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Cuando el tres se detuvo los cuatro cruzaron la salida, donde al instante fueron recibidos por varios ninjas. Sayuri puso los ojos en blanco y pasó de ellos, ignorando los llamados de Shikamaru.

Realmente no tenía ánimos de escucharlos.

Solo quería verlo.

Al salir de la estación le pareció raro ver a Ada pasar sobre ella volando con Daemon en sus brazos. Elevo una ceja, curioso que pudiera hacer eso.

—¿Como estuvieron tus vacaciones?

Suspiro.

—Escuche que desapareciste, pero ya estabas de regreso. Lastima.

—¿Que quieres? Tengo cero tolerancia contigo. —advirtió la Uchiha hacia Kyouka.

Ella puso ambos brazos sobre su cintura, tenía una sonrisa burlona en su rostro.

—Ya veo. No me digas, ¿Boruto te dejo al irte? No me sorprende, eres un desastre.

Una vena resaltó en la sien de la azabache. Apretó los puños al costado de su cuerpo, de verdad quería acabar con ella.

—Que digo. Más que un desastre, eres un monstruo. Eres totalmente anormal, solo mírate —Sayuri fue apuntada con la mano—. Ahora entiendo totalmente porque quieres renunciar a...

Sus palabras quedaron en el aire. Sus ojos se abrieron como platos al ver como gotas saladas bajaban por sus mejillas hasta humedecer la tierra bajo sus pies.

Sayuri estaba llorando.

—Oye, oye. ¿Que rayos te sucede? ¡No quería esta reacción! ¡Deberías estar furiosa y golpearme! ¡Vamos, golpeame! ¡Y así te quitaran el cargo de Gennin!

Fue totalmente ignorada por la Uchiha quien seguía derramando lágrimas como una cascada. Por más que pasara ambas manos por sus ojos, solo lograba ponerlos rojizos por la fuerza que usaba.

—¡Mierda! ¡No pienso ayudarte! —la peliblanca paso por su lado, yéndose por otro camino.

Al ya no estar la chica cerca, ella dejo de sollozar, su expresión volvió a la de antes y vio detrás suya por donde Kyouka se fue.

—Idiota. —murmuró para seguir caminando.

Lanzó la piedra al agua y abrazo sus piernas contra su pecho

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Lanzó la piedra al agua y abrazo sus piernas contra su pecho. Resoplo al ver la roca picar en la superficie hasta el otro lado.

—Aquí estas.

—Pensaba ir con Boruto, pero termine aquí. ¿Raro, no?

Saiko tomó asiento sobre el césped a su lado. Agarro una pequeña piedra que estaba a sus pies e hizo lo mismo que la Uchiha. Solo que su lanzamiento quedó a medias y la roca se hundió en el agua.

Infló sus mejillas ante ello.

—Siento algo raro en mi pecho. —Sayuri murmuró.

—¿Algo raro?

𝓛𝓪 𝓤𝓬𝓱𝓲𝓱𝓪 𝔂 𝓔𝓵 𝓤𝔃𝓾𝓶𝓪𝓴𝓲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora