D i e c i n u e v e

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Corro tan rápido como mis piernas me lo permiten, siento que el corazón se me sale del pecho, mientras mi preocupación crece cada vez más, ni siquiera me importa que mi madre gritara mi nombre repetidas veces tratando de calmarme, lo único que quiero en este momento es saber si estaba bien. En cuanto veo la recepción no puedo evitar apresurarme y fui con la recepcionista del lugar, quería respuestas y con la respiración agitada pronuncio su nombre. 


Jung YoonOh 


Agradezco a la enfermera y me dirigo en dirección a donde me había indicado, quería verlo, necesitaba hacerlo.

Lo primero que veo al adentrarme al pasillo fue a un par de chicos, el pelirosa corre en mi dirección y de un momento a otro su rostro impacta en mi pecho y sus brazos van a mis costados rodeando mi cintura, poco a poco levantó la mirada y me encuentro con sus pequeños ojitos llenos de lágrimas y un puchero asomándose en sus labios ¿por qué los Jung son tan lindos? Sacudo mi cabeza tratando de borrar ese pensamiento y tratando de contener mis ganas de pellizcar sus mejillas como la primera vez que lo vi, el día que conocí a los Jung.

—¡Hyung! 

La voz de Mark me trae de vuelta y lo miro

—¿Qué pasó? —Pregunto recordando el motivo por el cuál estaba en ese lugar.

—Tranquilo, está bien —Dice tomándome del hombro rozando el cabello de Jaemin —No fue tan grave, fue un accidente de auto, al parecer una persona ebria iba en sentido contrario, hyung evitó que chocaran, sin embargo no corrió con la misma suerte al intentarlo con el poste y se estrelló.

Ahogo un quejido y muerdo mi labio, de repente siento unas inmensas ganas de llorar, él estaba bien, pero el sólo pensar que pudo ser de otra forma...

—Taeyong —La voz de mi madre hace eco en ese solitario pasillo y los tres volteamos a verla, apenas y puede respirar, su cabello está desordenado y me mira de mala manera —Debiste... debiste esperarme, llevo todo el camino persiguiéndote —De repente me siento culpable, pero no podía evitarlo, se trataba de la salud de YoonOh.

—Lo siento —susurro mirándola.

Ella suspira y sólo me da una mirada de desaprobación acercándose hasta quedar a escasos centímetros de mi.

—Entra de una vez —Dice dándome golpecitos en la espalda y aparta a Jaemin de mi pecho tomándolo de los hombros —Ven cariño, Tae tiene que entrar —Él no dice nada, sólo asiente y me mira con esos ojitos de cachorro que tiene.

—¿Hay alguien adentro? 

—No, sólo la señora Jung, pero ella tiene que descansar un poco.

Suspiro al escuchar a mi hermano y muerdo mi labio con nerviosismo, estaba ansioso de verlo y ahora que lo único que nos separa es una puerta no puedo dejar de temblar ¿a dónde se había ido toda mi valentía? Mamá carraspea y Mark me da una sonrisa sin mostrar los dientes.

Finalmente soy capaz de girar el pomo de la puerta y abrir, al hacerlo lo primero que veo es a YoonOh postrado en una cama, su mano derecha está enyesada y tiene un corte en la frente, su cabello está desordenado y viste con la ropa del hospital, sus ojos rápidamente me escanean y se detienen en mi mirada, luce realmente sorprendido y yo le sonrío para evitar ponerme a llorar e ir a abrazarlo. 

—Bub... Taeyong.

—Taeyonggie —La señora Jung se levanta para tomar mis manos entre las suyas y recibirme con esa dulce sonrisa que tiene.

El chico de los hoyuelos -JaeYongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora