1 Julio
—¿Qué haces aquí? —Pregunté con evidente molestia en mi voz.
—Mark me invito, a cambio traje a Jaemin —dijo con esa sonrisa suya y tomó asiento a mi lado.
—¿Vienes a burlarte de mi? —pregunté girándome hacia él para verlo a la cara.
No sé si era el alcohol pero podía mirarlo directamente sin acobardarme o quizás era lo molesto que estaba con él, siempre era tan confuso interpretarlo, de un momento a otro se volvía un cretino, odiaba que se comportara de esa manera. La última vez que lo miré me humilló frente a sus amigos dejándome como un acosador (quizás me había pasado un poco, pero no tenía derecho) y después de eso venía a buscarme con la excusa de que no estaba pensando claro, me moleste tanto que lo deje ahí con su estúpida excusa y fui por mi hermano para ir a casa.
—Por supuesto que no —sonrío —por cierto, feliz cumpleaños Lee Taeyong.
No respondí, sólo le di la espalda para mirar a otro lado e ignorarlo tranquilamente, no sé en qué momento deje que mis amigos me organizaran una fiesta sabiendo lo aburrido que era y la poca resistencia que tenía al alcohol, era un peligro para mi ya que sabía que estúpido podía llegar a ser estando ebrio.
• • • • • • • • • • • • • • • •—¡Hey! Ese es mi móvil.
—Esa es mi mano.
—¿Eh?
—Estás tomándome de la mano.
—Y-yo no...
—Está bien, no la sueltes —sonrío mostrando sus bonitos hoyuelos, esos que estaban a cada costado de sus mejillas y lo hacían verse adorable.
—Yoon Oh... ¿sabes cuál es mi lugar favorito?
Sinceramente no recordaba cómo habíamos llegado a esa situación si antes no quería ni dirigirle la palabra.
—No, no lo sé ¿Cuál es?
Sonreí y lentamente con mi mano libre acaricie su mejilla, su piel era tan suave que me tome el tiempo de apreciarla, por último me detuve en un lugar especifico para pinchar con mi dedo el pequeño agujero que se formaba en la mejilla del castaño.
—Tus hoyuelos —Dije sin dejar de mirarlo —tus hoyuelos son mi lugar favorito.
Él se quedó asombrado sin saber cómo interpretar lo que había dicho, y lo poco que quedaba del Taeyong consciente no dejaba de repetir en mi mente que una vez que el alcohol perdiera su efecto me arrepentiría de mis palabras, odiaba ser tan sincero a la hora de estar ebrio.
—¿Cuál es tu canción favorita?
—¿Eh? ¿Qué?
—Sí... No importa, tengo tu teléfono, veré cuál es.
Asentí y dibuje el patrón de desbloqueo para darle acceso a Yoon Oh ¿Cuándo se había apoderado de mi móvil? Él por su parte se dirigió al reproductor de música e hizo que varias canciones fueran reproducidas mientras reía cada vez que el contrario comenzaba a cantar una de ellas.
—Eres adorable, siento que estoy conociendo al verdadero Taeyong.
—¿Uhm?
—Incluso cuando cierro mis ojos puedo sentir tu calidez
Sólo pude quedarme en silencio y asombrado por lo que estaba presenciando, el castaño tenía la voz más bonita que había escuchado en mi vida, era como si su voz acariciara mis oídos y en ese momento odiaba que no estuviera en mis cinco sentidos para poder apreciar el momento con mayor detalle, además él había acertado, esa era mi canción favorita.
—Eres la fuerza que me hace vivir otra vez, porque fuiste esa persona...
Su voz era aún mejor de lo que alguna vez imagine, me hacía sentir tan... No tenía cómo describirlo.
—Todo mi corazón está contigo, todos tus sueños están conmigo.
Puse atención total, él me miraba, era casi como si fuera para mi, pero no quería ilusionarme demasiado, no más.
—Estaremos unidos el uno al otro para siempre, no puedo vivir sin ti.
Cuando termino agaché la cabeza para esconder el sonrojo de mis mejillas, ni si quiera sabia porque me estaba sonrojando, mientras el castaño sonreía satisfecho y acercaba su cara a la mía, demasiado cerca como para que nuestros alientos se mezclaran, traté de evitar la mirada de Yoon Oh a toda costa, pero él no me lo permitió, metió el móvil en mi bolsillo y ahora con su mano libre me tomó de las mejillas para hacer que sus miradas coincidieran una vez más.
—Espero y hayas tenido un buen cumpleaños —Sonrió y miró mis labios por un segundo. —Son las doce —Susurró sin dejar de mirarlos —el hechizo se rompió.
Y dicho eso me dejó libre, soltó mi mano, estaba un poco confundido ¿a qué se refería con "hechizo"? Por último dio media vuelta y salió por la puerta dejándome ahí, pude ver su espalda alejarse, quería ir detrás de él pero mi vista se nubló ¿en qué momento comencé a llorar?
Una vez más, lo había hecho de nuevo y no podía hacer nada para aliviar el dolor que me provocaba su actitud. Después de todo tenía razón, era sólo un hechizo, no era real y quizás jamás lo sería.