GND-07

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–¿Qué se supone que hagamos con la maldita mercancía? –Se escuchó en la grande habitación–. ¡¿Qué quieres decir con que la droga no llegará?!

–Nuestros portadores no pueden pasar, Taehyung, el país está en una crisis, entiéndelo de una maldita vez. –Dijo levantando un poco su voz.

Taehyung se acercó al joven Miller para tomarlo del cuello, colocando su navaja cerca de este. Entre todas las cosas que odiaba el castaño, era que alguien le levantara la voz.

–Como vuelvas a levantarme la voz, te cortaré la jodida lengua y obligaré a tu madre a comérsela. –Acercó más la navaja haciendo un pequeño corte–. ¿Entendiste?

–S-Sí. –Tocó su cuello cuándo Kim se alejó–. Lo siento señor.

–Pídelo de rodillas.

–¿Qué?

Kim le dio una patada en las rodillas a Miller haciendo que cayera al suelo de forma brusca sobre estas. El más joven de los Kim tomó al chico del cabello con fuerza levantando su cabeza mientras le apuntaba con su arma.

–He dicho. –Cargó el arma colocando su dedo en el gatillo de esta–. Pídelo de rodillas.

2 días antes del
Apocalipsis.

–Ya basta Kim. –Dijo su padre entrando a la habitación–. Deja a tus perras en paz y ven conmigo.

Tae miró a su padre para luego mirar a Miller, con una sonrisa divertida le disparó a su amigo, haciendo que muriera al instante. Ni siquiera se preocupó por recoger el cuerpo, después de todo, no era la primera vez que lo hacía.

–Voy. –Guardó su arma y caminó detrás de su padre.

Kim Taehyung, el chico de 22 años, era hijo de uno de los más grandes mafiosos de todo Estados Unidos. Su negocio familiar ya tenía bastantes años en ese mundo, como toda tradición familiar, Kim llevaría el cargo mayor de su padre cuándo este muriera.

–Quiero que investigues que mierda está pasando. –Miró a su hijo de reojo.

–¿Hablas de infiltrarme en los hospitales?

–Conseguir información de la OCDS.

–¿Por qué tendría que perder mi valioso tiempo en una estupidez?

–Porque yo te lo ordeno, además sacaríamos buen dinero por eso.

–Lo haré, solo si prometes que me darás la mitad de ese dinero.

–Lo haré, ahora lárgate con tus perritos.

Tae caminó a la sala para hacerles una seña a sus hombres. Bajaron hasta el sótano dónde tenían todo tipo de armas, chalecos antibalas, etc. Luego de armarse salieron de la casa para subir a una camioneta y conducir hasta la ciudad.

–Escuchen, esta vez no hay límites. –Miró a los chicos–. Pero nuestra prioridad es secuestrar a un miembro de la OCDS.

Al llegar a la ciudad, los chicos pararon frente a una de las campañas principales de la OCDS. Todo estaba en el piso, debajo de la carpeta sobresalía sangre y alguno que otros objeto. Los chicos se miraron entre ellos y entraron a la campaña.

–¿Qué mierda?... –Dijo Tae al ver la escena.

Había cuerpos por todos lados, algunos les faltaban algunas extremidades, otros con mordidas y algunos solo hacían en el suelo. Kim caminó adentrándose más, miró hacia abajo cuándo su zapato tuvo contacto con un líquido verde brillante.

–¿Qué es esto? –Se agachó y llenó su dedo con la sustancia para olerlo–. ¡Aj! Qué puto asco. –Alejó su dedo con asco, el olor era nauseabundo, olía a vómito–. Algo grave pasó aquí.

–¿Qué es eso? –Dijo Carlos apuntando hacia el otro lado de la campaña al escuchar ruidos raros.

–No me pagan lo suficiente. –Susurró y caminó hasta el otro lado para abrir la carpeta.

El ruido de la carpeta al abrirse alertó a los infectados que estaban en el lugar, rápidamente todos se abalanzaron sobre Tae y sus hombres. Por suerte para ellos llevaban armas y pudieron acabar con ellos de forma rápida, de lo contrario, hubieran terminado igual que los cuerpos de adentro.

–¡¿Qué diablos es eso?!

–Zombis...–Susurró y miró hacia él frente al escuchar más sonidos proviniendo del centro comercial.

–¡¿Zombis?! ¡¿Estás diciendo que ese maldito virus, es un virus zombi?!

–¡¿Acaso no lo ves imbécil?! Son putos zombis.

Los infectados se alertaron al notar la presencia de los jóvenes y empezaron a correr a dirección a ellos, por parte de los chicos, retrocedían mientras les disparaban. Era algo irreal, puedes pensar que estás preparado por las tantas películas de zombis, pero cuándo lo vives en carne propia, todo tu cuerpo se paraliza.

–Lo siento Max. –Dijo Tae para luego tomar a su compañero y lanzarlo hacia los infectados.

–¡¿Qué hiciste?!

–Necesitábamos una carnada. –Abrió la carpeta para correr hacia el coche y subir–. ¡Rápido! Tenemos que avisarles a todos.

GND-07Donde viven las historias. Descúbrelo ahora