Capítulo 7

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    Soap se coloca detrás de tí para ver el espectáculo, Ghost y Rodolfo al otro lado de la habitación, Graves al lado de Valeria, quién está sentada en una silla, y Alejandro en frente de ella

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    Soap se coloca detrás de tí para ver el espectáculo, Ghost y Rodolfo al otro lado de la habitación, Graves al lado de Valeria, quién está sentada en una silla, y Alejandro en frente de ella.

— ¿De qué os conocéis?— pregunta Graves.

— No usaría la palabra conocer— responde Vargas.

— Las palabras son muy importantes. Nuestra palabra es nuestro valor, ¿No?— la voz de Valeria suena burlesca.

— ¡Vete al carajo, hija de puta! ¡Te voy a matar! — Soap y Rodolfo se ven obligados a pararle los pies.

— Alejandro, deberías dejarnos esto a nosotros— pides.

— ¿Por qué debería?

— Porque se nota a leguas que vosotros habéis estado liados en algún momento y aquí hay una tensión con la que no se puede negociar— respondes casi con desesperación.

— ¿Quieres hacerlo tú?— te ofrece molesto.

— No, gracias. Es muy guapa y me pondría nerviosa, casi que te entiendo un poco— poco le falta a Valeria por reírse—, pero esto es serio, tenemos que conseguir algo.

    Alejandro se aleja de Valeria respirando, intentando calmar sus emciones para poder hacer el interrogatorio.

— Responde— le ordena.

— Ya no recibo órdenes. Hasta los perros de Las Almas saben que no pueden ladrarme.

— Ella es una exmilitar— empieza a contar Alejandro.

— Distintos escuadrones, misma unidad— continúa Valeria—. Eran los salvajes... Los Vaqueros. En cambio mi equipo era impecable, señoras y señores.

— Hasta el ataque al hijo de La Araña, ¿Te acuerdas? — no pasaste por alto la incomodez que presentaba Rudy durante la interacción de Alejandro y Valeria.

— Me acuerdo perfectamente.

— Recibió órdenes de cerrar la ciudad y sacar fuera a los matones de La Araña para no derramar sangre.

— Y eso fue lo que hicimos.

— Mantuvieron fuera a sus matones porque eran ustedes, ¿No?

— Lo escoltamos perfectamente hasta las montañas.

— Debería estar en la cárcel— dice Rodolfo.

— Lo mataste y tomaste el control — Graves se hace notar obligando a Valeria a pegar al espalda en la silla.

— Cree una vacante y yo la ocupé. Las Almas me necesita.

— Las Almas busca soldados, no sicarios. Pero tú, deshonras al ejército.

— ¿Por qué lo haces?— pregunta Phillip.

— Dímelo tú. Tienes el contrato, ¿No? Si no lo haces la competencia lo hará.

Entregados a la guerra [John "Soap" MacTavish]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora