Estaba soñando con Alaska cuando siento leves golpes en mi brazo que me hacen despertar. Abro los ojos repentinamente junto a un sobresalto, como si me hubiera asustado
Pasé tanto tiempo sin dormir, que una vez que logré regularizar mi sueño, se había vuelto más pesado de lo normal
La luz encendida de la lámpara me hace entrecerrar los ojos a causa del brillo, y veo la sombra de Laura parada frente a mí. Observo el reloj de mi habitación, y los números rojos indican que son apenas las cuatro de la mañana
-Juan, tiene que levantarse- dice y me siento apenas en la cama
-¿Qué pasó?
-Christian despertó, me llamaron del hospital, quiere que vayamos ya mismo
-¿No podía despertar más tarde?- me quejo después de un bufido
Me deshago de las sábanas que enrollan mi cuerpo rápidamente y me levanto de la cama casi que con un salto
Hacían dos días que Christian se encontraba inconsciente en el hospital. Lo habían encontrado en su casa, con dos tiros en su abdomen, apenas unas horas antes de la hora acordada para nuestro encuentro. Había perdido mucha sangre, así que no me extrañaría encontrarlo muy débil
Laura maneja en una velocidad moderadamente rápida y llegamos al hospital en unos diez minutos
Como era de esperarse por la hora, hay poca gente y poco ruido, lo único que se escucha es un pequeño murmullo y el volumen bajo de las televisiones prendidas en sala de espera. Aún asi, esas mismas pocas personas sonríen con diversión al ver a mi hermana; Ella tan solo los observa extrañada
-¿Qué les pasa?- me pregunta en un susurro y la escaneo con la mirada
Largo una risa al llegar a sus pies
-Lau, sigue en pantuflas- digo y ella mira horrorizada hacia abajo
-¿Por qué no me avisó?- golpea mi hombro y siento risas a nuestro alrededor
-No me di cuenta- excuso entre risas
-Ya me quiero ir- susurra y camina rápidamente hacia el mostrador
El olor a café llega a nosotros cuando nos acercamos a la señora detrás del escritorio, que levanta su vista y nos observa con su mirada apagada, seguramente cansada y aburrida.
La recepcionista no nos deja pasar; Christian tiene guardia policial en la puerta de su habitación y supuestamente no es horario de visitas.
Tratamos de convencerla por unos minutos, pero fue totalmente en vano. Hasta que, como si fuera un milagro caído del cielo, un doctor aparece junto a nosotros y le explica la situación a la mujer. Le dice que desde que abrió los ojos, lo unico que pidió fue vernos, y en la situación en la que se encontraba su salud, era prudente que pasáramos un minuto, al menos
Ella, rendida, terminó por aceptar y nosotros fuimos guiados hacia la habitación de Christian
-Son ellos- le explica el doctor al policía y ambos mostramos nuestras identificaciones
En silencio, asiente con conformidad
-Gracias por la ayuda- agradezco al de pelo claro y él sonríe
-¿Fue con usted con quien hablé por teléfono?- le pregunta Laura
-Christian es mi amigo y me imploró que los llamara- explica- Se despertó nombrado a Margarita...luego pidió por ustedes
Abre la puerta y se hace a un lado para dejarnos pasar. Puedo verlo acostado, con un equipo transfundiendole sangre y con una máscara de oxígeno puesta
-Está muy frágil, así que tengan cuidado- nos susurra antes de entrar- Puede dormirse de nuevo en cualquier momento
Volvemos a agradecerle y entramos a la habitación. Abre sus ojos al escuchar nuestros pasos y levanta una mano para sacar su mascarilla
Su pulso es tembloroso y la debilidad de su cuerpo no lo deja hacerlo por su cuenta, así que me acerco y lo hago por él
-Gracias por venir- dice en un hilo de voz
-¿Qué carajo pasó, Christian?- pregunta Laura
-Clemencia- responde- Le dije que iba a verlos y me fue a buscar...
Le falta el aire para continuar, así que se toma su tiempo
-Pero no me importa, si yo me muero, al menos antes deben de saber la verdad- susurra y puedo ver el brillo de sus ojos, incluso cuando están entrecerrados
Una lágrima cae en su mejilla y mi vista se encuentra con la de Laura, que observa la situación con preocupación
-Clemencia mató a Mauricio y a Margarita- habla con la voz entrecortada- Mandó a cortar los frenos del auto en el que iban
El silencio invade la habitación. Sus palabras se sienten como una patada en la cabeza, como si una granada hubiera explotado en mis oídos y me haya desestabilizado por completo
-Estaba celosa de ellos, hasta un punto enfermizo. Trató de hacerme creer que nos engañaban pero nunca lo hice, yo confiaba en Margarita, confiaba en su padre- explica- Estaba tan convencida y obsesionada que terminó en querer matar a su papá. Quiso meterme en su plan, intenté detenerla, se lo conté a Mauricio y no me creyó...
El llanto de Laura se escucha por debajo y el nudo en la garganta me empieza a molestar
A quemar
-Clemencia no sabía que Margarita iba en ese auto, y yo tampoco- dice en voz baja
-¿Por qué no nos contó?- cuestiono apenas en un susurro
-Antes de morir, en el hospital, su padre me hizo prometer que no se lo dijera a nadie, que trate de cuidarlos a ustedes y a Clemencia...pero ya no aguanto mas- dice entre sollozos- Clemencia me amenazó todo este tiempo, me hizo hacer cosas horribles con tal de seguir esa promesa, me arruinó la vida, me lavó el cerebro
Se le corta el aire y le ofrezco la mascarilla, pero levanta su mano en oposición
-Sé que no lo merezco, pero espero me perdonen- pide mirando a Laura, estirando su mano hacia ella todo lo que puede
Me mira con sus ojos rojos, indecisa
Pero luego toma su mano
-Deben de tener cuidado, su mamá no está bien- dice- Inventó la enfermedad de Juan para distraerlos de su problema, es por eso que desaparece tanto
-¿Qué problema?
-Está enferma, totalmente enferma- contesta- Me obligó a modificar sus estudios, y luego los de Juan Pablo...
Sus ojos se cierran de a poquito y el agarre en la mano de mi hermana va disminuyendo su fuerza
-Christian...- lo llama ella, pero habla de nuevo
-Piensa que Margarita sigue viva- susurra adormilado- Y está yendo tras ella
Y luego se queda dormido.
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Victoria - Juan Pablo Villamil
FanfictionTodos guardamos algo en un cajón Todos buscamos algo en qué creer (segunda temporada de Alaska)