Tojiru - 閉じる

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2018

****Ojos dorados****

El restaurante lucía impecable, tal como siempre lo había soñado, las imágenes en 7D eran sorprendentes y los acuarios enormes a los costados hacían su trabajo a la perfección. Aquellas maravillas atraían a todas las personas curiosas de Japón e incluso de otros países, pero esa noche la más impresionada era mi futura suegra, quien no dejaba de apuntar a cada cosa novedosa que veía en mi negocio, mientras el padre de mi novia intentaba permanecer serio y centrado. Yo sabía que, como a la mayoría de los padres, le costaba soltar a su única hija para dejarla en los brazos de un hombre al que conocía hacía solo dos años.

 Yo sabía que, como a la mayoría de los padres, le costaba soltar a su única hija para dejarla en los brazos de un hombre al que conocía hacía solo dos años

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Vi por primera vez a la que sería mi mujer, en una reunión con los accionistas de una importante cadena de hoteles. Ella era la asistente de uno de ellos. Me había cautivado con su mirada y su elegancia, me estuvo observando durante todo ese evento y cuando pude hablarle, resultó ser más parecida a mí de lo que esperaba. Los dos estábamos interesados en los restaurantes, habíamos estudiado lo mismo y coincidimos en el pasado, habíamos tomado clases en la misma universidad, pero lo que más me agradó, fue que era cristiana, así que acudíamos a la iglesia al menos una vez al mes.

Después de lo ocurrido con Ruki pasaron muchas cosas que cambiaron mi vida. Luego de ser abruptamente separados me enteré de la muerte de Shinichiro Sano a manos de dos de los amigos de su hermano menor, uno de ellos era el tal Edward, o Baji. Sí, el mismo que estaba cogiendo con la prima de Ruki mientras yo perdía mi virginidad con ella en la habitación del frente.

Después de eso yo crecí más, mental y físicamente, la banda que un día perteneciera a Shinichiro llegó a mí y me convertí en su líder, tal como había dicho mi tío Ken, fui líder entonces y comandé a un montón de hombres que jamás pudieron vencerme en las peleas. Pero uno me enseñó una de las lecciones más importantes de mi vida: que no todo se soluciona con violencia. 

Al principio renegaba de la realidad, no podía aceptar que un chico, al que llamaban Mikey, que tenía un año y treinta y tres centímetros menos que yo, me dejara inconsciente de una sola patada, en medio de la iglesia en navidad. Lo asimilé cuando supe que se trataba de Manjiro Sano, el hermano menor de Shinichiro. Era el mismo mocoso que bailaba ridículamente con Ruki en mi cumpleaños, el que le preguntó por las cuarenta y ocho posiciones. 

Por aquellos días pedí a mi padre que me otorgara la independencia, lo aceptó al ver que mis hermanos estuvieron de acuerdo y ya se las podían arreglar solos.

Ahora, cuando estaba a punto de casarme con una hermosa mujer, recordaba aquellos días con cierta nostalgia, extrañaba las peleas, extrañaba en cierto modo la necesidad de ir a la iglesia a confesar algún pecado.

Conducía mi vehículo lujoso por las calles de Tokio, camino a mi apartamento, después de ir a dejar a mi futura esposa y a mi familia política cuando en la radio tocaron la canción aquella que bailé con Ruki en mi cumpleaños, había evitado que Takeomi la besara, prácticamente se la quité de los brazos y esa misma noche la hice mía. Solo con aquella canción mi mente viajó al pasado y me parecía sentir el aroma que llegó a mi nariz cuando se abrazó a mí mientras bailábamos. Fui más atrás y recordé aquel día en la iglesia, cuando asistió con su padre y Zura, la sonrisa celestial que me dio, pensé que quizás fue ahí cuando me enamoré de ella... ¿Qué? iba conduciendo mi auto, pensando en ella aún con cierto amor, estando a un mes de mi matrimonio con Suki... así se llamaba mi prometida.

Taiju Shiba - Lecciones de vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora