Treinta y tres

87 7 5
                                    

15 años atrás 

La primera llovizna del año se hizo presente frente al vecindario empapando todo a su paso, pronto el olor a tierra mojada inundó el lugar y YoonOh aspiro con fuerza tanto como sus pequeños pulmones se lo permitían, a él le encantaba y salir afuera de mano del pequeño Jaemin que hacía unos pocos meses comenzó a caminar a un buen ritmo sin necesidad de que lo sostuviesen, sin embargo YoonOh lo seguía haciendo, porque se había propuesto protegerlo de todos y todo, era el deber de un hermano mayor.

Era la promesa que le había hecho a su padre.

Ante los ojos de YoonOh, Na JongDae siempre había sido un buen padre, o eso parecía a sus cuatro años de edad.

JongDae no era de una familia reconocida, tampoco tenían mucho dinero, entonces...

 ¿Cómo es que pudo hacerse amigo de los gemelos Jung? aquellos quienes eran los primogénitos del dueño del imperio Jung, una de las empresas de electrodomésticos más importantes de Corea del Sur.

Fue gracias a su esfuerzo, JongDae no tenía dinero pero poseía una inteligencia innata, es por eso que había destacado tanto entre los estudiantes, y era tanto  que fue admitido con una beca en la facultad de finanzas de la Universidad Nacional de Seúl, era popular incluso entre los gemelos Jung, Minseok y él se convirtieron en mejores amigos, eran inseparables y pronto la dulce y hermosa Sooyoung se robo su corazón.

Pero el amor no duró demasiado.

YoonOh cubrió los oídos de Jaemin y tuvo que obligarse a si mismo a no llorar al escuchar los gritos de sus padres, estaba asustado pero no quería parecer débil ante su hermano, después de todo su deber como hermano mayor era protegerlo y eso iba a hacer.

—¡Maldición, tenemos dos hijos! ¡¿Cómo pudiste?!

El llanto de su madre lo asustó, sonaba tan herida que quería ir a ver si estaba bien, quizás si le daba un caramelo se sentiría mejor. 

—No pude evitarlo —vio a su padre arrodillado —lo siento, haré lo que sea pero dame otra oportunidad. 

YoonOh no sabía a lo que se referían en ese momento, pero ver a su padre de rodillas y a su madre llorando hizo que tuviera un mal presentimiento.

Se hizo realidad cuatro meses después, cuando su abuelo visitó su casa e hizo que sus sirvientes cargaran los muebles y maletas a un camión, incluso su triciclo iba ahí, después tuvieron que viajar en auto y llegaron a un vecindario donde los niños jugaban fuera de las casas, su mamá no dejaba hacerlo ¿entonces por qué esos niños podían? 

Los siguientes días fueron peores, se entero de que esa sería su nueva casa y algo dentro de si se sintió mal, le gustaba su hogar ¿por qué no podían volver? Lo peor vino cuando su abuelo tuvo una charla con él, no eran muy cercanos, usualmente sólo lo veía en fechas importantes y para ser sincero él no le transmitía más que miedo.

—Las personas a veces tienen que cambiar por el bien de sus seres queridos —dijo sin siquiera mirarlo a los ojos —así que a partir de hoy tu nombre será Jaehyun, Jung Jaehyun, justo como mi padre.

Quería corregirlo y decirle que ese no era su nombre, él se llamaba YoonOh, Na YoonOh.

Pero no pudo hacer nada cuando todos se dirigían a él como Jaehyun, incluso su madre lo hizo, la única excepción era...

—YoonOh —su voz calmada lo hizo volver a la realidad.

 Sus pequeños pasitos resonaron por todo el lugar una vez que escuchó la voz de su padre, tenía tantas ganas de verlo y es que desde que los vio pelear no había podido verlo con frecuencia, su madre decía que estaba ocupado en el trabajo, es por eso que no había ido a su habitación a contarle historias antes de dormir, jugar con él, llevarlo a jugar al parque o incluso ver su caricatura favorita, ellos siempre hacían las cosas juntos, eran el equipo Na, siempre fue así.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 06, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El chico de los hoyuelos -JaeYongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora