47-. Solo una advertencia

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Pov. Jon:

Ya era costumbre dormir en la misma cama desde que volvimos de aquella estúpida misión pero las pesadillas de Damian eran más frecuentes, casi siempre despertaba a media noche gritando e incluso llorando pero no quería contarme mucho y en la mañana actuaba como si nada hubiera pasado.

Jon: Buenos días

Dije con cariño al besar su mejilla pero su rostro seguía reflejando preocupación a causa de sus pesadillas.

Jon: ¿Todo en orden?

Damian: Sí, por supuesto

Dijo aún serio y con el semblante en total preocupación

Jon: No te ves bien

Damian: Lo estoy

Jon: Claro que no, Dami...pero creo saber como remediarlo

Le sonreí pícaramente mientras me acercaba más a él y empezaba a besar su cuello.

Damian: Jon...ah~

Jon: Sabes, aún nos quedan condones

Damian empezó a reír al ver lo que tenía en mente. Y me sonrió de la misma forma juguetona que yo lo hacía.

Damian: ¿Y qué estás esperando?

Se quitó la playera para abrazar mi cuello mientras me besaba con fuerza. Así ambos volvimos a la cama.



Pov. Damian:

No acostumbraba salir por la mañana pero el tonto de mi novio quería darse el lujo de comer chocolate y nos hacían falta provisiones, por lo que fui a la despensa de la comunidad. Solo que hubo un pequeño "contratiempo"

Talia: Damian

Damian: Hola, Talia

Talia: Es bueno ver que estés bien, después de-

Damian: de estar literalmente muerto.

Talia: Exacto, aunque no es un secreto en nuestra familia que ni la muerte puede detenernos. Recuerda tu abuelo

Damian: Cómo olvidar todas las veces que lo resucitaste de la misma forma que a mí.

Talia me inspeccionaba con la mirada de pies a cabeza, no era la primera vez que tenía esa mirada en sus ojos, quería decirme algo.

La mano de mi madre fue hasta mi hombro acariciando la punta de mi cabello algo largo, aunque no tanto como el de Jon. El mío apenas llegaba a inicios de mi cuello.

Talia: ¿Cuándo fue la última vez que cortaste tu cabello?

Damian: Hace unos meses con la katana

Talia: Ven conmigo, creo que puedo hacer algo

No puse excusa alguna para ir detrás de mi madre, directo a su casa. Me sentó en la cocina y me puso una manta sobre mis hombros y sacó unas tijeras de un cajón, donde guardaba también varios cuchillos y navajas. Algo natural en ella.

Sentí sus manos frías acariciar mi cabello, viendo el largo de este. Sabía que quería decirme algo pero en nuestra familia nunca acostumbrábamos hablar directamente si no era para defender nuestro orgullo.

Talia: Realmente creí que te había perdido al igual que tu padre

Dijo mientras preparaba el resto de las cosas para cortarme cabello. Talia: Y en el momento en que te vi en aquella camilla y tu corazón dejo de la latir, sentí que todo desaparecía.

Damian: No creí que me apreciaras tanto

Talia: Por supuesto que sí, eres mi hijo, te amo

Escuché el abrir de las tijeras y los primeros cortes en las puntas de mi cabello, pronto vi algunos mechones caer.

Talia: Todo madre ama a su hijo

Sentía las puntas heladas de las tijeras cortar mi cabello cada vez más rápido y preciso, de hecho cada corte que hacían resonaba en la habitación.

Talia: Y me alegra tanto que estés en casa conmigo

Talia dejó las tijeras y de reojo vi que tomaba una rasuradora qué pronto qué pronto encendió y pasó por mi nuca

Talia: Pero Slade me comento que Jonathan y tú habían planeado irse pasando el invierno

Por alguna razón me puse tensó, era como si ello hubiera descubierto algo que no debía. Y entonces lo entendí, estábamos atrapados. Talia: ¿Sabes lo que pasará si me enteró de que huyes de este lugar?

Damian: Así que de esto se trataba, una amenaza

Talia: Yo lo llamaría tan solo una advertencia, hijo

Damian: No te atrevas a involucrarlo, Talia

Talia: Solo quédate en la comunidad y no pasará nada.

Damian: ¿Y qué si no quiero?

En un movimiento rápido, Talia dejó de lado la rasuradora y en cambio, sentí la punta afilada de un cuchillo justo en el cuello.

Talia: Entonces, después de capturarlos, me aseguraré de que tú novio y tú tengan una muerte lenta y dolorosa.

Se agachó a mi altura para susurrarme al oído

Talia: Quédate, o yo misma arrojaré a tu novio a los caminantes y me aseguraré de que veas como lo devoran hasta que no quede nada

Mi respiración se aceleraba, no sabia si era precisamente por la ira que sentía o el temor de que pudiera pasar.

Damian: No lo harás, no si yo te mato primero

Talia: De verdad que eres tonto pero adorable al creer que puedes matarme

Damian: "tt" No será tan difícil

Talia: Ja.

El cuchillo hizo más presión en mi cuello

Talia: ¿Quieres mantener a tu novio con vida?, entonces quédate dentro de estos muros y no me traiciones.

El cuchillo se alejó de mi cuello y la manta me fue retirada de los hombros.

Talia: Todo listo.

No dije nada, sólo la mire serio y salí de su casa.

Jon: ¡Dami!

Jon corrió hacia mi con esa sonrisa única

Jon: Te estuve buscando, tardaste en- ¡te cortaste el cabello!

Dijo alegre mientras pasaba su mano cariñosamente por mi nuevo corte

Damian: Si...

Jon: ¿Lo hiciste con la espada?

Damian: No, tuve algo de ayuda... de Talia

Jon: Oh...

Damian: Como sea, a desayunar, muero de hambre

Dicho esto, Jon me tomó de la mano para ir a nuestra casa

Damian: Creo que a ti también te vendría bien un corte

Dije juguetonamente al revolver los cabellos de Jon

Jon: ¡Hey!

Era difícil actuar normal, sabiendo la amenaza de mi madre sobre él. Pero no dejaría que nada le pasará, lucharía por mantenerlo seguro de Talia.




En otro lugar de la comunidad:

Slade: Bienvenidas chicas, espero que sean de gran utilidad aquí

Emiko: Lo seremos, somo buenas con las armas

Terra: ¿Es verdad que aquí se esconden los chicos?

Slade: Te lo aseguro, princesa. Y los atacaremos cuando menos se lo esperen.

Terra: ¿Y exactamente cuándo será eso?

Slade: Paciencia, linda. Yo te lo haré saber.

Apocalíptico (Apocalipsis zombie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora