—¿En dónde está Taeyong? —Preguntó Doyoung al no encontrar a su amigo en el sitio que lo vio por última vez.
—Fue a buscarte —Respondió Jungwoo.
—¿A mi?
—Uy, eso es bueno —Dijo Johnny pasando su brazo por los hombros del pelinegro —No será en vano.
—¿El qué?
—Doyoung tiene una sorpresa para Taeyong —Respondió con una risita.
—Se supone que es un secreto —Dijo alejándose de él para ir a buscar al chico que quería ver.
Doyoung apreciaba mucho a Taeyong, la primera impresión que tuvo de él fue que era un chico bastante tímido, lo notó cuando vio como es que se escondía detrás de Jungwoo y Ten cada vez que un extraño se les acercaba y eso le parecía muy tierno, desde aquella vez sólo quería proteger al chico, cada vez que lo miraba trataba de descubrir un poco más de él y acercarse, un mes atrás pudo lograrlo cuando vio al castaño salir corriendo, inmediatamente una alarma se encendió en su cabeza y fue a buscarlo con ayuda Chittaphon, lo encontró desconsolado, no quería que eso se repitiera, con le paso de los días Taeyong se abrió para él y fue mucho más fácil el convertiste en amigos cercanos, incluso habían establecido una rutina, parecía como si fueran almas gemelas.
Doyoung sabía que sus sentimientos se intensificarían si pasaba mucho tiempo con él y estaba en su máximo apogeo, no podía detenerse, quería ser algo más para Taeyong, quería ser el motivo de sus sonrisas, sostenerlo cada vez que estuviera mal, brindarle apoyo y amor incondicional, porque sí, estaba enamorado.
Pero no era tonto, sabía que el chico que quería estaba enamorado de alguien más, pudo notarlo la primera vez que esos dos se encontraron, pudo saberlo por la mirada que Tae le daba a Jaehyun y eso lo desanimó por un tiempo, sin embargo eso había cambiado, no era un idiota que se lanzaría sin un sustento, las últimas semanas había pasado demasiado tiempo con el castaño, lo suficiente para conocerlo mejor, sabía de sus gestos, gustos, lo que no le gustaba, en general y le parecía magnifico.
El corazón del mayor aún no sanaba del todo pero él le ayudaría a hacerlo, además sabía que tenía una mínima posibilidad de ser correspondido, buscaba una oportunidad y por más pequeña que fuera iba a tomarla, porque por muy poco que fuera... Quizás Taeyong comenzaba a sentir algo por él.
Le pareció ver al chico que le gustaba entrar a la cocina, pero no estaba solo, podía reconocer al otro chico y no pudo evitar sentir un nudo en el estómago al darse cuenta de quién era, camino dispuesto a interponerse, dos chicas salieron de la cocina y casi tropieza con ellas, se plantó frente la puerta dispuesto a dejar que su instinto lo guiará ¿estaba bien interponerse? ¿y si eso no era lo que Taeyong quería? Una vez más suspiró pesadamente pensando ¿todo este acercamiento había sido suficiente para que Tae cayera por él? No quería ser egoísta, realmente amaba al chico, pero no podía interponer sus propias ideas, el amor no se trataba de eso, estaba dispuesto a darse media vuelta hasta que escucho la voz que adoraba.
—¿A qué estás jugando? -Se detuvo, no quería escuchar a escondidas pero entonces... ¿por qué seguía ahí?
—No sé a qué te refieres.
—Cuando llegué ni si quiera te atreviste a hablarme y ¿ahora estás preocupado? —Una pausa —Es triste ¿no? Siempre generas este tipo de situaciones... Sólo te atreves a hablarme cuando no estoy en mis cinco sentidos, te portas lindo y al final... me dejas confundido —Se sintió realmente mal, recordaba perfectamente esa escena, Taeyong golpeando el volante, sus lágrimas cayendo por sus rosadas mejillas, no quería volver a verlo así —No dejaré que pase de nuevo —No sabía de dónde había sacado tanto valor, pero estaba feliz de escucharlo.