Barista, ven a mí. - Duncan & Courtney.

Capítulo 8. Mentiras a la luz

Todos hablaban del regreso de Scott y más del estado de Courtney al ver a sus exs juntos. Seré muy sincero a mi no me gusta nada esto y menos la sorpresa de esta noche, se suponía que nosotros dos estamos intentando algo.. bueno yo.

Scott aquí, Scott allá. Estoy cansado de toda esta mierda y que ellos dos estén encerrados en su habitación, me da mala espina. En mi cabeza sigue lo que Courtney dijo "aún sigo enamorada de Scott".

— ¡YA CALLENSE DE UNA PUTA VEZ!

Necesito aire fresco, me siento ahogado con tantos susurros y conversaciones sin discreto alguno a mi persona. Gwen se acercó a mi cuando me vio saliendo al patio de la casa.

— Tranquilo, ¿todo bien? —dijo poniendo su mano a mi hombro.

— Esto es una mierda, nadie sabe lo que esta pasando y eso carcome mi curiosidad. —llevé mi cabello para atrás.

— ¡Hey! Conozco a Courtney, ella no es capaz de que la controlen sólo por el momento. Debes entender que ella lo que decida es por su bien después de todo no somos los indicados para decidir por ella.

— ¿Qué quieres decirme? —la miré.

— Duncan sabes lo tan arrepentida que estoy como tú de lo que hemos hecho de jóvenes a Courtney. Ahora sólo quiero que seamos felices todos y debes ser realista con esta situación, aún estas a prueba y a tiempo de recuperarla. Se le nota ese brillante en sus ojos cuando te mira, estoy segura que ustedes dos volverán pero debes ser maduro y no dejarte llevar por la irá.

Suspiro.

— Bien, ya entendí. —le di una pequeña sonrisa sin ánimos— Ella aún sigue enamorada de Scott y sé que eso toma mucha ventaja.

— Ella es humana no un premio que debas que ganar, tómatelo con calma y piensa muy bien las cosas. —besa mi mejilla y se va del lugar dejándome solo.

Maldita mierda.

COURTNEY

Era mala idea aceptarle la conversación aqui. Los demás seguro están creándose imágenes que nada que ver y eso me genera vergüenza. Scott sólo esta recostado en la pared mientras sus palabras no hacen ni un efecto de sonido en mis oídos.

Una vez fue Duncan y ahora ¿Scott? Que más vendrá luego, dios mío.

— No te voy a negar estoy celoso—escuché mirando su expresión y cruzó sus brazos— Cuando entré al servicio militar me preguntaba si había hecho lo mejor para nuestra relación, y ahora pienso que fue la peor decisión para los dos.

No dije nada.

— Regresé aqui por una razón. —se posicionó bien y se acercó lentamente— Courtney, aún me gustas..

— No me digas. —giré mi cabeza para mirar a otro lado de la habitación que no fuera su rostro.

— Aún sigo enganchado contigo.

¿Qué trata de decirme?

Como si fuera el viento en persona, se fue en mi encima tomando mi rostro en sus manos, estaba completamente echada en la cama. Sus ojos iban mirando mis labios para después mirarme directamente. No podía negar que estaba sorprendida y a la vez enojada conmigo misma por no tener la oportunidad de tirarle una patada en donde más le dolía.