𓆩*𓆪 Tres

1.3K 114 1
                                    

Félix había sido tratado como muñequito, le daban la vuelta, lo cargaban, lo lanzaban a la cama, le llenaban el cuerpo de besos, mordidas y caricias, era un mar de sensaciones que inundaban su ser y llenaban ese lado lujurioso que siempre había te...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Félix había sido tratado como muñequito, le daban la vuelta, lo cargaban, lo lanzaban a la cama, le llenaban el cuerpo de besos, mordidas y caricias, era un mar de sensaciones que inundaban su ser y llenaban ese lado lujurioso que siempre había tenido y pocos habían podido satisfacer.

Él, que siempre dominaba su vida sexual, se había visto en la alarmante realidad de que esos dos hombres lo estaban domando.

—Vamos, bebé —le llamó Jin, invitándolo a subirse a su regazo. Él obedientemente se subió a la cama en donde el mayor estaba recargado en el respaldo y se sentó a horcajadas sobre sus muslos, Jin acarició sus piernas y le dio una hermosa sonrisa—. ¿Por qué no me estas besando, pequeño?

Félix se mordió el labio inferior antes de entrelazar sus manos en la nuca del mayor y atacar sus labios con desesperación, se estaba cansando de los juegos previos y él solo quería que se lo cogieran hasta desmayarse.

Meció sus caderas rozando su pene con el del mayor sacándole a ambos ligeros gemidos, sonrieron entre el beso y el mayor aprovechó para introducir su lengua en la cavidad del otro.

El menor seguía haciendo fricción en sus miembros y comiéndose la boca con movimientos sucios, sintió la cama hundirse detrás de él y pegó un pequeño brinquito cuando una mano se coló en su pecho y acarició superficialmente sus pezones.

—Recuéstate bien, Jin —pidió el peligris a las espaldas de Lix—. Y tú levanta tus caderas, lindo.

Jin se acostó por completo en la cama con su cabeza apoyada en la almohada, Félix se agachó para continuar besándose y Bin sonrió satisfecho con la escena frente a sus ojos. Se metió entre la separación de las piernas de Jin, a la altura de las rodillas de este, y acarició las piernas de Lix desde los muslos internos hasta las caderas, se arrodilló y apretó los glúteos que fuerza, sacando un jadeo del menor.

Se relamió los labios y dejó leves mordisqueos en los marcados glúteos hasta llegar al lindo orificio rosado, salivó ante el riquísimo aroma que desprendía y sin más se adentró a probar el elixir que el menor escondía en sus profundidades. Félix gimió rompiendo el beso con Jin, este aprovechó y levantó la cabeza para pasar la lengua por los pequeños pezones. El menor se crispó ante el deseo y movió la cadera con desesperación.

Bin metía la lengua lo más que podía y la giraba tratando de probar lo que podía de cada recóndito lugar, una de sus manos la llevó al pene del menor y la otra al miembro de Jin, comenzó a masturbarlos sintiéndose feliz por lograr hacer gemir a ambos chicos. Dejó un beso en el orificio que se contraía por la reciente estimulación y se levantó para ir a la sala en donde había lanzado su saco, de los bolsillos sacó el paquete de condones y las bolsitas individuales de lubricante que siempre llevaba con él.

Regresó a la habitación y se enterneció de Jin, quien era un adicto a los besos a la hora de follar y que aún se comía la boca del precio chico que iban a disfrutar esa noche.

My Boy¹ ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora