C i n c o

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Cerré los ojos con fuerza y lleve mis manos a los costados de mi cabeza ¿qué tan tonto podía llegar a ser? Lee Taeyong era un tonto en todo su esplendor, había estado esperando verlo por casi diez años y cuando lo tuve en frente salí corriendo. Pero realmente me sentía abrumado, era difícil de asimilar ¿realmente era él? Me sentí como un niño pequeño, quería correr a casa y esconderme debajo de las sábanas de mi cama. Caminé hasta la sala tratando de calmar a mi acelerado corazón, vi un lugar vacío junto a Mark y no dude en sentarme, abracé la almohada en mi pecho y miré el suelo sin saber que hacer. Estaba en una especie de shock, era extraño volver a  verlo. 

—Hyung —Mark rio con su típica risa escandalosa, algo me decía que el contenido de su vaso no era ponche —¿Qué paso? Parece que has visto a un fantasma.

—Quizás lo he visto —Dije escondiéndome más.

—¿Quizás?

Me acerqué a él sin dejar de abrazar la almohada y lo miré serio.

—Él está aquí —dije sin más.

Su expresión me dijo que entendía de quién hablaba, no era un secreto en mi familia.

—¿Yoon Oh? —Asentí repetidas veces —¿Y qué haces aquí, hyung? Deberías ir con él... Es decir, eso es lo que querías, verlo después de mucho, es tu oportunidad —Negué, me sentía asustado, ¿Qué pasaba si no me recordaba? No sabía iniciar conversaciones y mucho menos mantenerlas. 

—Hyung... —Advirtió cruzándose de brazos ¿en qué momento intercambiamos papeles? 

—¡Jaehyun!


Mark y yo desviamos la mirada al escuchar a Doyoung. Y quizás en mi otra vida fui una mala persona, ya que aquel chico al que llamaban Jaehyun era como el gemelo de Yoon Oh.

—¡Hyung! —miré a Mark aterrorizado, ¿por qué lo estaba llamando? ¿se conocían?

El chico miró en dirección de Mark, sonrió y Dios... Era él ¡Sus hoyuelos no podían mentir!
Lo miré detalladamente, Yoon Oh me miró por un momento y desee que la tierra me tragará, porque yo no estaba listo ¡Él se acercaba a nosotros! Bajé la mirada incapaz de mirarlo directamente.

—Mark Lee

—Hyung, Dios, que pequeño es el mundo.

—Lo mismo pienso —dijo riendo.

Me aferré mucho más al agarre de la almohada, sentía mi cara arder, me negué a levantar la mirada, el piso era mucho más interesante.

—Oh... Este de aquí es Taeyong hyung, mi hermano mayor —presumió Mark y yo deseé estar en casa, cerré los ojos fuertemente e intente calmarme. Respiré profundamente y poco a poco levanté la mirada y cuando lo hice.... ¡Maldición! Él ya se encontraba mirándome.

—Hola —dije bajito.

Él saludó con la cabeza y después miró a Mark.

—Ha pasado tiempo Mark, Jaemin te extraña, supongo que después de todo su destino es estar juntos ya que hace poco volvimos de Canadá, nos hemos mudado nuevamente a Corea. 

¿Canadá? ¿Todo este tiempo había estado en Canadá? 

—Oh Canadá.

—Donghyuck—regañó mi hermano y volvió a mirar al castaño —Esas son excelentes noticias hyung, espero verlo pronto —respondió con esa tierna sonrisa. 

—Tengo que ir al baño —dije interrumpiendo su conversación  y me levanté para caminar en dirección opuesta a la habitación. Usualmente una persona normal iría hasta donde estaba el chico que consideraba importante y trataría de entablar una conversación... Pero yo no era una persona normal, siempre fui tonto, así que en su lugar yo estaba huyendo. A veces envidiaba un poco a Mark, él se devolvía fácilmente, él era lo opuesto a mi. Caminé una vez más al patio trasero, al salir miré al cielo, esta noche nos brindaba una vista espectacular con un montón de luces, suspiré y busque en mi bolsillo aquello que me ayudaba con mi ansiedad, pero justo antes de tomar la flama y acercarla al pequeño cilindro una voz me interrumpió.

—Creí que dijiste que ibas al baño Taeyong —dijo en tono de burla.

Cerré los ojos al ser atrapado y me giré avergonzado, ahí estaba él, con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta, su postura parecía relajada y estaba sonriendo, traté de relajarme y sonreí apenado.

—Me perdí —Respondí guardando aquel objeto con forma de cilindro en la bolsa de mi chaqueta, él se dio cuenta y se acercó hasta mi para poder tomarlo y quitármelo, mordí mi labio.

—¿Este es uno de tus hábitos? No pareces el tipo de persona que fuma —Alzó las cejas caminando unos pasos hacia atrás.

—¿Eso te parece?

—Siempre fuiste muy inocente, del tipo que nunca rompería un plato, esta faceta de chico rudo me parece interesante.

—No soy un chico rudo, Yoon Oh.

—Ya nadie me llama así, Bubu. 

Sonreí por su comentario ya que al parecer no era el único que recordaba el pasado y por fin, después de tanto tiempo pude mirarlo a los ojos.

El chico de los hoyuelos -JaeYongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora