquina ya no marcaba el pulso de Damian en la pantalla, solo había una línea recta.

Jon: ¿Qué... ¿Eso es-

Talia: ¡Está sufriendo un paro cardiaco!

Talia se levantó y checó su pulso e inmediatamente comenzó con a hacer RCP

Talia: Vamos, hijo, respira

Jon sólo miraba paralizado como Talia presionaba sus manos contra el pecho de Damian e introducía aire por su boca para repetirlo cada vez con más determinación y desesperación.

Wally, finalmente llegó con un par de chicos para atender a Damian.

Le colocaron una máscara de oxígeno y de nuevo le dieron descargas.

Jon se apartó de la camilla y fue a refugiarse al rincón del cuarto con lágrimas cayendo sin control por sus mejillas. No podía seguir viendo eso.

El sonido de la máquina de electrochoques, los gritos de Talia, los de Wally, los ladridos de Titus, el pitido sin modificación en el pulso de Damian, todo era demasiado para Jon.

Wally: Talia...

Wally miró desconcertado a la jefa del lugar con temor de decir lo obvio de la situación

Talia: No

Wally: Talia, Damian se ha ido

Talia: NO

Wally: Está muerto

El llanto de Jonathan aumentó aún más al oír tal declaración y observar que los chicos ya no hacían nada por reanimar a su novio. Talia empujó a West y tomó ella misma la máquina de electrochoques para usarlas en su hijo completamente desesperada porque su pulso volviera.

Wally: TALIA, ÉL ESTÁ MUERTO

Talia: ¡CALLATE! ¡Mi hijo no está muerto!

Dio una descarga pero nada pasaba.

Talia: NO PERMITIRÉ QUE ME QUITEN A MI HIJO. NO DE NUEVO

Volvió a dar otra descarga

Talia: Vamos, mi niño, vuelve conmigo

Talia puso toda la energía hasta el limite de los desfibriladores y la aplico directo al pecho de Damian, su cuerpo se contrajo contra la cama pero el pitido de su pulso había vuelto.

Talia lo había traído de vuelta a la vida, dejando a todos los presentes atónitos. Definitivamente esa mujer hacía hasta lo imposible por su hijo.

Las horas pasaron, Jon seguía al lado de Damian con sus manos entrelazadas hasta que un brillo de esperanza apareció en sus cristalinos ojos azules cuando sintió un leve apretón en su mano.

Jon: ¿D-Damian?

Talia de inmediato se puso de pie y se acercó a su hijo para acariciar su mejilla.

Talia: Por favor mi niño, despierta.

La mano que sostenía Jon perdió fuerza, el menor estaba a punto de llorar de nuevo pero segundos después, los ojos jade de su novio se abrieron lentamente y su voz ronca y apagada se escuchó en la habitación.

Damian: ¿J-...Jon?

Jon: ¡Dami!

Jon se abalanzó contra él para besar con fuerza sus mejillas y después sus labios.

Jon: ¡Me diste un gran susto! Creí que te perdía...de nuevo.

Las lágrimas caían por las mejillas del menor sin control.

Jon: No me vuelvas a hacer eso.

Juntaron sus frentes y Titus subió a la camilla para laner el cuello y mejilla de su dueño haciéndolo sonreír pero esa sonrisa desapareció cuando notó a alguien más en la habitación.

Talia: Hijo

Jon se apartó un momento para dar paso a la madre del chico

Damian: ¿Talia?

Talia se acercó con lágrimas cayendo por su rostro, lo que desconcertó a Damian. Siempre se le enseñó que no debía de mostrar debilidad a nadie, lo que incluían las lágrimas y los sollozos por el llanto.

La madre del chico no hizo más que abrazar a su hijo y besar su frente con cariño.

Talia: Casi te pierdo, hijo

Los ojos de Damian comenzaron a cristalizarse y sus mejillas a enrojecer hasta que comenzó a llorar sin intento de ocultar su sentir, abrazado de vuelta a su madre.

Damian: Mamá...

No pudo decir más pues los sollozos y el llanto no se lo permitieron pero no hizo falta, bastó con quedarse acurrucado en los brazos de su madre justo como cuando era un niño de 3 años, recordando la última vez que se abrazaron.

Apocalíptico (Apocalipsis zombie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora