Harry nunca había sido capaz de comprender una relación entre hermanos, pero siempre pensó que se le daría muy bien. Hasta que, como Amo de la Muerte, renace como Turais Rigel Black, hermano mayor de Sirius y Regulus. (Renacimiento/viaje en el tiemp...
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La molestia conocida como Bellatrix
Rodeando con ambos brazos las formas de sus hermanos pequeños, Harry enterró la cara en sus cabellos, inhalando los olores que se le habían hecho tan familiares. Había pasado un mes desde el baile de los Parkinson, un mes desde que había presentado sus mejores cartas ante lord Arcturus Black, su abuelo.
"Nieto".
De pie ante su abuelo y Señor, Harry se negó a flaquear bajo sus severos ojos grises, erguido con la cabeza inclinada hacia arriba. Ninguno de sus padres le había dirigido la palabra aquella mañana, Walburga ni siquiera le dedicó una mirada. Sirius y Regulus se habían comportado adecuadamente, dejando que Harry desayunara mientras su determinación se endurecía. Y ahora, ahora era el momento de ponerla a prueba.
"Abuelo".
"¿Entiendo que ayer no expresaste todas tus quejas con respecto a nuestra forma de vida?".
Harry hizo una mueca al oír eso, permitiendo una pequeña inclinación de cabeza. Estaba cuestionando la forma en que eran las cosas, preguntas que tenía que decir, pero que no debería haber formulado siendo tan joven como era, según la gracia social. Sin embargo, para proteger a Sirius y Regulus del mundo, sólo por un poco más de tiempo, estaba dispuesto a ir a la guerra.
"No entiendo por qué el paladín de la pureza de sangre no utiliza su apellido. Si se tomara en serio su causa, ¿por qué se esconde? Podría distanciarse de su familia para ahorrarse que las fuerzas de la ley cayeran sobre ellos y al mismo tiempo llevar su apellido con orgullo. Que se esconda sugiere que tiene algo que ocultar. Me niego a seguir una causa en la que el líder no se somete a las mismas reglas llevando un nombre falso. Por lo que sabemos, podría ser el hijo de dos squibs, enseñoreándose de sus sirvientes de sangre pura que realmente no son tan buenos como él, menospreciando en silencio sus creencias."
Arcturus hizo un ruido extraño en el fondo de su garganta, como si ni siquiera se hubiera atrevido a pensar en esto.
"Los sangre pura se entrecruzan tanto que es posible que el hombre esté tan emparentado con Slytherin como yo. No sabemos nada, y no veo la necesidad de someterme a una causa por motivos tan injustificados. Si sólo hubiera sangre pura en el mundo, acabaría convirtiéndose en una batalla por ver quién tiene la sangre más pura. Nos enfrentaríamos unos a otros para alimentar la necesidad de sentirnos importantes".
"¿Y qué hay de las cosas que los sangre sucia aportan a nuestro mundo?"
Harry hizo una mueca al oír el insulto y se pasó la yema del pulgar por los nudillos, desde donde tenía las manos juntas a la espalda.
"Educarlos en nuestras costumbres. Hogwarts tiene estudios muggles, pero no mágicos para los que llegan a nuestro mundo. ¿Cómo podemos esperar que sigan nuestras costumbres si no permitimos que se les enseñe? Si visitaran China, un país separado de nosotros por la distancia, no esperarían la misma cultura. Se equivocan al acercarse a nuestro mundo como si esperaran que fuera igual por el mero hecho de estar alojado en el mismo país, pero también nos equivocamos nosotros al no acogerles. No les enseñamos, les apartamos cuando intentan imponernos sus creencias, sin decirles por qué. ¿Acaso el trabajo de las Casas Antiguas y Nobles no era proteger el mundo mágico, y todo lo que hay en él? ¿Cuándo se volvió más importante la animosidad entre los sangre pura y los nacidos de muggles que la mejora de nuestra sociedad?".
