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La puerta fue derribada de golpe, los presentes en la habitación observaron al responsable. Ella bajo su pierna, dirigió su mirada hasta el pelirrojo. Su ceño se frunció.

—Nos vemos de nuevo.

—Algo tarde, Sayuri...

Code paso su cuerpo por los arañazos que hizo, pero de pronto sintió un golpe en su mejilla que lo hizo terminar de cruzar.
Abrió sus ojos después de caer al suelo, estaban en donde se resguardada, pero alguien más estaba con ellos además de Amado.

—¡Maldito infeliz! ¡No puedes llegar a mi hogar y hacer lo que quieras!

—Hermana, ¿quien es la chica? ¿Puedo matarla?

Sayuri cayó en cuenta de su situación. Vio con detenimiento el lugar en donde estaba parada, hasta que su mirada se detuvo en una mujer junto a un niño.

—Daemon, saluda a nuestra visita. —Code ordenó. El menor mostró una gran sonrisa, vio de reojo a su Ada creyendo que lo detendría. Pero no dijo nada y, esa fue su señal.

La Uchiha fue derribada por un golpe inesperado, su cuerpo choco contra una pared. Recupero el aliento y volvió a ponerse de pie, detuvo su mirada en el niño frente a ella.

—¿Que rayos fue eso...?

—¡Puedes levantarte! Eso me sorprende, sigamos jugando otro rato.

—¿Jugando? Voy a matarte, luego a esa mujer y finalmente a Code. Así que no estorbes, niño.

—¡¿Eh?!

Ada observo como las pupilas de la pelinegra cambiaban, tomando su lugar el Byakugan y Mangekyo Sharingan. Daemon soltó una carcajada, la Uchiha levantó ambos brazos poniéndose en guardia.

—¿Tienes miedo de seguir?

El de cabello turquesa guardo silencio, vio la mirada que la chica le daba. Lo estaba retando sin pudor alguno, no lograba ver miedo en su mirar. Sayuri vio de soslayo a Code hablar con Amado, volvió con Daemon.

—Vamos.

En dos segundos, él apareció cerca de ella. Bloqueo su patada con su brazo, pero eso no evito que retrocediera unos pasos. Ella sacudió su brazo, sentía un pequeño ardor. El golpe fue potente.

—¿Me bloqueaste? ¡Eso es genial! Nadie jamás pudo escapar de mi, ya me desagradas un poco menos.

Ignoro las palabras del niño. Ella exhaló un suspiro, el rombo en su frente brillo dando paso las marcas del Karma por todo su cuerpo. Ya entendía que no podía contenerse luego de aquello.

Debía darlo todo.

—Hm —Daemon relajo su expresión—. ¿Que sucede? Tu poder... Por eso lograste bloquear mi patada. ¡Solo estas jugando conmigo!

—¿Mi poder? ¿De que rayos hablas?

—¡Hermana, ella me agrada! ¿Podemos conservarla?

—¡Oye! —Sayuri giro su cabeza al verlo colgarse en su espalda como si nada—. Baja de mi espalda a menos que quieras morir.

—"No hay código de vestimenta".

La pelinegra se cubrió con los brazos al momento en que una caña de humo cubrió la habitación. Al dispersarse, regreso su mirada hacia Code, quien ahora poseía un cabello blanco.

—¡Es blanco! —Daemon grito aún sobre su espalda.

—Que gusto. Me siento invencible —Code abrió y cerró su mano—. Lo siento, Amado. Esa herida tiene que doler. Estoy contento. Al menos te libraré de tu sufrimiento... en un instante.

𝓛𝓪 𝓤𝓬𝓱𝓲𝓱𝓪 𝔂 𝓔𝓵 𝓤𝔃𝓾𝓶𝓪𝓴𝓲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora