Planear, Cultivar, Disfrutar

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Ya dos meses desde nuestra boda, dos meses desde que la había hecho oficialmente mi esposa, despertar cada vez con ella en mis brazos me era suficiente para ser feliz pero ella siempre encontraba la forma para aumentar esto, con solo abrir los ojos ya lo hacía, más al sonreír, decirme que me ama, todo lo que hacía me hacía feliz, la amaba.

Seguía soñando con Rin esperando nuestras hijas, tanto soñarlo estaba seguro que así sería, no solía creer en premoniciones pero el anhelo por ello me hacía más que creerlo desearlo. Aún su vientre seguía vacía, pero ya llegarían en su momento aunque pareciera una eternidad esperarlas, como decía Rin.

* * * 🌙 * * *

La sentí removerse en mis brazos y subir a mis labios, la atraje más a mí y ella rió.

—Sabía estabas despierto—abrí los ojos y miré a mi felicidad hecha una hermosa mujer.

—No lo estaba—ella se sonrojó apenada—me gustó despertar así, cuando gustes puedes repetirlo—nuevamente sonrió.

—¿Sabes que día es hoy?—como olvidarlo, le dije que hoy este día iniciariamos con el jardín, asentí y ella se paró de la cama con rapidez—entre más temprano mejor ¡Vamos!

—¿Tienes idea de lo que quieres?—me senté.

—No hemos salido casi de la casa así que no exactamente, pero podemos planearlo juntos.

—Soy malo para ello.

—Tonterías, vamos Sesshomaru, quiero empezar hoy—miré la hora, apenas eran las 5am, aún estaba oscuro.

—Rin.

—Se qué hora es—se cruzó de brazos—Bien, creí querías ducharte conmigo—se dirigió al baño—no se, relajarnos un poco antes de…—en tres pasos ya estaba tomándola en brazos, pegó un pequeño grito de sorpresa para luego reír—sabía que vendrías.

—¿Como negarme a esa oferta?

Luego de desayunar ya estábamos en el patio, Rin caminaba por todo el lugar, retrocedía, miraba el cielo, se acostaba en el suelo, realmente era gracioso aunque yo no lo reflejará.

—Quiero una enredadera—dijo al fin— que suba por la pared, para eso necesitaríamos una… esa cosa de madera como rejilla—midió la casa con las manos como si cuadrara una foto.

—Tendras todo lo que quieras.

—Aquí sembraremos los lirios—señalaba—los blancos y los morados, a la derecha los blancos y a la izquierda los morados ¡No! Al contrario ¿Que opinas?—que se veía hermosa planeando, de las plantas yo no tenía ni idea.

—Lo que decidas estará bien.

—¿crees que podríamos tener una fuente para aves?

—¿Una fuentes para aves?—ella se sonrojó—tendras todo lo que desees,solo es curiosidad.

—Todo jardín debe tener agua, pero… un estanque es mucho.

—¿Te parece mucho o costoso?

—Ambas.

—Rin.

—No quiero un estanque, es algo exagerado.

—Dime que quieres realmente.

—Una… pues…

—Rin.

—No quiero ponerte una carga extra, ni de trabajo ni dinero—fuí hasta ella y la envolví en mis brazos.

—Todo lo mío es tuyo, dime lo que quiere tu corazón, la verdad y sin pena—le dije en tono suave y ella se sonrojó.

—Siempre quise… pues…

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