GND-07

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–¡Felicidades! –Dijo un hombre que vestía unos pantalones cortos y camisa de tirantes.

–Muchas gracias profesor. –Sonrió Jimin mientras se ponía sus calcetines.

5 días antes del
Apocalipsis.

–Estuviste increíble Park, le encantaste al público, a los críticos.

–¿Usted cree? –Dijo mientras se levantaba del suelo.

Jimin, un bailarín famoso de música contemporánea. El chico de 22 años venía de una familia bien acomodada económicamente, por lo que siempre tuvo todo en bandeja de oro. Estuvo en clases privadas con los mejores profesores durante más de 12 años, y vaya que dio frutos, ya que ahora era un bailarín profesional.

–Nadie mejor que tú Jimin, te has estado preparando para este día y lo hiciste maravilloso.

–Muero por entrar a esa academia de baile profesor.

–Sé un poco egocéntrico Park, ¿Crees que alguno de los participantes es mejor que tú?

–No me llegan ni a los talones.

–¡Ahí tienes la respuesta! Ese puesto es tuyo, con los ojos vendados cualquiera lo vería.

–Tiene razón profesor. –Sonrió y se quejó cuándo sintió un peso en su espalda–. ¡¿Tae?! ¿Qué haces aquí?

–¿Crees que me perdería la presentación de mi hermano? –Sonrió y se bajó de su espalda.

–¡¿Estás loco?! ¿Cómo vienes descubierto? Podrían matarte.

–Estás hablando con Kim Taehyung, no te preocupes por eso. –Sonrió y lo abrazó desordenando su cabello–. Estuviste increíble, tus movimientos fueron tan fluidos como el agua.

–No por nada soy el mejor de mi academia. –Él rio leve.

–Y bien merecido lo tienes, te has esforzado mucho para llegar hasta aquí.

–Muchas gracias Tae, también por haberte arriesgado a venir aquí.

–Tomaría una bala por ti Park, eres como mi hermano. –Se acercó a él para abrazarlo–. Hablando de eso, mi tiempo término.

–Lo sé, espero algún día volvernos a reunir. –Correspondió el abrazo y lo miró–. Cuídate mucho.

–Lo haré.

Luego de decir eso, Tae se acercó a la puerta para salir de la habitación. Jimin se quedó solo en la sala mientras pensaba si su presentación había salido bien. Eso dependía su futuro, los profesores de la mejor academia de baile habían viajado desde otra ciudad para verlo y no podía decepcionarlos.

–Lo hiciste bien Park, confía. –Susurró para él mismo y tomó sus cosas para salir.

–¡Ahí está mi orgullo! –Dijo su padre para ir a abrazarlo–. Estuviste increíble hijo, el mejor de todos.

–Nuestro pequeño mochi ya es todo un hombre, no dudamos de que te hayan aceptado. –Dijo su madre apretando sus mejillas.

–Gracias padres. –Sonrió y puso su mano en su mejilla–. Espero lo mismo, si no paso juro que me clavaré un cuchillo.

–¡No digas tonterías Jimin! Los Park nunca dudamos de nuestro potencial. –Tomó a su hijo por los hombros para caminar al coche–. Vamos a celebrar, tu madre y yo te organizamos una fiesta.

–¿Una fiesta? ¿Para mí?

–Te mereces eso y mucho más pequeño.

Jimin y sus padres subieron al coche, el cual era conducido por su chofer personal. Ellos empezaron a conversar sobre la fiesta que le habían organizado y sobre la presentación. Pero su chofer no paraba de toser, algo que preocupó a los mayores.

–Señor Smith, ¿Está bien? –Dijo la señora Park mirando al chofer.

–Estoy bien, señora Park, solo un pequeño ataque de tos.

–¿Está seguro?

–Muy seguro se- –Se interrumpió a él mismo cuándo empezó a vomitar manchando así toda la parte delantera.

Jimin apretó sus labios y miró hacia la ventana para evitar sentir asco. Pero de repente el señor Smith empezó a convulsionar mientras hacía sonidos raros. Algo que alertó a la familia Park.

–¡¿Qué diablos le pasa?! –Dijo Jimin mirando a sus padres.

–¡No lo sé! Park llama a una ambulancia rápido. –Dijo su madre estirándose para ayudar al señor Smith.

Un silencio se hizo presente al ver como su chofer dejaba de convulsionar. Sentándose con dificultad en el asiento, este volteó para mirar a la familia. Sangre, tenía sangre al rededor de su boca y sus ojos tenían una forma diferente, no era él, no era el señor Smith.

El hombre tomó el brazo de la señora Park de forma repentina para luego morder este arrancando un pedazo de piel. Jimin miraba la escena horrorizado, estaba en un estado de shock, cualquiera lo estaría si mira a su madre siendo mordida mientras grita de dolor.

–¡Sal rápido Jimin! –Su padre salió del coche y jaló a Jimin del brazo de forma brusca, haciendo que saliera del coche.

–¡Mamá! ¡Mamá está adentro! –Miró a su padre para luego mirar el coche, dónde su madre ya hacía en el asiento convulsionando.

–¡Olvídalo! Vamos rápido.

Su padre tomó su brazo con fuerza para empezar a correr. Jimin solo se dejó llevar mientras veía el coche, dónde su chofer y su madre murieron frente a sus ojos, sin poder hacer nada. Sin duda, algo que lo dejaría marcado toda su vida

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