Epílogo

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Baek Seung Jo.

-Lo siento, Seung Jo. Realmente aprecio lo que has hecho por mi estas dos semanas, pero... Ojalá lo hubieras hecho antes. Ojalá te hubieras dado cuenta de tus sentimientos mientras yo aún estaba enamorada de ti.

-Ha Ni...

-Yo... Me he dado cuenta que estoy enamorada de Ji Hoo. -El chico sintió su corazón romperse al escuchar la confirmación de sus miedos. -De verdad lo siento.

-Lo siento... -Murmuró Seung Jo bajando la mirada. La chica lo miró confundida. -Creo que nunca me había disculpado contigo por haber sido tan... imbécil. Lo siento, Ha Ni. -No esperó que la chica dijera nada más. Simplemente se dio la vuelta y regresó por el mismo lugar donde había llegado.
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Su mente no paraba de enseñarle una y otra vez la misma escena, y su corazón no dejaba de doler. Miró su reloj. Pasaban de las 3. Suspiró frustrado. Tomó su teléfono para llamarla, pero lo guardó de nuevo y sonrió con amargura. Miró a su alrededor. El restaurante de aquel lujoso hotel se había vaciado casi al completo. Terminó su bebida de un trago, pagó su cuenta y se levantó para marcharse. Se tambaleó un par de veces y se golpeaba con casi cualquier cosa que estuviera frente a él. En realidad, no había bebido tanto, pero su cuerpo no tenía demasiada resistencia al alcohol. Cuando estaba a punto de salir, chocó contra una chica.

-Lo siento. -Murmuró sin siquiera mirarla. La chica estaba a punto de decir algo, tal vez lo dijo, pero a él no le importó. Salió de ese lugar sin mirar atrás.
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La mañana siguiente, cuando abrió los ojos, sintió que su cabeza martilleaba incansablemente. No quería levantarse e ir a clases. Se quedó en la cama un par de horas mirando al techo. Se dió una ducha larga para calmar el dolor incesante y cuando estuvo listo salió de aquella habitación. Eran casi las 2 de la tarde e iba tan distraído que estuvo a punto de chocar contra alguien. La persona lo detuvo del brazo. Giró el rostro, frustrado. Era una chica.

-¡Oye! Deberías tener más cuidado al caminar. Estuviste a punto de golpearme, de nuevo.

-¿De nuevo? No entiendo de qué estás hablando y no tengo tiempo para soportar a una chica gritona como tú.

-¿Gritona? ¿Es que no te han enseñado nada de educación? -Seung Jo se liberó del agarre de la chica, haciéndola gritar con más fuerza. -¡Oye!

-¿Qué quieres? -Preguntó irritado y fijándose en ella por primera vez. Era guapa, debía admitirlo y vestía bastante bien para su gusto. -¿Quién eres y por qué sigues gritando? -La cabeza comenzaba a dolerle de nuevo.

-¿Quién soy yo? Mejor dime quien eres tú. Anoche fuiste grosero al dejarme con la palabra en la boca. Lo dejé pasar porque claramente no estabas en las mejores condiciones. -Sonrió burlonamente al recordarlo saliendo del restaurante tambaleándose. -Pero ahora, ¡no permitiré que me hables de esa manera!

-¿De qué estas hablando? - Su paciencia estaba al límite. -Si eres tú quien no deja de gritar. ¡Dios! Eres insoportable, ¿alguna vez te lo habían dicho?

-Lo he escuchado con frecuencia. -No pudo evitar sonreír. -Pero, ese no es el punto. Mejor tú dime... ¿Quien fue la afortunada que decidió abandonarte para haber terminado anoche de esa manera?

-No sabes de lo que estas hablando. -Había sido un golpe bajo para él y no pudo ocultarlo. Su mirada cambió del enojo a la tristeza en un segundo. -No sabes nada.

Estaba a punto de marcharse lejos de esa gritona desconocida. Pero ella lo tomó de nuevo del brazo. Antes de que él pudiera siquiera protestar, ella acercó su rostro al suyo y lo besó, un beso suave y rápido. Cuando alejó los labios de los de él, lo miró a los ojos un par de segundos y se alejó de ahí mientras se maldecía mentalmente.

La chica caminó a prisa y sin mirar atrás hasta llegar al ascensor. Estaba a punto de entrar en el, cuando escuchó una voz familiar que la llamaba a la distancia.

-¡Jae Kyung! ¡Espera! -Miró a la chica que corría hacia ella y no pudo evitar sonreír.

-¡Jan Di!

Las chicas se abrazaron con fuerza y caminaron juntas tomadas del brazo hasta perderse de la vista de aquél chico que las observaba a la distancia.

-Así que te llamas Jae Kyung. -Murmuró Seung Jo para si mismo, mientras subía al ascensor.

Cuida mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora