—Apenas son las 8 de la mañana y yo ya voy camino a París, hay enserio que mi padre esta loco.
—Disculpe señorita _______ Agreste, solo para informar que hemos llegado a París.
—¿Al fin? —se asoma por la ventana y comienza a mirar todo el paisaje— es mucho más lindo en persona.
—¿Nunca antes había Estado en París?
—No, digo si, bueno yo nací aquí, pero desde muy pequeña me mude a Londres y no recuerdo nada de los pocos años que estuve aquí en París, así que para mí es como si fuera un lugar nuevo.
—oh ya veo señorita —mira la ventana— entonces espero que disfruté su visita en París.
—Muchas Gracias —sonríe.
—Bueno Señorita, hemos llegado a su destino.
—Muchas Gracias Señor —baja del auto y mira la gran casa delante de ella— así que esta es la mansión Agreste, hace años que no la veía, bueno ______ es hora de entrar.
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—Señor Agreste.
—¿Que sucede Nathalie? —pregunta mientras trabaja.
—La Señorita ______ esta aquí.
—¿A llegado? Bien dile que pase por favor.
—Claro Señor, con su permiso —menciona y sale del lugar.
En ese momento la mujer salió de la Oficina y dejó entrar a una chica de cabello Rubió y ojos verdes.
—Ya estoy aquí padre —menciona al segundo de entrar.
—Bienvenida ______ ¿Como estuvo en viaje?
—Estuvo bien, aunque si se me hizo un poco raro el que me hayas hecho venir a París de la noche a la mañana, tuve que salir de Londres muy temprano.
—Lo se ______, pero como podrás entender era necesario.
—Y se puede saber ¿Porque tengo que estar en París con tanta urgencia?
—Aun no puedo decirte nada, solo espera a que vayamos a la reunión con los Tsurugi y ahi les explicaremos todo.
—Ya veo —mira la fotografía que esta detrás del hombre.
