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Advertencia: Contenido +18  (Drogas y recuerdos que pueden abrir heridas  - Superficiales si conocemos el fin del manga) 

♦¿Hacia dónde vamos, Taiju? ♦

****Ruki**** 


Se me espantó el sueño después de ver a Taiju ahí sentado en la sala y, después de que bajaron tomé un poco de agua y me fui a la cama de nuevo, pero no podía dormir. Me preguntaba qué hacía él ahí, quizás había ido al apartamento a contarle a Manjiro lo que pasó con su novia. Tuve miedo de lo que hiciera Manji si se enteraba de que pasé una noche con Shiba, y luego lo de Sanzu... Escuché entrar a Manji en mi habitación, y como yo le daba la espalda a la puerta, me quedé muy quieta y me hice la dormida.

Oí cuando subió a mi cama y se acercó lentamente a mí.

—Oye... —susurró —... Miya... ¿te dormiste otra vez? —Sonaba muy tierno. Pensé si abrir o no los ojos, me tocó el hombro y acarició mi brazo. Lo oí sonreír silenciosamente. —¿De dónde sacaste este pijama tan grande? —Pensé en decirle a la cara que era una camiseta de Taiju, que me quedé en su apartamento la noche que discutimos en el restaurante, pero seguí ahí quieta con los ojos cerrados. Escuché que suspiró y se acostó a mi lado, me abrazó y puso su mentón en mi hombro. —Despierta... necesito hablar contigo. —dijo hablando bajo, después me dio besos en la mejilla, varios, cuando empezó a soplar mi oreja despacio me dio cosquillas y no pude evitar reír.

—¡Estabas despierta! Lo sabía... — Me jaló para que yo quedara frente a él, acostados los dos de lado, luego él se metió debajo de las tapas y me abrazó fuerte, sin dejar de mirarme empezó a acariciar mi cabello y mi rostro.

—Perdóname, Miya...

—¿Qué quieres que te perdone? —pregunté, pensando en todo lo que él hacía.

—Por dejarte sola, por no escucharte a veces, por comportarme como un idiota, por... haber empezado algo contigo ayer y... arruinarlo con Patcha...

—Si la prefieres a ella no puedo hacer nada. —hablé tranquila, aliviada en parte porque el tema no era Taiju. Al parecer Manjiro aún no se enteraba de que con Taiju teníamos una historia, antigua, pero intensa.

—No... no es así, no la prefiero, ella solo es... algo físico.

—Y estás dispuesto a renunciar a ese algo físico si empiezas algo serio conmigo?

—¿Es una propuesta?

—Es una pregunta.

—Nunca me he comprometido con nadie, Miya...

—Eso lo sé, desde que te conozco no he sabido de ninguna novia tuya, y antes de verte follando con Patcha pensaba que eras virgen. —sonreí y él también.

—No, no lo era... Dejé de ser virgen cuando tenía quince años, con una conocida de Ken-chin, te imaginarás donde...

—Mm... ahora comprendo tu gusto por las p...

—No lo digas tan feo... pero, no es que me gusten... solo probé esa vez, de curioso, después conocí a Patcha y solo he tenido sexo con ella después de la amiga de Ken-chin

—¿De verdad? ¿Desde cuándo tienen sexo?

—Desde que me la presentaste... —Su declaración me hizo sentir extraña, como si se hubieran estado burlando de mí toda la vida.

—Entonces siempre te ha gustado, no sé por qué pierdes el tiempo conmigo. —Mi tono no debió ser el más grato.

—Siempre me ha gustado su cuerpo, su experiencia sexual... pero no nos llevamos bien, además... vende su cuerpo, no quiero tener algo serio con ninguna prostituta.

Taiju Shiba - Lecciones de vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora