𓆩*𓆪 Caricia

1.7K 169 1
                                    

Jeongin se removió incómodo ante el calor que sintió repentinamente, apretó sus ojos y despabiló antes de abrirlos y observar con vergüenza a su Hyung cerca de su rostro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jeongin se removió incómodo ante el calor que sintió repentinamente, apretó sus ojos y despabiló antes de abrirlos y observar con vergüenza a su Hyung cerca de su rostro.

El pálido aún dormía, su respiración era tranquila, se encontraba abrazándolo por la cintura y su otro brazo lo utilizaba como almohada.

El rubio se abstuvo de soltar un gritito al recordar todo lo vivido la noche anterior y se enfocó en la piel de porcelana de su mayor. Verificando que el hombre siguiera dormido, rozó suavemente el brazo contrario con la yema de los dedos y subió lentamente hasta el hombro, pudo llegar hasta el cuello y miró el bonito rostro de Chan, quien ya lo esperaba con una sonrisa y los ojos semiabiertos.

Jeongin se sobresaltó y alejó la mano como si estuviera haciendo algo malo.

Chan soltó una risita y tomó la pequeña mano entre la de él y la dejó en su cuello para volver a rodear la fina cintura.

—No me molesta despertar entre suaves caricias —Jeongin se abochornó aún más y dirigió su mirada hacia el pecho del mayor hasta que sintió un beso en su frente—. Buenos días, pequeño.

—Buenos días, Hyung —susurró aún con vergüenza—. ¿Durmió bien?

—Dormí perfecto, ¿cómo te sientes?

—Um... Bien, yo... Yo me siento realmente bien —aseguró.

—Me alegro —murmuró antes de acercarse más al chico y dejar un pico en sus gorditos labios.

Jeongin se sintió morir ante el pequeño beso que solo despertó las mariposas en su estómago y se relamió los labios, gustoso, acción que el pelinegro no pudo evitar ver y solo prendió la chispa inagotable de química sexual que había entre ellos.

El pequeño chico entre sus brazos era lo más delicioso que había probado nunca, y como un dulce favorito, ahora que conocía su existencia, no dejaría de comérselo.

Volvió a besar los lindos belfos, esta vez presionando más fuerte y llevando su mano de la cintura a sus glúteos, Jeongin apretó el agarre en el cuello de su mayor y se dejó hacer cuando la gran mano dirigió su pierna a la cadera contraria. Respiró con fuerza por la nariz cuando la mano volvió a sus glúteos, apretó y después sintió un dedo tanteando su entrada.

Chan se llevó ese mismo dedo a la boca para ensalivar y volver al mismo espacio entre las nalgas del menor, acción que hizo a Jeongin sonrojarse.

Esparciendo la saliva en el anillo de nervios, el pelinegro introdujo levemente el dedo tocando en círculos las paredes que se contraían involuntariamente. El menor cerró los ojos ante el estímulo y comenzó a soltar bajos suspiros. Chan lo miraba con una sonrisa ante tal entrega y se levantó para dejar a su esposo bajo él, aún con una pierna en sus caderas y su dedo índice en la profundidad del apretado orificio.

—Hyung —suspiró Jeongin balanceando sus caderas inconscientemente.

—Tranquilo, lindo, tenemos todo el día.

My Boy¹ ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora