Harry nunca había sido capaz de comprender una relación entre hermanos, pero siempre pensó que se le daría muy bien. Hasta que, como Amo de la Muerte, renace como Turais Rigel Black, hermano mayor de Sirius y Regulus. (Renacimiento/viaje en el tiemp...
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La Falta De Turais
Regulus corría tan rápido como podía. Barty estaba a su lado, ya jadeando. Lo cual era comprensible, porque era el chico de pelo arenoso el que había venido corriendo hacia él con la información, ya había hecho este viaje una vez.
Al doblar la esquina, Regulus subió las escaleras a toda prisa, de tres en tres. Algún día, cuando recordara aquel momento, se asombraría de su repentina velocidad, de eso estaba seguro. Pero ahora tenía problemas mayores, según Barty.
Durante el último mes, los dos se habían acercado bastante. A Regulus le gustaba Barty. Aunque no tenía hermanos, Barty seguía sintiendo que no recibía suficiente reconocimiento de su padre. Y bueno, la madre de Regulus estaba tan ocupada peleándose con Turais o Sirius que a veces hasta se olvidaba de que él estaba en la habitación. No es que le importara realmente. Su padre los quería, aunque le resultara incómodo.
Y Turais era el mejor hermano mayor del mundo. Hasta Sirius lo creía, aunque el chico estuviera peleado con Turais.
Barty había admitido que quería un hermano como Turais, que en el poco tiempo que llevaba en Hogwarts había llegado a admirar al mayor de los Slytherin. No es que fuera difícil. Al menos la mitad del colegio admiraba a Turais, y no le caía mal a nadie. Bueno, hasta donde Regulus sabía.
Al llegar a lo alto de la escalera, Regulus giró hacia la multitud, dándose cuenta de que las piernas de Barty, de once años, luchaban por seguirle el ritmo. Ahora podía oír las voces, elevadas y sin duda masculinas. Apartando a un par de Hufflepuffs de su camino, Regulus frenó y se detuvo justo antes de la línea invisible que se había trazado.
En el círculo de estudiantes estaban sus dos hermanos, Sirius con los Merodeadores a su espalda y Turais con el ceño fruncido. No, espera, estaba haciendo muecas. Y detrás de él estaba ese Slytherin de cuarto año al que Potter siempre perseguía con Sirius. Algo Snape.
"¿Cuándo vas a madurar de esto Sirius?"
"¡No puedo! Ni siquiera me das la oportunidad de crecer. Nos mantienes a Reggie y a mí en el suelo todo el tiempo, ¡es como si pensaras que no puedo valerme por mí mismo! ¡Ahora tengo mis propios amigos y no puedes alejarme de ellos! No soy sólo tu hermano y aun así insistes en arruinar mis planes de verano por una tontería de acampada".
gimoteó Regulus.
Las acampadas de Turais no tenían nada de malo, todo en ellas era genial. Este año había terminado de enseñarles a transformarse en animagos, habían ido a pescar y habían luchado en el barro, y hacían tantas cosas que de otro modo nunca podrían hacer. ¿Por qué decía eso Sirius? A él también le encantaba ir de acampada, ¡era lo suyo! ¿Sólo porque quería salir con los amigos con los que pasaba todo el tiempo en el colegio?
Turais se había llevado un índice y un pulgar a la frente, frotándose suavemente las sienes como si las palabras de Sirius le dolieran físicamente. Y aun así el chico continuó.
