35. Adán

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✶⊶⊷⊶⊷⊶⊷⊷❍⊶⊷⊶⊷⊷⊶⊷✶

Desde la ventana observo la oscuridad que se cierne alrededor de la cabaña. Las nubes han cubierto el cielo estrellado y apenas se distinguen las formas de los árboles. Sin embargo, sé que están allí, a la espera de que nos movamos en alguna dirección. Entregar a Caitán o nuestras vidas. Mis labios se elevan en una mueca burlona.

—Deberíamos matarlos —susurra Noa. Se acerca hasta mi lado y se apoya en el marco de la ventana. Hace rato que el resto se han quedado dormidos, aunque mi hermano y Gabriel están todavía en el tejado, estoy seguro de que no han podido evitar caer presas del cansancio.

Aparto la mirada del exterior para centrarla en los ojos de Noa, bajo la tenue iluminación que nos proporciona una pequeña vela de cera de abeja, su color semeja más un azul verdoso que gris.

—¿Sigues con la misma opinión? —Si Lux estuviera despierto, comenzaría a gritar de nuevo sobre no llenar nuestras manos de sangre.

—¿Tú no?

Me encojo de hombros.

—No voy a entregar a mi hermano sin ofrecer resistencia.

A pesar de que no estoy seguro de ser capaz de matar a alguien, veremos qué es lo que sucede cuando queramos marcharnos de esta cabaña. Es posible que nos ataquen antes.

Suelto un largo suspiro todavía bajo el escrutinio de Noa.

—Pelear es la única opción. Ya es suficiente vivir bajo la opresión de Brétema, no es necesario añadir a Lluvia y su séquito.

—Sería maravilloso si el resto de tu pueblo fuese tan resolutivo como tú. —Señalo hacia el montón de mantas sobre el que duerme Lux convertido en zorro.

Arruga la nariz con disgusto. Por lo que he visto estos últimos días, Noa y Lux tienen unas personalidades tan opuestas como el día y la noche.

Aparto un mechón de su cabello que se empeña en ponerse sobre su rostro. Su blusa está entreabierta dejando entrever las curvas de sus pechos. A mi mente viene la imagen de ella desnuda bajo la lluvia, aquel primer día que la vi después de que abandonara su forma de cuervo. Siento el calor filtrarse desde mi vientre hacia abajo. Quizás estoy más salido que la esquina de una mesa. Probablemente más que el borde de un precipicio. Saber que te vas a enamorar de una persona, no hace más que ponerte en tensión en vez de disfrutar de conocerla poco a poco.

Asco de poderes sobrenaturales o lo que mierda sea.

Ella se estremece un segundo antes de alejarse un paso y centrar su mirada en la ventana.

—Noa.

—¿Quieres ir a matarlos ya?

Me río ante el caos que representa.

—¿No te importa que Lux se acueste con otras personas?

Noa ladea la cabeza un momento.

—Si te refieres a que tenga sexo con otros, me da lo mismo.

—¿Siempre te lo dice?

—Sí y antes de que me lo preguntes, sí, ya me ha contado lo bien que besas y lo fácilmente que te mueres.

Esta vez estallo a reír y tengo que controlarme tapando mi boca para que nadie se despierte. Ciertamente, parece muy sencillo morir para mí, teniendo en cuenta que ya van dos veces. Estoy seguro de que no será la última.

—¿Y tú no tienes interés en otras personas? —pregunto cuando consigo calmar mi risa. Me siento en el suelo y apoyo la espalda contra la madera tosca que conforma la pared de la cabaña. Ella abre un poco la ventana antes de sentarse a mi lado. Sube las rodillas y apoya la cabeza en ellas. Vuelve a mirarme a través de su despeinado cabello.

—A qué viene este interrogoso.

—Creo que quieres decir interrogatorio.

—Como sea.

Levanto también mis rodillas y apoyo la cara de la misma forma que ella. Es una posición jodidamente incómoda.

—Porque me interesas.

Porque en algún punto me enamoraré de ti. ¿Será en el mismo instante que me enamore de Lux? ¿Quizás más tarde? No estoy seguro si el amor sucede en un instante.

Ella entierra su boca de pétalo en los pliegues de su vestido sin continuar la conversación. Sin embargo, tampoco retira su mirada de la mía.

Comienzo a sentirme nervioso ante la falta de palabras, por lo que carraspeo y me centro en el pequeño cuerpo del zorro. Viéndolo así, hecho un ovillo entre las mantas, jamás diría que se trata de un humano.

—Me pregunto por qué estás pensando en mí en vez de sentirte nervioso por la situación en la que nos encontramos —espeta ella con brusquedad al cabo de un rato. No hay dudas, es la hermana de Gabriel.

Froto la parte de atrás de mi cabeza, debí haberme rapado antes de venir aquí. Salgo de la incómoda posición y vuelvo a recostarme contra la pared.

—Porque estoy seguro de que saldremos de aquí, Brétema no dejará que Caitán muera. No ahora.

—Siempre hablas como si supieras todo de antemano.

—Solo algunas cosas.

Se incorpora con agilidad en un revuelo de tela, dando por finalizada la conversación. Noa es mucho más desconfiada que Lux, es lo único que he sacado en claro de esta charla.

Espero a que se duerma para abrir la trampilla que lleva al exterior. Deseoso de estar a solas, poso mis pies descalzos sobre el húmedo suelo de la floresta.

Parece que esta noche nuestros acosadores están descansando también. Es comprensible, llevan un buen tiempo a la espera. Me estiro y camino hacia las enormes raíces de un viejo árbol. No sé qué especie es.

El fantasma que se hace llamar Lucien Arcanova está de pie al lado de este árbol.

—No les has dicho la verdadera identidad de Brétema —habla con una voz demasiado suave. Siento como los pelos de mi brazo se erizan.

—Lux lo sabe.

Lucien se desvanece y vuelve a aparecer junto a mí. Intenta tocarme la mejilla, pero consigo apartarme a tiempo.

—No me toques, jodido viejo depravado.

Él se limita a mirar su mano como si tuviera algo muy interesante pintado en ella.

—Llévalos a la casa de los Arcanova.

—Como si fuera a hacerte caso.

—Pronto verás a tu querido hermano morir si no me haces caso.

Mi aliento se corta ante el pensamiento de perder a Caitán.

Vuelve a desaparecer. Esta vez no soy capaz de esquivarlo y agarra mi cara. Sus helados dedos se hunden en mi piel antes de que lleve a sus labios a los míos.

Cierro los ojos con fuerza y desagrado. Cuando los abro de nuevo, veo mi cuerpo. Todavía percibo los latidos de mi corazón a pesar de que mi alma ya no está ahí.

Lucien está dentro de mí. Me está usando como si fuera un recipiente vacío.

Quiero gritar.

Sé que nadie va a escucharme.

Brétema (BL🌈 Completa ☘)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora