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–¿A dónde iremos después? –Los miró Jimin.

–No lo sé minnie, primero veremos si hay algo en la plaza que nos ayude.

–Hobi. –Se acercó Jungkook a Hoseok–. ¿Puedo hablar contigo?

–Claro. –Miró a los chicos–. Iremos detrás de ustedes chicos.

Jungkook y Hoseok empezaron a caminar detrás de los chicos, manteniendo un poco de distancia ya que Jeon quería hablar con su mayor en privado.

–¿Qué pasa Jungkookie? –Lo miró esperando a que este hablara.

–No sé si pueda seguir.

–¿De qué hablas?

–Tengo una lesión en el tobillo, está empezando a doler cada vez que camino. –Bajó la mirada–. Me preocupa que en una situación en la que tengamos que escapar, los retrase por mi culpa.

–¿Te duele ahora?

–Si, un p- –Se interrumpió cuándo Hoseok se colocó delante de él para cargarlo en su espalda–. ¡Hobi! No tienes que hacer esto.

–Ninguno se quedará atrás Jungkookie. –Lo miró de reojo–. Aunque mis piernas se cansen, si tengo que cargarte, lo haré.

Jungkook lo miró por unos segundos. Su mirada tenía un cierto brillo, nunca habían hecho algo así por él. Le sorprendía el maravilloso corazón de su mayor, le preocupaban los demás a pesar de que no tuviera mucho de conocerlos.

Se sentía cómodo a su lado, se sentía a salvo, como si se conocieran desde hace años. Jungkook recostó su cabeza en el hombro de Hoseok, sin duda el destino había puesto a hobi en su vida para ser su solecito.

–¿Puedo preguntar como te hiciste esa lesión?

Jungkook suspiró y apretó un poco la camisa de Hoseok, al igual que sus ojos que se encontraban cerrados. Jung entendió de inmediato que era un tema delicado, uno que prefería evitar.

–Puedes contarme lo que sea Kookie. –Susurró–. Nadie te hará daño mientras yo esté vivo.

Jeon abrió sus ojos para mirarlo, se bajó de su espalda para ponerse delante de él. Hoseok lo miró esperando una respuesta, Jungkook lo abrazó con fuerza, como si ese fuera su último abrazo.

–Mi padre. –Susurró.

–¿Qué pasó con tu padre? –Dijo mientras acariciaba su espalda.

–Siempre fui un chico solitario, mi mamá nos abandonó cuándo tenía 7 años. Mi papá empezó a sentir resentimiento y se desquitaba conmigo, con mal tratos. Escapé a los 16 años a casa de mi abuela, tuve que viajar solo hasta aquí, solo para escapar de mi padre.

El más joven bajó su cabeza para ocultar sus ojos cristalinos. Odiaba tocar ese tema, era una herida que aún no lograba sanar. Levantó su cabeza al sentir los brazos de Hoseok al rededor de su espalda, abrazándolo como si lo estuviera protegiendo de algo.

–Eres un chico maravilloso, muy fuerte. –Lo miró y sonrió–. Muy valiente, no importa cuántos días tengamos de vida, te cuidaré como si fuera el último. –Limpió las pequeñas lágrimas que habían salido de los ojos del más joven–. A ti y a los chicos.

–¿De qué creen que hablen? –Susurró Jin mientras miraba la escena de lejos junto a los demás.

–No lo sé, pero se están poniendo sentimentales. –Dijo Jimin.

–Mierda, odio saber que no podremos preguntarles nada. –Se cruzó de brazos.

–Esta vez no podrás sacar tu lado de vieja chismosa Jin. –Dio palmaditas en su espalda.

–Lo descubriré.