Ojos que no ven... nariz que olfatea.

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♣  Ojos dorados  ♣

 No quise quedarme después de la reunión, aunque sentía una gran curiosidad por saber qué había pasado con Ruki.

Ese día, después del trabajo me fui al apartamento de Suki, estaba viviendo ahí mientras nos habilitaban una casa en el barrio alto de la ciudad. Habíamos vuelto a nuestra intimidad, aunque para mí ya no era lo mismo, seguía mi instinto masculino y la tomaba incluso con cariño, pero sentía que solo lo hacía por cumplir.

Esa noche, cuando entré al apartamento, ella estaba esperándome con la cena servida. Yo había comido algo rápido en mi restaurante, por lo que le dije que no tenía hambre, así que me sirvió un té. Hubiese sido una noche amena para relajarme, pero me sirvió el té de mala gana.

—¿Qué pasó? —consulté sin siquiera ser grosero. Ella suspiró y se sentó en frente mío como si estuviera dispuesta a decirme algo muy importante.

—Pasa que estuve mirando las fotografías de nuestro matrimonio...

—¿Y? —consulté atento, revolviendo el té.

—Y me di cuenta de que entre tus invitados estaba ese tipo de cabello rosa y la puta esa que llevaste a tu apartamento. —Sonreí al oír eso, y lo hice por tres motivos; primero: porque mi pensamiento principal fue que quizás ella había visto una foto más comprometedora entre Ruki y yo y agradecí al cielo que no fuera así; segundo: porque me pareció gracioso que ella estuviera tan distraída en la boda que no se diera ni cuenta de que las dos personas que llevaban mascarillas negras fueran las mismas que encontró en mi apartamento, y tercero: Estaba tan harto ya de sus escenas, aunque estuviéramos recién casados, que poco me importaba si ella decidía romper conmigo o algo similar. En ese momento me arrepentí del matrimonio, pero seguía pensando en que todo era una prueba de dios para poder volver a mi buena vida, aunque tuviera que meterme en negocios sucios con Bonten.

—Lo siento, Suki, pero debía invitarlos, son parte de la sociedad con la que estoy haciendo negocios.

—¿Y esa puta es la novia del desquiciado ese de pelo rosado? 

—No, no es una puta, ya te dije, y no es la novia del de pelo rosa, ella es la prometida de Sano Manjiro, el líder de la sociedad.

—¡Ah! Es una puta exclusiva. —Suspiré, ya aburrido del tema, así que me puse de pie.

—Iré a darme un baño.

—¿Puedo ir contigo?

—¿Después de tu escena de celos? No, gracias.

Al día siguiente se suponía que irían Koko y los hermanos Haitani a una reunión en mi restaurante, y quizás el nuevo socio. Conducía mi vehículo hacia el edificio de mi negocio cuando sonó mi móvil, contesté y me habló Ran.

—Hola Shiba, ¿Cómo estás?

—Bien, voy en camino al restaurante, ¿ustedes ya llegaron?

—No. Te llamaba precisamente por eso, tendremos que suspender la reunión, y tal vez todo el negocio con Arigētā.

—¿Ah? ¿Por qué, qué pasó?

—Es... algo complejo por ahora, simplemente se suspende todo. Creo que más tarde Sanzu o el mismo Mikey se comunicará contigo.

No supe qué decir, ni qué hacer, solo colgué y seguí conduciendo, preguntándome qué habría pasado.

************** Ruki **************

No sé cuánto tiempo estuve en el despacho de Manjiro, estaba dopada, solo recuerdo que Patcha encendió la televisión y veíamos un documental sobre la explotación infantil en India, y entró apurado Ran, indicándonos que debíamos irnos y él nos llevaría a casa.

Taiju Shiba - Lecciones de vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora