Harry nunca había sido capaz de comprender una relación entre hermanos, pero siempre pensó que se le daría muy bien. Hasta que, como Amo de la Muerte, renace como Turais Rigel Black, hermano mayor de Sirius y Regulus. (Renacimiento/viaje en el tiemp...
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Historia de tres hermanos
Harry ya tenía ocho años. Este cuerpo, reflexionó, era más suave que el anterior, fluía mejor con todos y cada uno de sus movimientos. La cara también era bonita, con los ojos grises oscuros y el pelo negro que le caía en una onda casi desordenada. Su tío Alphard había bromeado una vez diciendo que, de no ser por la onda, habría confundido su cara con la de un Potter. A Walburga no le había impresionado la insinuación.
Aunque, como todos los cuerpos que tenía, parecía que iba a seguir siendo siempre bajo, pues nunca había llegado a medir más de metro setenta en el mejor de los casos.
Eran las ocho de la noche del 31 de octubre. Tanto Walburga como Orión habían salido a una fiesta -una actividad no tan cuestionable para ellos- dejando a los tres al tierno cuidado de Kreacher.
Tanto Sirius como Regulus se encontraban en ese momento despatarrados sobre su cama, con siete y cuatro años respectivamente. El cumpleaños de Sirius había pasado en septiembre, mientras que el de Regulus se acercaba rápidamente para enero. A Harry le encantaba cada momento.
En todas las vidas en las que había renacido, nunca había tenido hermanos. Ahora tenía dos, a los que pensaba proteger y querer por encima de todo. Con su magia le había hecho a Sirius un enorme sombrero con forma de pata de gallo, que encantaba todos sus sentidos cuando lo llevaba puesto.
Walburga había comentado una vez más su impresionante magia aunque pensaba que la idea era horrible, pero Orión se había reído. Estaba trabajando en una pequeña cabeza de zorro para Regulus, mientras que él mismo tenía la de un Demiguise. Su forma de animago.
Sin embargo, hoy Harry había hecho que Sirius dejara el sombrero en su habitación, lo que había provocado que el mediano se desparramara por la cama y ocupara todo el espacio posible. Regulus estaba sentado con las piernas recogidas contra el pecho, no medio colgado de la cama como Sirius.
Harry volvió a sonreír, cogió un cono de cartulina y lo colocó alrededor de los apliques de luz. Al instante, la iluminación de la habitación cambió, haciendo que pareciera más bien una puesta de sol artificial en el Norte. Con un conjunto de libros cuidadosamente colocados, Harry hizo colocar una escena en la pared sur de su habitación, Sirius sentado con interés.
"¿Qué estás haciendo 'Rais?"
Harry se giró para mirar a Regulus, que fruncía el ceño ante el espectáculo que tenía delante, pero prestaba tanta atención como su hermano.
"Estoy montando una escena. Kreacher no te ha leído el cuento de los tres hermanos, ¿verdad?". Harry sabía a ciencia cierta que no lo había hecho, pues él mismo había ordenado que esa historia fuera eliminada de la lista hasta que realmente pudiera contársela a los chicos, con espectáculo y todo. Era algo que llevaba en el corazón, la creación de los tres objetos que lo habían convertido en lo que era hoy.
