dieciocho

333 44 34
                                    

No es la primera vez que me subo a un avión, pero tal vez, es la vez que más nervios siento

Nervios de dejar a Laura y a Maite aquí, solas. Sabiendo en el estado que se encuentra nuestra madre y lo expuestos que quedamos nosotros ante esa situación

Nervios de enfrentarme a dos personas que no conozco, y que significan demasiado para una de las personas que mas quiero en la vida

Todos estos días me he tratado de hacer planes en la cabeza; que decir, que hacer, como actuar si nada sale como lo pensé

¿Qué hago si los padres de Alaska prefieren no contarme nada? ¿Si no me permiten ver a su hija?

Pero también, ¿Qué pasa si al llegar, ese par de ojos celestes me toman por sorpresa y me esperan, para darme vuelta el mundo otra vez?

Que puto miedo

Martín e Isaza están jugando con Maite en el suelo, mientras que Laura y Simón fueron a buscar unos cafés. Liv está sentada a mi lado, observándolos con una sonrisa radiante

Cada vez que necesito una opinión o consejo, ella es la primera persona en la que pienso

-¿La estoy cagando?- le susurro a Olivia

Lleva su vista hacia mí y larga una pequeña risita, acariciando mi hombro

-Vas a tener que averiguarlo- responde en el mismo tono

-¿Y si la cago?

-Regresas a casa- contesta levantando sus hombros- Te vamos a querer de igual manera

La observo por unos segundos y sonrío con una especie de alivio, porque hace un tiempo no me imaginaba encontrar tanto cariño ni respaldo en varias personas, como ella

Y me siento agradecido de saber que si llego a caer, alguien me espera allí abajo para agarrarme

-¿Qué opina?- vuelvo a preguntar

-¿De qué?- cuestiona

-De esto que estoy haciendo- digo- ¿Piensa que soy capaz?

Olivia me mira y su sonrisa se borra

-Juan Pablo, tu valentía te hizo ser capaz siempre, sino no te hubieras levantado cada vez que te caiste- susurra- Es lo más preciado que tienes, no dejes que nada te lo quite, por favor

Sonrío levemente, y escucho la llamada para mi vuelo a través de los parlantes

Mi cara se transforma en una llena de terror, mientras veo a mi hermana acercarse y a los chicos levantarse del suelo

Miro el boleto de avión en mi mano y soy consciente de que ya no hay más tiempo para pensar

Me levanto de la silla luego de un gran suspiro y abrazo a mi hermana

Probablemente, si yo tengo miedo, ella está mil veces más aterrorizada que yo. Pero aún así sonríe, y confía en mí, y eso es lo único que parece importarme ahora mismo

-Cuídese mucho- murmura en mi oído

-Ustedes también, por favor- pido haciendo más fuerte mi agarre

Me despido de Maite, de Olivia y de los chicos, que también vinieron a acompañarme

Un largo rato después, mi vuelo despega directo hacia Cartagena

.

.

.

Estoy parado justo en la dirección que Valentin me dio escrita en un papel

Victoria - Juan Pablo Villamil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora