Cap. 20 Mejor que el Dios Raijin nos parta con un rayo.

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Narra Lucía.

Mi guardia pasó volando y en cuanto cambié con Eiji nos dedicamos unas sonrisas, si bien mis labios extrañaban los suyos, no me podía permitir distraerme por esas cosas.

Bajé del árbol y me dirigí hacia mi mochila para sacar mi bolsa de dormir, lo coloqué sobre la tierra seca y me quedé mirando la fogata que había encendido. Ese mismo fuego como si fuera imitación, cada vez crecía más en mí, era un fuego tan intenso, hecho por una furia indomable pero a su vez había otro fuego incontrolable en mi que era el del deseo... Necesito encontrar de una vez por todas a mi mejor amiga y tener un buen revolcón.

Sin darme cuenta caí rendida y me sumí en un agradable sueño... Ahí estaba mi familia. Nos veíamos tan felices compartiendo un agradable momento... Lástima que eso nunca haya sucedido, que nunca tuve una familia normal donde el cariño y la comprensión abundaran... No importó, solo me dejé disfrutar de ese sueño.

(...)

El sol de a poco se iba colando entre las ramas de los robustos árboles y nosotros estábamos listos para partir.

Bakugou se puso delante de los chicos y yo a un lado suyo, debía de procurar que nada le sucediera. Él extendió su mano al frente y comenzó a caminar.

Solo se escuchaba el ruido natural del monte, y algunos murmullos de los chicos. Cuanto más caminábamos el frío comenzaba a notarse. Por más que hubiera sol, la luz que traspasaba las ramas de los árboles era poca, esto era perfecto en verano pero no con la llegada de un otoño que por lo que me he dado cuenta es medio bipolar.

Eiji y Menma también habían comenzado a hablar, pero bajito, los únicos que no hablábamos éramos Bakugou y yo.

Nuestro silencio no era incómodo, si tenía cierta tensión pero era soportable. Es sorprendente su autocontrol al dolor, él tiene una conexión muchísimo más fuerte con ______-chan que yo, por más que yo sea su guardiana y ahora compartamos sangre, la conexión de estos dos se extiende algo más allá de lo físico o de la sangre. En ellos hay una llama encarcelada en una lámpara de queroseno, lo sé, yo y mis raras comparaciones.

Baku: ¿Hasta cuándo...?- escuché que susurró con una mueca en los labios y el entrecejo medio arrugado, no dije nada solo esperé a que siguiera.- ¿Hasta cuándo tengo que soportar este dolor?-

Yo no dije nada porque quedé confundida, ¿Se refería al dolor en su mano?

Lu: Ya te dije que cuando la encontremos el dolor va a desaparecer.- le dije suavemente con la mirada al frente. Sentí su fría mirada sobre mí, al igual que los míos que son carmesí, daban una sensación de frío.

Si veías  bien mis ojos, te dabas cuenta que no veías vida en ellos, sentía que mi alma ya no  habitaba en mi cuerpo. Mientras  que en los de Bakugou por más fríos que se veían y te hacían sentir, estaban perdidos, le faltaba algo... O ¿Alguien?

Él se quedó callado, ninguno de los dos volvió a soltar otra palabra por unos cuantos minutos hasta que yo hablé.

Lu: Ahora que me acuerdo... Cuando desperté de ese "coma", busqué sobre ustedes leí algo muy escandaloso sobre ti, y quería saber si me lo podías confirmar.- no dijo nada, ni me miró, solo asintió con la cabeza.- ¿Es cierto que anduviste con Uraraka-chan?- pregunté curiosa.

Vi que su entrecejo se arrugó completamente, sentí como de a poco su cuerpo se tensaba.

Baku: ¿De dónde sacaste esa información?- preguntó tenso, dirigiéndome una mirada que en cualquier otra persona lo hubiera hecho cagarse hasta las patas. Pero yo soy una hija de puta, hermana de un terrible mercenario e hija de unos desgraciados.

ᑌᑎ ᑭᖇO ᕼEᖇO Eᑎ ᑌᑎ ᗰᑌᑎᗪO ᔕᕼIᑎOᗷI (Katsuki x ______)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora