Cuida mi corazón

El día de la boda

Seung Jo sabía que, a pesar de sus sentimientos, no podía cancelar la boda.
El abuelo de Hae Ra había condicionado su inversión para el nuevo videojuego, y perder dicha inversión significaría enviar a la empresa a la bancarrota.
Su padre se había recuperado, pero aún se mantenía al margen; sabía que si las cosas salían mal, podría volver a colapsar.
Su madre estaba desconsolada, había pasado días enteros encerrada en su habitación después de haber escuchado de Gi Dong que Ha Ni se marcharía de su casa. Esa noticia le había afectado aún más que escuchar sobre el matrimonio de su hijo.
Y Hae Ra... Ella había sido la prometida perfecta. Nunca hacía o decía nada que pudiera molestarle a Seung Jo. Siempre estaba al pendiente de él, pero sin llegar a fastidiarlo.
No podía cancelar la boda, aunque lo deseara con todos sus fuerzas. Solo faltaban dos semanas.
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Ji Hoo seguía incómodo aún después de colgar la llamada. A pesar de tener muy poco tiempo de conocerla, estaba consiente de que Ha Ni era una gran chica y no merecía pasar por tanto ella sola. Al principio se acercó a ella por curiosidad y por la insistencia de su abuelo, pero ahora sentía la necesidad de cuidarla, la llamada le sirvió para aclarar su mente.
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El sonido del teléfono de Ha Ni lo despertó. Miró el reloj y se sorprendió al darse cuenta que pasaban de las 11 de la mañana, no solía despertarse tan tarde.

-¿Hola? -Contestó sin mirar la pantalla.

-¿Quién habla? -Preguntó Ha Ni, un poco confundida.

-¿Ha Ni? Eh, hola. Anoche dejaste tu teléfono en mi auto. Soy Ji Hoo.

-¡Ji Hoo! Que alivio que seas tú. Por un momento pensé que había perdido mi teléfono para siempre.

-Supongo que me debes una, entonces.

-Si, si. Por supuesto. Siempre estoy en deuda contigo.

-Sé cuál es la manera en que podrás pagarme. -Dijo cuando se le ocurrió una idea.

-¿Cuál? -Dijo curiosa.

-¿Qué te parece si comemos juntos y te explico? Entonces podrás tener tu teléfono de regreso.

-De acuerdo. Espera... -Dijo mirando a sus amigas que la observaban con mucha curiosidad. -Min Ah y Joo Ri pasarán el día conmigo.

-En ese caso, si las tres están de acuerdo, podemos comer los cuatro juntos.

-Chicas... -Dijo apartándose un poco del teléfono de Min Ah. -¿Les parece si hoy comemos con Ji Hoo?

-¡Por supuesto que si! -Gritaron sus amigas al mismo tiempo. Ji Hoo sonrió del otro lado.

-De acuerdo Ji Hoo. ¿En dónde?

-En mi casa. ¿Está bien? Prepararé algo delicioso para ustedes.

-Me parece bien.

-De acuerdo. A las 3 paso por ustedes.

-De acuerdo. Nos vemos a las 3.

-Nos vemos, Ha Ni. -Colgó la llamada y dejó el teléfono de Ha Ni sobre la cómoda de su habitación. Se levantó con una sonrisa y tomó su propio teléfono. -¿Hola? -Dijo cuando le respondieron.

-¡Hey, Ji hoo! ¿Qué pasa hermano? -Respondió una voz familiar al otro lado.

-Woo Bin, necesito tu ayuda.
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A las 3 en punto, estacionó su auto frente al departamento de Ha Ni. No tuvo que esperar mucho, solo 5 minutos después las chicas salieron emocionadas. Eso lo hizo sonreír.

-Hola, Ji Hoo. -Saludaron las tres muy animadas mientras subían a su auto.

-Hola chicas, ¿cómo han dormido?

-¡Muy bien! -Contestaron al mismo tiempo. Ji Hoo sonrió aún más.

-Me he encontrado esto debajo del asiento. -Dijo mientras le entregaba el teléfono a Ha Ni.