Entregados a la guerra [John "Soap" MacTavish]

Epílogo

— Ay no, no, mi vida— sujetas al bebé en brazos con cuidado —. No llores corazón, mami está aquí.

— ¿Nerea?— volteas a ver a John, quién te observa somnoliento.— Sabes que me tocaba a mí.

— Ve a descansar, tranquilo. No podía dormir de todas formas— meces a la bebé logrando que se calmara y que por consecuencia, soltaras un suspiro de satisfacción.

— ¿Estás nerviosa por la comida de mañana? — pregunta MacTavish acercándose y rodeando tu cintura con sus brazos.

— Ha pasado un tiempo desde que los vimos a todos— respondes en un murmuro.

— Desde la boda, tampoco ha sido mucho.

— Jonh, hace ya casi dos años.

— Bueno, tú no te preocupes— deja un beso en tu mejilla—. Ya me ocupo yo de la pequeña, ve a dormir.

— Miren quiénes han llegado— Laswell os recibe con los brazos abiertos — Qué guapos que estáis.

— Hola— saludas con cariño abrazando a la mujer para luego hacer lo mismo con Price.

— ¿Lleváis mucho rato esperando?— pregunta John acercándose con el carrito de bebé.

— Acabamos de llegar. Los demás ya están dentro— responde el capitán agachándose para ver al pequeño que dormía—. Es una preciosidad.

    Kate se inclina por encima de su compañero con una sonrisa, disfrutando de la vista tan adorable.

— ¿Vamos entrando?— preguntas.

— Claro.

    Los cuatro, o mejor dicho, cinco, abrís la puerta que daba lugar al restaurante y avanzais por los pasillos. John con el extremo cuidado de no chocar con nada el carrito o hacer movimientos bruscos capaces de despertar a su querida e incansable hija.

    Gaz se lleva las manos a la boca maravillado cuando ve el carrito, cortando abruptamente la conversación con Rudy, quién al mirar en la dirección del moreno, se queda igual.

— Qué chamaquita más linda — susurra con dulzura Alejandro.

— Es bueno verlos de nuevo— Ghost habla, o mejor dicho, Simon, ya que no portaba su máscara.

— Tenía ya ganas, compañeros— quién se hacía llamar Soap suelta con delicadeza el carrito y va a hacia Alejandro, quién se había levantado de su asiento y se había acercado.

    Antes de que MacTavish pudiera estrechar al coronel en un abrazo amistoso, este pasa de largo y sin siquiera mirarte, se pone de cuclillas frente a la pequeña criatura.

— ¿Cuándo un chamaco tú y yo?— le pregunta a Rodolfo.

— Cálmate, sólo llevamos dos meses— responde el otro mexicano de forma nerviosa agarrando su vaso con agua.

    Una vez que Alejandro volvió a su sitio y sacaste del trance a un dolido John, os sentáis distribuidos en la mesa, quedando tu esposo y tú en los extremos para estar los lados del carrito.

— Bien— carraspea Laswell—, han sido unas buenas vacaciones, pero...

— No— le interrumpís al unísono.

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Querida persona que me está leyendo, muchas gracias por haberte quedado aquí dándole una oportunidad a mi historia. Espero que la hayas disfrutado en el transcurso que le he dado. 

Si te interesa algún otro libro por mi parte y sobre esta saga, te aviso de que ya está publicado el prólogo del fanfic del Capitán John Price; historia que espero que disfrutes tanto cómo esta.

Muchas gracias 🤍