Entre risa y llanto.

90 13 25
                                    


**Ojos dorados**

El silencio fue el único rey durante varios minutos mientras seguía mirando ese video y el invencible Mikey estaba quieto a mi lado, sin decir nada. Solo esperaba que yo dijera que sí a su propuesta, sin objetar y ante lo que yo veía no podía decir lo contrario.

—No lo tomes como algo personal, Shiba, solo estoy aprovechando una oportunidad. Me impresiona tu fuerza en la pelea y considero que se podría valorar más si te haces cargo del grupo en el sur.

—¿Quién sería mi superior?

—Yo, directamente. Podría ser Sanzu, pero creo que no le agradas mucho, y los hermanos Haitani no participan en esa zona. —Asentí sin querer ver más del video.

—Creo que vi suficiente. —El dueño del apartamento cerró el aparato, suspiró, se puso de pie y metió las manos en sus bolsillos.

—Puedes seguir con tu vida tal como era antes de que llegaras, Shiba, puedes confiar en mí... me agradas. —No dije nada ante eso y me puse de pie también.

—Lo siento, Sano, de verdad, lo lamento mucho, no... no era yo.

—Lo eras, Shiba, solo que la luz en la que vives ahora tenía cubierta tu propia oscuridad y ya sabes... no puede haber armonía si la luz y la oscuridad no llegan a un punto de equilibrio. Puedes abstenerte de todo ante tu cruz, pero sigues siendo un hombre.

—Me voy. —anuncié sin más que decir.

—¡Oh! Espera... —dijo en tono amable y me dejó esperando en la sala para ir al pasillo largo que daba a las habitaciones. Salió un momento después con una pequeña bolsa de papel que me entregó.

—Llévatela, por favor. No quiero que el pasado interfiera en mis planes con Miya. —miré el interior de la bolsa y vi ahí mi camiseta. Seguí mudo.

—No pasó nada con Ru... con Miya, Mikey... eso te lo puedo asegurar.

—Lo sé. Puedes retirarte, Shiba, te llamaré cuando tenga novedades sobre lo del sur. —Sin ganas acepté aquello y solo me dirigí a la salida, sintiendo vergüenza, culpa, asco de mí mismo.


♠Ruki♠


El día estaba un tanto nublado, como mi propia mente, el cigarro que tenía en la mano me sorprendía a mí misma, porque algo había pasado conmigo aquella noche, por un lado me sentía contenta por la propuesta original de matrimonio que me hizo Manjiro, pero por otro lado me sentía decepcionada. No sabía aún qué había detonado lo que sucedió en medio de la fiesta, pero me sentí desesperada al ver a Taiju golpeando a Takeomi de esa manera. Si yo no hubiera entrado en pánico, Manjiro habría dejado que lo matara.

	Estaba en el cuarto de baño cuando escuché que se apagó la música y oí que varios hombres exclamaron y algunas mujeres gritaron

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba en el cuarto de baño cuando escuché que se apagó la música y oí que varios hombres exclamaron y algunas mujeres gritaron. Salí sin imaginar qué había sucedido. Al llegar a la sala vi que Taiju tenía a Takeomi agarrado por la camisa, lo tenía levantado contra la muralla como si no pesara nada y le iba a dar un golpe con el puño, al parecer era «otro golpe» porque Takeomi ya tenía la boca sangrando y sonreía sin miedo. 

Taiju Shiba - Lecciones de vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora