Capítulo II. Iniciando la vida juntos, una serpiente en el paraíso.

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Kevin J.

Pesé que dormiríamos toda la mañana, pero a primera hora Miriam recibió la llamada de sus cuatro de sus amigas, y ahora mismo estaba en la terraza, riéndose como una loca mientras compartí con ellas, lo que había calificado como la mejor experiencia de su vida.

En cierta forme mi orgullo de hombre se vio reforzado, que tu mujer admita, que le haces volara, y si por ella fuera estaríamos haciendo eso a todas horas, contribuye a que tu autoestima de hombre salga muy reforzada.

Mientras la oía hablar, me dirigí al salón de suite, para pedir el desayuno para los dos. Mientras esperaba que llegaran, recibí el mansaje de mi madre que verdaderamente me desconcertó. Ni casado me iba a librar de sus manipulaciones.

-” Espero que hayas cumplido con tu parte hijo y qu dentro de quince días esa advenediza, este embarazada, desde que eso ocurra ya sólo quedara quedar con un trato con ella y que nos firme su cesión de las acciones de Powell Holding, que junto con las que heredaste de tu padre no convertirá en dueños de una parte importante de las acciones, y ya te pondrás divorciar de ella.”- decía mi madre.

¿Como mi madre podía ser así?, antes simplemente seguía sus indicaciones sin protestar, era la mejor manera de quitármela de encima.

Mi padre la había acostumbrado a conseguir todo lo que quería, ya que estaba acostumbrada a ello.

La vida que mi madre vivió antes de casarse con mi padre era una autentica vida de lujo, era la princesita del imperio Mc Kintong, vivió esta vida hasta que unas malas decisiones de mi abuelo materno, hizo que el imperio entrara en recesión y perdiera gran parte de su capital.

Mi padre siempre había estado enamorado de la princesa del Imperio Mc Kintong, Elizabeth Mc Kintong desde que la conoció en una de esas fiestas de la alta sociedad, pero mi madre como buena heredera caprichosa siempre esperaba algo más, más rico, más guapo, mas que se merecieran que ella, estuviera a su lado, pero tras el riesgo de perder su estatus social, y que se revelara al mundo el problema de su familia, y de paso poder así ayudarla en sus problemas económicos, decidió aceptar a mi padre a cambio de que le proporcionara la vida que según mi madre, ella se merecía.

Esto ha provocado que he sido criada con el aliciente de que yo soy el único que merece ser el heredero de mi abuelo, mi vida ha estado programada desde que estaba en el vientre, todo iba como mi madre quería saber excepto por el nacimiento semanas antes que yo de mi primo Keanu, a quién mi madre me instruyo para verlo como mi rival.

Todo iba bien hasta hace seis meses cuando mi abuelo fue salvado por tres diosas, y el máximo representante y referente de la familia Powell decidió que se convertirian en sus herederas y que sus nietos si querían heredar se tenían que casar con ellas y no divorciarse nunca, además como guinda al pastel, Kevin Senior Powell, añadió como zanahoria a los caballos pura sangre de sus nietos, alegando que sólo el que engendrara a su primer hijo primero, podía ser el CEO del grupo Powell Holding.

Fue así como llegó a mi vida esa arpía pelirroja de ojos color como una pradera en verano. Desde que ese peligro de mujer se adueño de mi mente y mi cuerpo, todo es diferente, mi mundo, mis prioridades. Miriam con su forma de ser liberal, sin complejos, sin importarle lo que digan los demás, sin importarle las apariencias, y con una lengua capaz de aniquilar a un regimiento de marines SEAL bien entrenados mi corazón ha comenzado a desear ser como ella, adoro su forma de ver a la vida, como ni le importa mi dinero, ni mi posición, como no utiliza mis sentimientos hacia ella para imponerse a mí. Ya que según mi abuelo suceda lo que suceda, ella será siempre una de las dueñas de las empresas Powell ya que junto con sus amigas poseen el cincuenta y tres por ciento de las acciones.

Matrimonio concertado del CEO: La Arpía y el CEO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora