Capítulo 22: Hipótesis

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El hombre malhumorado del bigote que conoció en la sala de Juntas la primera vez que llegó a Solunier, ese hombre alto y delgado del que había oído hablar en la cena con la familia de Don Alejandro y ese hombre que había tenido un extraño enfrentamiento que Mr. F. había intentado evitar el día anterior.

Pensándolo bien, ahora no le asombra tanto que él sea la persona que quería saber todo acerca del nuevo aprendiz de Mr. F., conociendo la rivalidad entre ambos que tan solo había podido vislumbrar, pero aún desconoce cuáles son sus intenciones.

—¿Tomás? —exclama Mr. Moubisgotach tan asombrado como el muchacho. En ese momento, todos los demás salen de sus escondites rodeando al hombre que habían estado buscando, y sobra decir que Moubisgotach se asombra aún más.

—¿Usted quería esto? —pregunta Tomás mostrándole el reloj de su abuelo de una forma burlesca.

—¿Qué están haciendo aquí? No debían estar aquí —gruñe el hombre con el rostro tornándose rojo, no se sabe si de la ira o la vergüenza.

—No importa, ahora tendrá que decirnos cuáles son sus intenciones —dice Galas firmemente.

—Sí, ¿Por qué quería mi reloj? —pregunta Tomás molesto.

—Porque es lo que necesita —responde Mr. Moubisgotach enfadado.

—¿Para qué lo necesita? —insiste Rex.

—No me refiero a mí —la respuesta de Mr. Moubisgotach fue seguida por un incómodo silencio.


—¿De qué habla? —pregunta Galas.

—¿No lo saben? Se están metiendo con la persona equivocada —dice Moubisgotach comenzando a calmarse—. No soy yo de quien deberían desconfiar —toma aire y se tranquiliza—. Yo solo intento alejar el reloj que Tomás posee, por su bien y por el bien de Solunier.

—¿Alejarlo de quién? —insiste Galas otra vez.

—De la persona de quien realmente deberían alejarse —. Y Tomás supo de inmediato a quién se refería—. Mr. F.

—¿Por qué? —pregunta Tomás sin rastro de asombro en su semblante, no porque cree en Moubisgotach, sino porque no le sorprende que él desconfíe de Mr. F.

—Es común que las personas en quienes más confías terminen siendo las que no deberías haber puesto tu confianza jamás —responde simplemente.

—¿Por qué quieres alejar el reloj de él? —pregunta Sue intrigada, como todos en la sala.

—Porque les aseguro que no tiene buenas intenciones con él. Mr. F. ha buscado esa pieza desde que empezó la guerra con Arkiria —explica con calma—. Si aún no se han dado cuenta, ese reloj es lo único que queda de las personas que construyeron Tireacélity, y por ende también es lo que podría conducir a ese mundo.

—¿Usted está diciendo que esa es la llave? —pregunta Ardilla lejos de estar convencida.

—¿Por qué dice que no debemos confiar en Mr. F? —interrumpe Galas cambiando de tema.

—La ambición de Mr. F. es entrar a esa dimensión, lo sé porque he seguido sus pasos durante años, y les aseguro que es la misma ambición que Arkiria siempre ha tenido —espeta Moubisgotach con una semi-sonrisa burlesca.

—No estará insinuando que...—Rex deja la frase sin terminar ya que todos saben que eso podría significar una sola cosa: que Mr. F. y Arkiria podrían estar del mismo lado.

—¿Pero por qué querría entrar a Tireacélity? —pregunta Tomás con recelo.

—Por la misma razón que Arkiria —responde Sue esta vez—. Recuerda lo que hablamos anoche, sobre cambiar la historia.

Solunier: Entre Luz y OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora