Ser o no ser.

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Adv. : Contenido borracho. 

***Ruki***

Sí, estaba borracha y cuando tuve a Takeomi en frente de mí, quise pelear con él, aunque en el fondo quería verlo enojado y que me agarrara por la fuerza y me besara como había hecho en el pasado, pero también sabía que no sería capaz, porque le tenía miedo a Shin. Yo tenía clara la tensión sexual que existía entre nosotros, algo que no pasaba con Shin, porque Sano era un buen amigo, era el chico bueno que quería parecer malo, pero siempre terminaba sonriéndole incluso a sus enemigos y su sonrisa era demasiado tierna.

Cuando Shiba me extendió su mano para bailar todo se tornó extraño, su mano era enorme y, quizás por la idea de que cumplía años, más mi borrachera, comencé a verlo más grande que antes, incluso su actitud al invitarme a bailar fue la de un tipo de mi edad o mayor, enfrentándose a Takeomi, prácticamente lo quitó del medio sin ningún temor.

Cuando saltó esa canción que yo detestaba, porque se la había dedicado un ex novio a su actual chica por redes sociales, abracé a Shiba por el cuello, él no dudó en afirmarme por la cintura, y en cierta parte de la canción me dio algo de pena, por lo que apegué mi cuerpo al suyo, el licor me permitía poder intensificar todo, desde aquella pequeña pena, hasta las sensaciones físicas, así sentí las manos de Taiju en mi cintura, apretándome contra él y al apoyar mi cara en su pecho pude escuchar que su corazón latía fuerte. Un calor se me subió a las mejillas y no puedo negarlo, me dieron ganas de subir la cara y darle un beso en la boca, solo para probar a ese niño temerario. Estaba perdida en esas sensaciones y pensamientos cuando llegó Shin a separarnos, solo reí y lo abracé a él para bailar y disimular un poco lo que me había pasado con Shiba. Al terminar la canción el idiota de mi amigo intentó darme un beso, pero no lo dejé y lo corrí de mi lado.

—Voy al baño. —dije zafándome de sus brazos.

—¿Te sientes bien? —preguntó preocupado mientras yo escapaba.

—Sí, voy y vuelvo. — Subí la escalera bien afirmada y me metí al baño, oriné y cuando salí vi que la puerta del cuarto de mi hermano estaba medio abierta, así que me asomé y vi solo con la luz que entraba por la ventana, a una pareja en la cama, dándose suculentos besos. Era Baji con mi prima, mejor dicho, encima de ella. 

—¡Eh! —les grité. Mi prima llegó a saltar cuando me vio y alcancé a verle los pechos antes de que se bajara la camiseta, Baji solo miró hacia la puerta con expresión un poco ida.

—¿Tienen condones? —pregunté queriendo protegerlos. Él se metió la mano al bolsillo y me mostró una tira de condones.

—Buenas noches, pásenlo bien. —les dije, cerrando la puerta. Iba bajando cuando vi que Zura venía en mi contra hacia arriba, lo acerqué a mí y le hablé al oído.

—No entres a tu cuarto, porque no quieres ver lo que vi yo. Solo te digo eso.

—No voy a mi cuarto, voy al baño, el de abajo está ocupado.

—Ah... bueno. —Wakasa me pasó otro vaso cuando bajé y vi el panorama; Takeomi no estaba, Shin estaba bailando con todos, incluso bailaba con sus hermanos, así que me senté en el sofá, al lado de Shiba, quien seguía bebiendo y sonreía con una expresión un tanto psicótica.

—¿Estás bien? —le pregunté mirando su vaso, estaba a la mitad.

—Sí, ¿y tú?

—Bien también, mareada, pero bien.

—No deberías beber en ese estado.

—¿En qué estado? ¿Borracha? ¿No debería beber cuando estoy borracha?—reí de mi propia respuesta. 

Taiju Shiba - Lecciones de vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora