Peculiar

200 15 4
                                    

Peter se mantuvo en silencio durante el trayecto de un par de horas que les tomó arribar a las instalaciones oficiales de los vengadores en Manhattan.

-¿Qué tienes? -preguntó el mayor sin lograr ser escuchado.

El joven arácnido se encontraba frotando y rascando con moderada fuerza sus muñecas, la piel irritada y rojiza por el constante frote.

Cuando Happy pinchó su hombro con uno de sus dedos, el castaño se retiró sus audífonos y bajó del automóvil cargando con la mochila de su estudio, la cual no tuvo tiempo de dejar en casa.

Entonces, fue ahí cuando pudo examinar al adolescente de pies a cabeza, consiguiendo pasar por alto las ojeras oscuras al encontrarse con lo que parecía a simple vista una erupción en la piel de sus muñecas.

-¿Qué te pasó ahí? -Preguntó Happy algo preocupado.

El más joven dio un pequeño salto, al parecer dándose apenas cuenta de que se encontraba frotando sobre ellas con visible desesperación.

-No lo sé, creo que me picó un insecto. O también puede ser el clima, mi piel es sensible a los cambios abruptos de temperatura...

Luego de que Happy juntara las cejas, Peter se acomodó con rapidez las mangas de su chaqueta, logrando cubrir la irritación bajo la tela.

-Ponte algo antes de que empeore, usa esto. -Happy indicó lanzándole una botella de loción del maletín delantero del automóvil.

-Gracias... -respondió el héroe a la amabilidad tratando de no mostrarse sensible a las sensaciones que percibía de su entorno con sumo detalle.

El día era algo ventoso y el sol se ocultaba en el ocaso, se sentía mucho más cómodo entre la oscuridad de la noche y el silencio que esta le brindaba.

-Niño, subamos. -Happy le indicó luego de quedarse mirando al adolescente permanecer mucho tiempo observando anonado al suelo. Bajó el maletero del auto y agarró el pequeño equipaje que May había preparado entre el afán de alistar lo más importante y esencial para el nuevo viaje de su sobrino.

Peter suspiró y siguió al guardaespaldas por la recepción, y luego por los pasillos para finalmente llegar a un nuevo cuarto distinto al que se le había asignado la última vez que estuvo allí. Era mucho más amplio que el anterior, también estaba mejor equipada -debido a que su estadía se vería prolongada-, la cama también era de mayor tamaño, había un escritorio y una pantalla enorme que le hizo subir el ánimo al imaginar la cantidad de horas que podría pasar jugando allí video-juegos si lo único que tenía que hacer es esperar algunos días y tomar su medicamento.

Pero lo más importante no era que probablemente estuviera en una habitación cuyo metro cuadrado de área costará diez veces -hasta más- que todo el piso de su departamento, no.

Lo que le había dejado con la boca abierta y sin aliento era que se encontraba hospedado en la zona privada de toda la instalación.

Sí, las habitaciones para miembros oficiales de los vengadores.

O por lo menos eso había leído en las letras rojas del número de piso cuando se abrieron las puertas del ascensor antes de avanzar por los pasillos.

VIP.

Y había tragado saliva cuando observó la considerable distancia entre las puertas de roble distribuidas en aquellas paredes.

-Ponte cómodo. -Happy apenas dijo sin mostrar ningún tipo de asombro.

Debía de estar bastante acostumbrado, pensó. Porque cuando paseó sus ojos a todas las direcciones este parpadeó algo confundido.

-¿Quieres cambiar algo?

Ese mocoso...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora