Capítulo 11

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Despedida
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POV. Cassandra.

Han pasado tres años desde que me quedé a vivir en el palacio, con Arthur, Lu y Tessia como discípula de Virion. De vez en cuando visitaba a mis padres junto con Lu, pero la mayor parte de mi estadía fue en la ciudad.

Desde que comencé mi entrenamiento con Virion he notado cómo mi cuerpo se ha vuelto más ágil y rápido de lo que ya era. También mi fuerza ha aumentado desde mi despertar —sí, habéis oído bien, he despertado, lo hice un año después de lo acontecido—, aunque no es la misma que cuando era adulta ya que aún soy una niña. Y he aprendido mucho sobre la magia durante estos años.

Respecto a los demás, es más que evidente que han mejorado al igual que yo. Arthur con su núcleo, su asimilación, y sus habilidades tanto mágicas como físicas. Tess con su magia recién despertada —contando que fue hace un año su despertar—, se unió a nosotros en el entrenamiento y está aprendiendo el arte de la espada con el abuelo como tutor, por supuesto. Lu maneja mejor sus poderes y ahora se ha abierto más a los demás, sobre todo a Art, a Tess y a mí. También, conforme el tiempo pasaba nos hemos vuelto todos bastante unidos, formando un grupo bastante singular.

Volviendo al presente, yo y los demás estamos yendo hacia la habitación de Art. Quien ahora duerme muy plácidamente sin saber lo que le va a pasar en unos pocos minutos. Me da un poco de pena, pero se lo merece por quedarse dormido y ser el último en levantarse.

Estoy leyendo un libro sobre las plantas que hay en los reinos, mientras Lu y Tess hablan a unos pasos delante mío.

—¿Lo despertamos entre los tres si no responde?

“No, mejor lancémosle agua fría. Lo hará Cass que es la única que puede manipular el agua aparte de Arthur” replica Lu divertido. Éste estaba sobre el hombro de Tess con su forma de gato, como si fuera su sitio favorito.

¿No es eso... Pasarse un poco de la raya?

Con una gota de sudor cayéndome de la sien los observo interactuar de reojo.

Tess asiente de acuerdo y gira la cabeza hacia mí interrogante.

—¿Te parece bien, Cass?

—Sí, pero luego me debéis un dulce. Los dos —contesto, sobre todo a Lu porque sé cómo es.

—¡Genial! ¡Ahora démonos prisa, hay que despertar a Art! —comenta Tess con entusiasmo y acelerando el ritmo, arrastrando a Lu consigo mientras empieza a correr por los pasillos. Yo por el contrario voy andando, entrecerrando los ojos al ver otra planta peculiar.

«Platonis draconis».

«Esta planta sólo se encuentra cerca de la ciudad de Sapin. Tiene excelentes propiedades curativas en su néctar, y tóxicas en el tallo y sus pétalos. Su veneno provoca una reacción fuerte en la piel, dejándola hinchada durante varias semanas.»

—Interesante... —murmuro, pasando con los dedos la página y apresurando el paso para que no se quejen de mi tardanza.

Abrimos su puerta sin hacer ruido y nos acercamos a su cama. Yo me siento al pie de ésta aún leyendo.

—Arthur... Despierta~... —canturrea Tess.

—Arthur~... Vamos a llegar... ¡¡¡Tarde!!! —exclama apretando su tobillo con maná.

“Eso no no era lo que planeamos” comenta Lu.

—¡GAAAHH! ¡Para! ¡¡Ya voy, ya voy!! —grita ya despierto.

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