El chico de los hoyuelos -JaeYong

Treinta y uno

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—Oye Jung, por aquí.

Sonrió inmediatamente al escuchar a esa persona que últimamente lo hacía sentir feliz.

—Hola —saludo una vez que llegó poniendo su almuerzo sobre la mesa, los tres chicos devolvieron el saludo, se alegraba de poder compartir la hora del almuerzo con compañía y no solo como la primera semana. Todo era gracias al chico que estaba a su derecha, Huang Renjun, un chico muy amable que fue el primero en hablarle.

—¿Creen que el examen de inglés venga muy difícil? Me aterra el hecho de reprobar —dijo el chico de bonita sonrisa, Sunoo. 

—Ojalá Félix no se hubiera ido, él era bueno en inglés —JongIn tomó su jugo y le dio un sorbo.

Las pupilas de Jaemin se agrandaron, él podía ser de ayuda, después de todo había pasado la mayor parte de su vida en Canadá y si con eso podía ayudar a esos chicos entonces dejaría toda su timidez de lado y entonces los ayudaría. 

—Y-yo  viví diez años en Canadá —apenas fue un susurro pero basto para que sus caras se iluminaran como si de niños pequeños se tratasen.

—¿Harías eso por nosotros?—soltó Sunoo tomándolo de las manos y sonrió por su gesto, creía que se parecían mucho, era dulce.

—¡Por supuesto! —Respondió con la misma efusividad, una que se desvaneció cuando Lee Jeno paso por su mesa y le dedico una risa burlona.

¿Qué pasaba con ese tonto? Le caía mal ese chico, al principio le pareció un buen tipo, incluso lindo, sin embargo desde el primer día se la paso evitándolo como si de una peste se tratara, además cargaba con su estúpidos aires de superioridad y cada que podía le mostraba hostilidad, es decir ¿Cómo podías portarte así con un chico tan dulce como Jung Jaemin?

 Bobo.

Tenía que agradecer a Jaehyun por inscribirlo a una escuela de verdad ya que gracias a ello había podido ver lo que era una verdadera experiencia escolar, tomar el almuerzo, tomar clases, hacer actividades, los proyectos y sobre todo conocer a nuevas personas además de Mark, gracias a ello podía socializar y dejar a un lado su dificultad para hacer amigos, prueba de ello era Renjun, incluso cuando conoció a Mark en su clase de piano la sensación no era la misma, porque prácticamente eran sólo ellos dos en ese enorme estudio mientras la profesora Wheein les enseñaba cada partitura, era cálido, pero no experimental, aún se sentía asfixiado y quizás su único momento de paz es cuando acompañaba al chico de escandalosa risa a comer helado para luego despedirse en ese parque donde su madre lo llevaba a jugar de pequeño mientras su hyung tomaba sus clases privadas de relaciones internacionales incluso si era demasiado joven para comprender los temas. 

Gracias a todos los dioses las últimas semanas habían pasado de lo más tranquilas, ya no le molestaba tanto el hecho de ver a Mark junto a Donghyuck todo el tiempo, incluso si su amigo lo hacía a un lado, su pequeño corazón podía soportarlo ahora

El chico a su lado lo miro con el ceño fruncido debido a la mirada fija que mantenía el pequeño Jung, no pudo evitar mirar en la misma dirección y su sonrisa maliciosa apareció.

 —¿Te gusta Lee Jeno? —preguntó con una sonrisa traviesa que iba de oreja a oreja. 

 —¿Ah? No no no —lo miró como si estuviera loco y negó como si su vida dependiera de ello. 

 La simple mención de ese nombre hizo que Renjun se tensara, Lee Jeno era un nombre que no le resultaba muy lindo de escuchar y Nana incluso siendo muy ajeno al mundo real pudo notarlo.