𓆩*𓆪 Primera vez

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Chan cerró la puerta con un pie mientras succionaba y mordía los apetitosos belfos, se iba quitando el saco mientras se dirigían a la habitación

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Chan cerró la puerta con un pie mientras succionaba y mordía los apetitosos belfos, se iba quitando el saco mientras se dirigían a la habitación. Después de sacarse la prenda de encima, rodeó la cintura de su esposo y bajó sus manos hasta el trasero respingado, el cual comenzó a apretar con suavidad.

Entrando a la habitación, el menor rompió el beso con el corazón martillándole, miró el pecho del mayor y apretó sus manitas con las que se sostenía de los fuertes brazos.

—Necesito ir al baño —susurró avergonzado.

—¿Podrías aguantar? —preguntó Chan besando y chupando su cuello.

—Necesito prepararme.

El mayor ahora sí le prestó su total atención y lo observó con una cariñosa sonrisa.

—Me gustas, así como estás, preferiría ser yo quien te desnude primero —la mirada lujuriosa de su esposo lo hizo temblar en su lugar—. Pero si es importante para ti, aquí te espero.

Jeongin se sintió torpe y con un sonrojo mucho mayor negó, apretando aún más el agarre en los antebrazos de su marido, quien le acarició una mejilla que después besó.

—Entonces continuemos —murmuró con la voz más ronca.

Jeongin asintió y correspondió el nuevo beso.

El pelinegro se sentó en la cama y guiando a Jeongin lo sentó a horcajadas sobre él, con cada pierna del menor a lado de sus caderas. Mantenía una mano en la nuca del chico y la otra en sus glúteos, mordió uno de los bonitos belfos y se separó de los labios después de succionarlo.

Chan se dedicó a observar el rostro sonrojado de Jeongin, los labios hinchados y rojos, y la camisa semiabierta mostrando esas condenadas clavículas. Jeongin apretó los hombros de su esposo cuando este comenzó a repartir besos en su cuello de nuevo, y le sacaba la camisa del pantalón, por cada beso que daba comenzaba a desabotonar uno por uno la prenda. Cuando esta estuvo fuera, se dedicó a admirar la bonita piel, Jeongin no tenía ningún vello a la vista, la piel era suave y tenía la cintura estrecha con una cadera ancha. Era precioso.

—Eres hermoso, pequeño —el menor se sintió inseguro por un momento y miró hacia otro lado sin poder soportar la mirada del pelinegro sobre su cuerpo—. Mírame, Jeongin, no tienes por qué esconderte de mí, confía en mis palabras cuando admiro tu belleza.

El rubio asintió con un potente sonrojo y cerró sus ojos antes las suaves caricias en su espalda.

El mayor sostuvo detrás de los muslos de Jeongin cuando se levantó de la cama para girarlo y dejarlo en el suave colchón, él continuó encima del doncel y dejó caricias en los brazos.

Aún mirando los bonitos ojos del chico, Chan dirigió sus manos al cinturón ajeno, lo quitó con tranquilidad y bajó los condenados pantalones negros.

El recorrido de besos volvió, pero ahora comenzó en medio del aperlado pecho, bajó hasta el plano abdomen y volvió a subir hasta el lindo pezón izquierdo el cual chupo y mordió, repitió la acción con el derecho, el cual era más sensible, y Jeongin no pudo evitar soltar un jadeo.

My Boy¹ ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora