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–¡Señor! Le traemos su coca-cola. –Dijo Jimin acercándose a la puerta.

–Se tardaron mucho.

–Tuvimos algunos problemas.

–Muy bien, dejala en el contenedor de la puerta, limpiaré el camino para ustedes.

Se abrió un pequeño contenedor en la puerta, dónde Jimin dejó el paquete de coca-cola. De repente se escuchó una explosión, por lo que los chicos se asomaron para encontrarse con el camión de carga ya destruido.

–Ahí tienen sobrevivientes.

–¡Wow! ¡Muchas gracias!

–Suerte en su viaje.

Bajaron las escaleras para caminar hasta la puerta de la plaza. Tae golpeó el vidrio de la puerta para entrar por abajo, con cuidado de no cortarse.

–Se ve como las películas de miedo. –Dijo mirando el lugar.

Había cuerpos por dónde quiera, al igual que manchas de sangre. Los locales estaban destruidos y había productos por toda la plaza.

–¿Creen que una horda haya llegado?

–O los sobrevivientes que estaban evacuando se infectaron.

–Sigamos caminando. –Los miró Hoseok para empezar a caminar.

–¿Por qué Nam se ve tan desanimado? –Le susurró Jimin a Yoongi.

–¿Eh? –Miró a Namjoon de reojo–. No lo sé, ¿Vas a preguntarle?

–Está bien. –Se acercó a Kim–. Hola Joon, ¿Pasa algo?

–Todo está bien Jimin, no te preocupes.

–Claro que no, ¿Qué pasa?

–Es solo que, he tratado de ayudarlos para servir de algo, pero siempre arruino todo.

–Claro que no.

–Soy más útil si no los estorbo.

–¿Estás loco? ¿Quién dijo eso?

Nam miró a Jin por unos segundos, para luego mirar a Jimin de nuevo.

–Yo lo arreglo. –Sonrió y se acercó a Jin–. ¿Qué le hiciste a Nam?

–¿Hacerle de qué?

–Ahora se siente inútil por tu culpa.

–Que aprenda a no ser tan sentimental.

Se quejó cuándo Jimin le metió un golpe con su codo en el brazo. Jin sobo su brazo y suspiró al ver que Jimin lo miraba serio con los brazos cruzados. El mayor se acercó a Namjoon.

–Lo siento por lo que te dije.

–No te preocupes, es verdad lo que me dijiste.

–Lo es. –Lo miró–. Pero puedes ser más cuidadoso la próxima vez, a veces es mejor no hacer nada, que empeorar algo.

–Pero yo quiero ayudarlos.

–Lo sé, pero ayuda cuándo lo necesitemos, es mejor escuchar antes de actuar.

–Entiendo, pero. –Lo miró–. No soy un inútil, ¿Verdad?

Suspiró y dio palmaditas en su cabeza, no era de ponerse sentimental, mucho menos de demostrar cariño. Aunque a simple vista pareciera un chico presumido que solo se preocupa por él mismo, tenía su lado blandito, muy en el fondo, pero lo tenía.

–Hay un coche en exhibición. –Dijo Hoseok mirando el coche en medio de la plaza–. ¿Creen que tenga gasolina?

–Yo lo reviso. –Se acercó Tae al coche para subir y tomar las llaves que estaban en el asiento–. No tiene.

–Busquemos galones por esta area, también busquen algo que nos pueda ayudar.

Los chicos empezaron a buscar galones de gasolina. Algunos subieron a la segunda planta, mientras otros buscaban en la parte de abajo.

–Y dime lindo, ¿Qué edad tienes? –Dijo Tae caminando al lado de Jungkook.

–¿No te cansas? –Suspiró y acomodó el arma en su espalda.

–No me rindo tan fácil, cielo.

–Lo único que haces, es el ridículo. –Lo miró de reojo–. Ni siquiera lo intentes, o te ganarás un golpe en la cara.

–¿Puedes dejar de estar a la defensiva conmigo? ¿Por qué no tener una relación como la que tienes con Hoseok?

–¿Te digo porque? –Se volteó para acercarse a él, haciendo que Tae retrocediera–. Porque él no es un maldito fastidio como tú, ahora si no ayudarás a buscar putos galones, ¡Largate!

Jungkook volteó para seguir su busqueda mientras dejaba a un castaño parado en medio del pasillo. Desde la primera vez que Kim lo vio llamó su atención, estaba acostumbrado que todos cayeran al segundo, por lo que se volvió terco con Jeon, hasta que lo aceptara.