Baek Seung Jo

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Se quedó frente a la biblioteca observando como Ha Ni se alejaba de la mano de otro. ¿Quién era ese chico? Se cuestionaba. ¿Por qué Ha Ni se había marchado con él? ¿Por qué le tomaba de la mano?

-¿Seung Jo? -Le preguntó una chica pelirroja al verlo con la mirada perdida bloqueando la entrada a la biblioteca. -¿Vas a entrar?

-¿Eh? Yo... No, lo siento. -Se obligó a alejarse de ahí. Pero continuó rememorando la escena de unos instantes antes.
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La semana se terminó en un abrir y cerrar de ojos para Ha Ni, pero para Seung Jo había representado un martirio.
Los días que pasaron intentó acercarse a Ha Ni, pero nunca la encontraba sola.
Siempre estaba acompañada de alguna compañera entre cada clase. A la hora del almuerzo, sus amigas parecían guardianes a su lado, como si temieran que algo malo fuera a acercarse a ellas. ¿Lo hacían por él? Entendía que se había comportado terriblemente con Ha Ni, pero nunca lo habían tratado con esa frialdad.
Y a la hora de la salida, ese chico extraño siempre estaba esperando por ella. Siempre se iban juntos y él aún no lograba entender la situación. ¿Ella se había olvidado de él, al fin? Y si así fuera, ¿por qué le preocupaba?

-¿No era lo que siempre habías querido? -Se preguntó así mismo la tarde del viernes después de verlos marchar juntos. -Al fin podré vivir en paz. -Trataba de convencerse. Aunque era consiente del dolor que sentía en el pecho cada vez que la veía alejarse.

-¡Seung Jo! -Hae Ra lo abrazó por la espalda, pero él se soltó de inmediato. -¡Lo siento! Ya se que no te gusta llamar la atención. -Se disculpó sabiendo que ese no era el motivo real del rechazo.

Hae Ra no era tonta. Conocía perfectamente los sentimientos de Seung Jo, aunque ni él mismo quisiera darse cuenta. Sabía que estaba enamorado de Ha Ni, pero tenía la esperanza de que, con el compromiso y con Ha Ni lejos, él podría abrirle su corazón
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La tarde del viernes le transcurrió demasiado a prisa a Ha Ni. Hubo demasiadas citas y Ji Hoo, como lo había hecho durante toda la semana, se había quedado a ayudarles.

Se habían creado una rutina.
Después de clases, él la esperaba. No había vuelto a tomarla de la mano y ella lo agradecía mentalmente. A pesar de que su toque le había resultado tranquilizador, no quería que nadie en la universidad fuera a malinterpretar la situación, ni mucho menos su padre si llegara a enterarse.
Comían juntos en el restaurante del padre de Ha Ni. Gi Dong se estaba acostumbrando a verlos juntos. La verdad es que el chico le agradaba, pero tenía miedo de que Ha Ni fuera a salir lastimada de nuevo.
Llegaban juntos a la consulta. El abuelo sonreía cada vez que los veía llegar. Tenía la esperanza de que Ji Hoo se abriera de nuevo al amor, y sabía que no podría encontrar a alguien mejor que Ha Ni.

-¡Ha Ni! -Gritaron Min Ah y Joo Ri paradas frente a la entrada de la consulta.

-¡Min Ah! ¡Joo Ri! -Las abrazó con fuerza, como lo hacía cada vez que las veía.

-Hemos venido por ti. ¿Podemos esperar aquí? Falta poco para las 11.

-Yo, no sé. El abuelo...

-¿Qué está pasando aquí? ¿Alguien está herido? Los gritos deben escucharse hasta el restaurante de tu padre, muchacha. -Dijo el abuelo intentando parecer serio.

-¡Lo siento, abuelo! Ellas son...

-Somos amigas de Ha Ni. Mi nombre es Min Ah. Mucho gusto doctor Yoon. -El abuelo le tendió la mano.

-Yo soy Joo Ri. Hemos venido por Ha Ni.

-Mucho gusto jovencitas. Si prometen no hacer demasiado escándalo, pueden tomar asiento y esperar a Ha Ni. Estamos a punto se terminar.

-¡Gracias, doctor! -Ambas hicieron una rápida reverencia y tomaron asiento.

-No hace falta mucho, chicas. Ji Hoo, está terminando de ayudar a nuestra última paciente.

Cuida mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora