𝓛𝓪 𝓤𝓬𝓱𝓲𝓱𝓪 𝔂 𝓔𝓵 𝓤𝔃𝓾𝓶𝓪𝓴𝓲

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TOQUES EN su mejilla la despertaron, una chiva de ojos rojos la estaba tocando, se alejo de ella dando una vuelta.

–¿Quien eres?.

–¡Sayuri-chan!.

–¿Boruto?– el uzumaki la abrazo –¿Donde estamos?. ¿Quienes son estas personas?.

–¿Que es lo último que recuerdas?.

–Solo... ir en un tren para buscarte por que papá lo pidió, temía que lo siguieras solo algo así... nos vimos de regreso y... Es todo.

–Estamos atrapados en un laberinto.

–¿Laberinto?.

–Esta es la primera prueba. Ten cuidado con los bordes, ahora vuelvo.

Miro a su alrededor otra vez, diferentes tipos de personas estaban allí, algunos shinobi de otras aldeas y personas comunes.

Llamo más su atención al sujeto esposado a lo lejos.

Alzó la mirada al notar a alguien volar.

–Cuidado, este piso es muy frágil.

–¿Donde estamos?.

–El campo de pruebas Hundimiento. Como su nombre indica, tienen que huir del piso que se hunde. Si caen, se acabó el viaje.

–¡Ah!– grito cuando un cubo despareció a su lado.

–¡Sayuri-chan!.

–Estoy... bien.

–Si quieren sobrevivir, vengan gasta aquí– apunto el puente en el cielo.

–¡Baja!– grito Gankubi.

–No lo entiendes, ¿no?. Si se quedan ahí, morirán. Esfuércense, queridos sujetos.

–¡Espera!. Boruto.

–Si.

–Esperen, no es justo que se adelanten.

Sayuri se puso de pie alejándose de los bordes, se cubrió con sus brazos cuando una gran ventisca sacudió todo.

–¡Que crees que haces maldita loca!.

–¿Como?. No perderé el tiempo con extraños...

–Solo vete antes que te mate– corrió para ayudar a un anciano que caía –¿Se encuentra bien?.

–¡Reúnanse aquí!– Boruto señaló una escalera improvisada –Lleva a una zona segura. Suban uno a uno. Despacio.

–Vaya con cuidado, señor.

–Muchas gracias.

El agua a su lado se soltó dejando caer varios cubos, miro al ninja atrás y corrió hacia él.

–¿Que haces, niña?. Debes subir.

–No podrá detenerlo solo. Lo ayudare– se puso atrás suyo apoyando ambas manos en su espalda –Le daré algo de chackra.

Anaguma agradeció eso y concentro su chackra.

–Maldición. Como recién despierto no puedo manejar mejor el chackra...– apretó sus dientes –¡Shannarō!.

–Ya déjalo, niña. Liberame y nos sacare de aquí.

–No confío en la palabra de alguien que está esposado. Cállate.

–Date prisa, Boruto.

–¡No aguantaremos mucho!– grito la uchiha.

–¡Bien!.